A MEDIDA QUE PASAN LOS DÍAS VEMOS COLECCIONES MÁS DISPERSAS EN CIBELES
Aunque el conjunto de las colecciones que estamos viendo no aporten ideas claras a la próxima temporada, siempre se pueden rescatar alguna silueta de todos los diseñadores. Quizás pocas, y menos ayer. Por eso, me permito recuperar el trabajo presentado anteayer por Ana Locking. Visto lo visto el ayer, creo que ella también tiene derecho a volver a presentar su colección en la próxima edición. De todas formas, sigo pensando que los hombres y mujeres de Ana Locking se dan de hostias, y eso no es nuevo, ya ocurría con Locking Shocking. Y también creo aconsejable recomendarle que se centre, que mida muy bien los elementos con los que juega, de lo contrario solo obtendrá un baturrillo que no satisface ni al mundo del arte ni al de la moda. Lo digo más que nada porque ella misma con sus palabras se ha puesto el listón bastante alto.
Ayer volvieron a desfilar las colecciones de ocho diseñadores: Javier Larrainzar, Alma Aguilar, José Miró, Lydia Delgado, Kina Fernández, Hannibal Laguna, Andrés Sarda y Carmen March. Entre tanta dispersión quizás la que mantuvo la coherencia durante más salidas fue Lydia Delgado, de la que siempre se puede rescatar alguna propuesta heredada.
El mundo de Hannibal Laguna me es algo ajeno, las fiestas de gala y esas cosas, pero es constante en su trabajo y aunque no llega a transgredir o divertir creo que le da un estimulante enfoque agresivo, nada cursi, por lo que no me queda otra que respetarlo.
Siempre espero mucho más de José Miró. Tengo la teoría que Cibeles a la larga sienta mal a algunos diseñadores, que edición tras edición pierden un poco de su identidad. Siempre hay algo del marcianismo de Miró, pero se difumina cada vez más. Pero sigo teniendo confianza en su próxima edición.
Carmen March, no sé, vislumbramos una buena idea en la concepción, pero pasa lo de siempre, la difuminan, no la desarrollan. Me da la sensación que en esta edición, todos, incluída la organización, ha dedicado demasiada concentración al decorado y poca a las colecciones. El decorado es efímero, las colecciones también, pero no tanto.