El fin de semana abrió sus puertas la exposición Ciencia fricción en el CCCB. Hasta el 28 de noviembre, Ciencia fricción. Vida entre especies compañeras presenta proyectos multidisciplinares que “friccionan” y se hacen eco de las relaciones interespecie.
La muestra Ciencia fricción en el CCCB introduce un giro biocéntrico a fin de salvar este planeta herido y desvela una serie de narrativas liminales entre ciencia y filosofía, entre ecología e imaginación dando voz a una sucesión de figuras heterodoxas y “forajidos” de la ciencia. Un proyecto tentacular, abierto e inclusivo que concibe la exhibición como un sistema vivo. El proyecto parte de la evidencia científica que todas las especies terrestres están unidas por relaciones simbióticas e interdependientes, formando parte de un ecosistema integrado en el que convivimos como compañeras.
Foto portada: Treehugger, Marshmallow Laser Feast (MLF). Fotograma. Cortesía de Fabbula © Marshmallow Laser Feast
Ciencia Fricción en el CCCB
Las teorías de las biólogas Lynn Margulis y Donna Haraway son principalmente las inspiradoras de todo el discurso conceptual de la nueva exposición Ciencia fricción en el CCCB. Ambas tienen en común la importancia que otorgan a la simbiosis y la colaboración entre especies, y su interés por la comunicación y la narrativa científica.
De la supremecía humana, el Antropoceno, el Capitaloceno y la emergencia climática, al biocéntrismo, la muestra plantea un cambio de mentalidad y de sensibilidad que apuesta por una visión del mundo entendido como un ecosistema armónico y lleno de esperanza alejado de visiones distópicas y apocalípticas a las que estamos acostumbradas.
El nombre también esta inspirado en Haraway. Añadir una “r” a ficción, es un guiño a ella. A la “filosofa de la ciencia ficción” —como muchos la llaman— le gusta jugar con las palabras, de las iniciales SF (science fiction en inglés) genera términos como speculative fiction, speculative feminism, etc. que recoge en su libro Seguir con el problema
Colaboraciones, mutaciones e intercambios
Las especies configuramos una red de colaboraciones, mutaciones e intercambios en la que convivimos como compañeras. Si la teoría evolutiva consideraba el hombre con el fin y último peldaño, Ciencia fricción plantea un cambio de paradigma que implica que la especie humana no es una especie excepcional ni superior. En última instancia la simbiosis pone en cuestión la supremacía humana, la idea de que el conjunto de la naturaleza y todos los seres vivos están al servicio de nuestro bienestar.
Ámbitos de la exposición
Simbiosis
La simbiosis es la teoría más revolucionaria de Lynn Margulis. En ella afirma que nuestro origen es bacteriano y toda la historia de la vida en la Tierra se fundamentan en la simbiosis, principal motor de la evolución. Con esta teoría confronta a los neodarwinistas, que sostienen que los cambios evolutivos provienen de la competición entre organismos independientes. Margulis ofrece una historia protagonizada por multitudes de seres interdependientes, unidos en todas las escalas de la vida.
Shoshanah Dubiner, Endosymbiosis: Homage to Lynn Margulis, 2012. Animación realizada por David Domingo a partir de la obra original © Shoshanah Dubiner
Esta sección incluye la animación realizada por David Domingo de la obra de Shoshanah Dubiner, Endosymbiosis: Homage to Lynn Margulis que rinde tributo a la teoría del mismo nombre y a la belleza del mundo microbio. Por su parte la austriaca Petra Maitz presenta, entre otras, una instalación de corales hecha en ganchillo.
Especies compañeras
Este ámbito alude a la “vida en común” de los organismos que comparten hábitat o existencia y que evolucionan juntos a partir de los vínculos que establecen. Donna Haraway habla de especies compañeras para referirse a los vínculos que crean por ejemplo los insectos con las flores. Y eso precisamente es lo que ilustra el recientemente desaparecido Toni Serra/Abu-Ali en En el camino de las abejas. Con un movimiento meditativo se aproxima a la abeja. Su cámara se posa sobre caminos, arbustos y montes de Marruecos donde se conservan técnicas de apicultura artesanal.
Toni Serra/Abu-Ali, En el camino de las abejas/ In the way of the Bees. Fotograma cortesía y © Arxius OVNI
Especies compañeras también son humanos con algunas plantas y animales clave en la historia de la civilización.
La instalación de Susana Talayero evoca la obra de una de las primeras naturalistas: Maria Sibylla Merian (1647-1717), entomóloga que documentó los ciclos de vida de los insectos y sus tupidas redes de conexiones con las flores.
Susana Talayero, Viaje a Surinam (Flos Pavonis), 2020-2021. Cortesía de Susana Talayero © Ander Sagastiberri
Redes de conciencia bioquímica
Hongos
Uno de los casos más paradigmáticos de vida en red es el de los de los hongos. Colonias de hongos se funden con animales, bacterias y plantas y creando complejos sistemas de intercambio. Bajo tierra reparten nutrientes y en el sotobosque, junto con insectos y microrganismos, transforman los desechos en ciclo de reciclaje: Les Micobiontes de Museo del Hongo es una instalación que presenta hongos simbióticos y líquenes.
