SÓNAR 2013. Por Nacho Larrazabal. Fotos people Pablo Caballero
Una vez pasada la resaca del recién finalizado Sónar podemos echar la vista atrás con una cierta perspectiva y hacer un repaso general de lo que pasó durante las cuatro intensas jornadas que duró el festival, que celebraba su 20 cumpleaños por todo lo alto. Desde la dirección del evento informan de que hubo un aumento del 24% en el número de participantes respecto a la edición anterior, algo que se traduce en un total de 121.000 personas disfrutando de la amplia oferta de la vigésima edición de Sónar. Los números también dicen que el público se repartió entre un 45% de procedencia nacional y un 55% internacional, que se acreditaron más de 1.000 periodistas de 53 países y que se ofrecieron cerca de 140 actuaciones y más de 60 actividades relacionadas con la aplicación de la tecnología a la creación. Pero dejemos este baile de números y cifras y vamos a lo que realmente importa. Al baile de cuerpos y sentimientos. ¿Qué tal estuvo la música? ¿Qué ‘afterglow’ nos deja uno de los eventos más internacionales de nuestro país? ¿Cómo lo pasamos? Así muy por encima, tipo mensaje de Whatsapp que mandas a tus colegas, podríamos decir algo como: “Música a todas horas, conciertos de puta madre y todo petado de gente dándose el fiestón”. Y siendo un poco más serios y extensos, hay que señalar que el nivel de los directos fue, en general, muy elevado, la organización bastante efectiva y que algunas de las novedades, como el cambio de recinto de Sónar día y la creación de Sónar +D, fueron grandes aciertos. Un largo fin de semana que nos ha dejado momentos inolvidables que tratamos de resumir a través de los siguientes nombres protagonistas:
Sónar Día: El cambio de ubicación desde el CCCB a Fira Montjüic ha sido un éxito. El nuevo espacio, con suelo de césped artificial, es amplio y cómodo. La acústica es buena y es un gustazo pasar la tarde al aire libre y entrar en las primeras horas de la noche escuchando buena música sin ningún tipo de agobios. El Sónar Día crece y se consolida. Por los varios escenarios del recinto pasaron nombres como Sébastien Tellier, Gold Panda, Oddisee, Baris K, Christeene, Atom TM, Diamond Version, Chromatics y Vatican Shadows, entre otros.
Sónar Noche: A pesar del pequeño caos en los autobuses que trasladaban al público desde el Sónar de Día al Sónar de Noche, y una vez pasadas las aglomeraciones en la entrada, el recinto de Fira Gran Vía funcionó a la perfección. Cuatro escenarios bien situados por los que te podías mover con comodidad y en los que, a pesar de la multitud, no era complicado hacerse con un hueco en las siempre codiciadas primeras filas. Por Sónar Noche pasaron los principales nombres del cartel de este año como Pet Shop Boys, Kraftwerk, Major Lazer, Skrillex, Two Door Cinema Club, Maya Jane Coles, Nicolas Jaar, Richie Hawtin, 2manydjs, Luciano, Jurassic 5, Delorean o Paul Kalkbrenner.
Sónar +D: En colaboración con la Mobile World Capital Barcelona, Sónar +D era una de las grandes novedades de este año. Un pequeño remanso de paz en medio de la vorágine musical en el que se repartían varios stands con actividades de todo tipo relacionadas con la música electrónica y la tecnología. Aquí, además de poder ver funcionar una de las famosas impresoras 3D o jugar con todo tipo de imágenes y sonidos, se llevaron a cabo varias actividades como talleres y eventos como el Music Hack Day, donde hackers y artistas se unieron para crear aplicaciones musicales. Habrá que ver cómo se desarrolla este nuevo Sónar +D en las siguientes ediciones, pero parece que ha empezado con buen pie, entre otras cosas por el gran complemento que supone a la enorme oferta musical con la que ya cuenta Sónar.
Gold Panda: El primer plato fuerte de este Sónar llegó a media tarde del jueves con el productor británico Gold Panda y su pop electrónico con reminiscencias ‘dubstep’. Sus remixes de otros artistas y su famoso ‘You’, despertaron a un público que empezaba el festival con la energía y el ansia que dan un año de espera.