Juan Ferrer y Nicolás Oyarce, Les Micobiontes, 2021. Cortesía de Museo del Hongo, Santiago de Chile © Antonia Pére
No se puede hablar de hongos, los alucinógenos, sin mencionar a Terence McKenna. En la muestra recita unos fragmentos de su texto The Mushroom Speaks, en el que el hongo toma la palabra para explicar su particular versión de la simbiosis.
O.T. Oss, O. N. Oeric, Psylocibin. Magin Mushroom Grower Guide. 1986. Libro. Colección CCCB
Plantas
Las plantas tienen nuestros cinco sentidos y se estima que poseen otros 15 más. Capturan la energía del sol y la ofrecen a los demás terrestres, perciben la luz, la humedad, la gravedad o los campos electromagnéticos. De esto se trata la obra de Dimas Paredes Armas, este pintor amazónico recrea plantas maestras como ayahuasca, lupine o ajos kiro, utilizadas en los procesos de sanción.
Dimas Paredes Armas, Ajos Kiro, 2019. Cortesía y © de Dimas Paredes y Galería AWA
En la portada, Treehugger: Wawona es una obra de realidad virtual del colectivo británico Marshmallow Laser Feast. A través de dispositivos inmersivos, el visitante se adentra en una secuoya gigante de California. En 1926 realiza Max Reichmann el documental Das Blumenwunder. Fue un encargo de la empresa química BASF para promocionar sus nuevos fertilizantes entre un público cinéfilo. El resultado es tanto un film expresionista como de divulgación científica.
Max, Reichmann, Das Blumenwunder / The Miracle of Flowers, 1926). Fotograma. Cortesía y © Absolut Medien, GmbH
Historias de los orígenes
Para poder reimaginar el pasado, el presente y el futuro de la historia de la Tierra y de sus seres, este capítulo reúne proyectos que especulan con posibles historias de las relaciones entre especies, poniendo énfasis en el caso de los pulpos, uno de los campos emergentes en el estudio de la inteligencia no-humana.
Por eso el biólogo y artista Louis Bec, pionero de la fabulación especulativa creó en colaboración con el filósofo Vilém Flusser el “Instituto de Investigación Paranaturalista”, especializado en el campo de la “tecnozoosemiótica”. En la muestra se presenta la serie de dibujos Vampyroteuthis Infernalis, claves del arte-ciencia.
Vilém Flusser & Louis Bec, Vampyroteuthis Infernalis. A treatise, 2012. Ilustraciones del libro. Colección CCCB
Especulación visual la de Pinar Yoldas en su Ecosystem of Excess, inspirado en la adaptación ya existente entre microplasticos y algas unicelulares y bacterias en la isla basura del Pacífico Norte.
Pinar Yoldas, Ecosystem of Excess, 2014. Cortesía y © de la artista
El contrato natural
La exposición concluye con un capítulo dedicado a los derechos de la naturaleza. Animales, vegetales, ríos, montañas, valles o ecosistemas son considerados como objetos al servicio de los humanos. Por eso surge el contrato natural, abierto a una política posantropocéntrica, que responda al desafío de entender la vida como una red de interdependencias.
Ernesto Casero, The Posthuman Protests, 2018-2019. Cortesía y © del artista
La instalación de Jaime Serra Palou muestra la evolución de los derechos de la naturaleza a través de un mapa y una línea temporal; el vídeo ensayo de Paulo Tavares Non-human Rights expone la tesis del universalismo radical entre humanos y no-humanos a partir de la incorporación de los derechos de la naturaleza en la Constitución de Ecuador. Y finalmente Ernesto Casero interviene los muros de la exposición con la obra The Posthuman Protests, 2018-2019.
Ernesto Casero, The Posthuman Protests, 2018-2019. Cortesía y © del artista
Artistas, pensadores, científicos y activistas
La transición del antropocentrismo –visión del mundo centrada en lo humano– al biocentrismo –lo humano se entiende como parte de un ecosistema– recorre toda la exposición. La comisaria de la muestra, Maria Ptqk, ha reunido una serie de creadores, pensadores y científicos de todo el mundo que exploran las relaciones entre especies y persuaden de la urgencia de inventar otras ciencias f(r)icciones que amplíen horizontes y nos ayuden a situarnos en el emergente paradigma interespecie.
Actividades paralelas
El proyecto se expande más allá de la muestra con un programa de actividades paralelas: talleres, debates, proyecciones, itinerarios y otras propuestas. El programa ha tenido como punto de partida la Bienal Ciudad y Ciencia que tiene lugar estos días y se prolongará hasta el fin de la muestra.
Ciencia fricción en el CCCB
Hasta el 28 de noviembre