Kraftwerk (3D): Como si de una manifestación de reivindicación de los orígenes de la electrónica se tratase, el público se movilizó masivamente para ofrecer el primer lleno absoluto de este Sónar 2013 en el directo del cuarteto alemán. Todos con las gafas 3D puestas para disfrutar de un sonido sintético limpio con unas melodías que, ayudadas de las proyecciones especialmente programadas para este show, te transportaban a un planeta futuro del que nunca querrías regresar. En este maravilloso viaje a un lejano mundo, nos acompañaron clásicos como ‘The Robots’, ‘Numbers’, ‘Metropolis’ y la inolvidable ‘Autobahn’.
Christeene: Una de las imágenes que nos dejará este Sónar 2013 será la de Christeene y su directo en el Sónar de Día. Rap industrial con contenido sexual ultra explicito y lanzamiento de juguetes sexuales al público.
Two Door Cinema Club: El electro pop del trío irlandés supuso un momento de relax entre tanto ‘beat’ gracias a un sonido lleno de voces melódicas que se mezclan con riffs cargados de energía positiva. Un sonido más que adecuado para una banda que poco a poco amenaza con convertirse en un clásico.
Nicolas Jaar y Maya Jane Coles: Los dos se encuentran en la cumbre de la electrónica con veintipocos años y también los dos fueron de lo mejor de la noche del viernes. Ambos supieron adaptarse a la perfección al momento que se vivía y a lo que el público necesitaba. Y la respuesta por parte de los asistentes a sus directos fue brutal. La británica ofreció una sesión algo menos oscura de lo que en ella es habitual, pero igual de potente. Los graves hacían retumbar los cuerpos que se agitaban al ritmo musical de la Dj que arrasa en los clubs de toda Europa. Por su parte, el creador neoyorquino de origen chileno había levantado una gran expectación por el éxito que supuso su sesión del pasado Sónar. Menos experimental pero igual de contundente, el minimal techno de Nicolas Jaar puso a todo el mundo a bailar con unos ‘beats’ con bajos potentes y algunos de sus éxitos más conocidos, como ‘Mi Mujer’ o ‘Space is only noice’.
Chromatics: El pop electrónico y romántico de Chromatics, encontró su lugar perfecto en el Sónar de Día. Sintetizadores y melodías que se fundían con el calor y la tarde y que lograron que temas como ‘Kill for Love’ o ‘These streets will never look the same’ sonasen como auténticos himnos musicales homenajes a la vida y al amor.
Jurassic 5: Los veteranos raperos volvían a un escenario tras unos años de inactividad con un espectáculo muy honesto y ganas de pasarlo bien. DJ Un-Markt y Cut Chemist brillaron con sus melodías cálidas que mezclan soul y ritmos de barrio noventero. Un concierto que se disfrutó del primer al último minuto y que nos hizo echar la vista a un pasado no tan lejano con una energía que hizo de tapón y no dejó entrar a esa melancolía tediosa que a veces nos inunda cuando vemos a los que, en nuestros años de adolescencia, nos hicieron disfrutar y nos dieron a conocer nuevos sonidos.
Hasta hace poco los europeos nos relamíamos con nuestra supuesta superioridad electrónica sobre Estados Unidos, al menos en aceptación de público y difusión, pero parece que los tiempos están cambiando. Y así lo pusieron de manifiesto las actuaciones de Major Lazer y Skrillex en Sónar. Nuevos sonidos que mezclan el techno con otros sonidos mucho más callejeros y menos de laboratorio provenientes de otras disciplinas musicales como el hip hop, el ‘dancehall’, el reggaetón o la salsa. Major Lazer, ya avanzada la noche del viernes, provocaron varios estados momentáneos de locura colectiva con algunos de sus hits como ‘Get Free’, ‘Jump up’ o ‘Jah no partial’. Y Skrillex, el ‘patito feo’ del cartel de Sónar a ojos de los más puristas, reventó literalmente la pista de baile con sus ‘drops’ repetitivos y explosivos. Música cargada de hormonas y juventud que, guste o no a los más experimentados en estas lides, parece que ha llegado para quedarse un buen tiempo. Todo esto y mucho más en un Sónar que nada más cerrar sus puertas anunció ya sus próximos eventos de 2014: En Reyjkavik, 13,14 y 15 de febrero; en Tokio, 12 y 13 de abril; en México DF 16 y 17 de mayo; en Barcelona, 12,13 y 14 de junio y en Ciudad del Cabo, el 16 de diciembre.