Hablamos de Ballard, de Ikea, nos tomamos un té, de Godard, de hormigón, de música techno y del Berghain, de piedras y del frío de Berlín donde los dos hemos pasado tiempo viviendo, lo cual te hace a la fuerza de la misma familia. He venido al estudio de Christian Lagata (1986 Jerez de la Fra.) es un studio visit particular porque nos conocemos, conozco su obra pero vengo porque acaba de hacer una exposición bellísima, Verde Chroma en el Centro Párraga, comisariada por Jesús Alcaide y creo que es una delicia, un ejercicio formal esplendido joder y quiero que hablemos de ella y que lo veáis.
Christian lleva su bomber y sus gafas de sol negras y yo un pañuelo grande de flores y mis tirantes porque tengo menos frio cuando los llevo. Hace solazo en el estudio, es blanco y alicatado, la exposición parece una reproducción de su espacio de trabajo, así que viendo Verde Chroma podrías evocar su estudio en tu cabeza. El show es el estudio de Lagata extendido y sublimado, elevado y pulido como una hermana mayor preciosa, una siamesa divina. En el estudio muy cerca hay una maqueta del Espacio 3 donde se exhibe la muestra, lo que le da a nuestra conversación un tono fractal ex-qui-si-to, una matrioshka perceptiva de grande a pequeño de ida y vuelta; la vida, el show, el estudio, la maqueta, la idea, la vida, todo perfectamente irreal. Una sensación sci-fi recorre la sala, acabo el té y seguimos charlando:
Mit Borrás: En fin quiero que hablemos primero de los materiales. Son elementos estructurales muy significantes en tu trabajo, narrativos, muy protagonistas: tubos, ruedas, plásticos, hormigón, acero, palés, estanterías metálicas, maderas partidas, apañados, objetos atados, ensamblados y unidos con cierto forzamiento. Hay una elección povera de los materiales y planteas las exposiciones incidiendo en el carácter pobre, frágil y caduco que tienen, en el despojo que significan. ¿A qué obedecen estos afectos personales? ¿Cuál es el origen?:
Christian Lagata: Siempre he tenido fascinación por lo viejo, por lo vivido. Me agobia bastante lo nuevo y me provoca mucho estrés estrenar algo y mantener ese estado en el que las cosas están impolutas y brillan. Me siento muy cómodo y tranquilo recogiendo, almacenando y manipulando objetos encontrados, desechos y retales que se convierten en la materia prima de la mayoría de mis obras. El ejercicio de almacenar estos materiales en mi taller unos sobre otros y con el tiempo rebuscar, seguir descubriéndolos y hacerlos dialogar me sigue pareciendo igual de excitante que cuando era pequeño y jugaba en un descampado. En mi caso la idea provoca la forma, empleando estos materiales tanto en el sentido de su crítica como en el de un inicio de su posible alternativa. Son ruinas producidas no por el paso del tiempo sino por el hombre.
Que sean elementos reconocibles de nuestro día a día determina el entorno en el que me muevo y mis preocupaciones. Para mí son muy importantes las derivas, caminar y hacer ejercicios de reconocimiento por la ciudad, el campo o los centros comerciales. Entrar en trance a través de la música, caminar y formar parte de un estado de ánimo o de la sintomatología actual para así recoger y verter esta información sobre mi trabajo. Ser consciente de lo que está pasando y tener una relación más directa y primitiva con la ciudad y mi entorno. Me preocupa lo que sucede a mi alrededor, el ahora.
Vista de la instalación “Salir del surco al labrar la tierra”, 2019
Mit Borrás: ¿Estamos esperando a que nos llegue la ruina?
Christian Lagata: Por supuesto, desde hace mucho tiempo. Podemos hablar de los diferentes tipos de guerras, del cambio climático o tratar temas tan en boga como el Antropoceno o el Capitaloceno y siempre vamos a terminar chocándonos con el pensamiento del hombre. A mi parecer creo que hay una necesidad de cambio constante, aunque sea negativo, da igual. Estamos esperando a que todo se vaya a pique y que esto se convierta en una de esas películas de ciencia ficción que tanto nos gustan. Hay un fragmento de una entrevista a Ballard que para mí resume muy bien el momento en el que nos encontramos: “Recuerdo que hace años alguien me preguntó: ¿Cómo definiría usted el futuro? Yo contesté: Muy fácil, el futuro será aburrido. Estaremos todos aburridos y cuando la gente está aburrida, como los niños cuando se aburren, empieza a romper los juguetes. Una especie de mundo de TV por la tarde, cuando estás medio dormido…y de vez en cuando, ¡bum! Un acontecimiento de una violencia absoluta.”
Mit Borrás: Una de las cosas que más destacan de la exposición es la composición que has hecho del espacio. El diseño de la exposición, el diálogo entre las obras y la rítmica que genera tanto para el ojo como a la hora de deambular en el recorrido físico del visitante tiene una buena dinámica:
Christian Lagata: Para mí es muy importante poder generar varios ritmos y que las obras tengan el espacio suficiente para tener diferentes perspectivas. Necesito entender y componer el espacio expositivo como un lugar libre, en construcción, donde el espectador pueda rodear, agacharse, curiosear y meterse hasta el fondo en todos los sentidos. Concibo la ejecución de los proyectos expositivos como la suma de la puesta en escena más la figura del espectador, añadiéndole habitualmente elementos fundamentales en mi trabajo como son la luz y el sonido. Me gusta trabajar y plantear las exposiciones y los proyectos como si fuese el director de una obra de teatro o de una película. Mi objetivo es intentar transmitir una experiencia o un acontecimiento.
Mit Borrás: Cuéntame otra vez esa experiencia estética que tuviste en Ikea y como se ha incorporado a tu trabajo:
Christian Lagata: Como te comentaba, el origen de Verde Chroma nace una tarde en la que estaba comprando en Ikea algunas cosas para el piso al que acababa de mudarme. Llevaba horas caminando por ese recinto con forma laberíntica, que tiene música de fondo y huele a velas perfumadas, cuando me tuve que sentar por agotamiento en una esquina. Me encontraba completamente exhausto y mareado, como en trance, y me dio por mirar al techo, como cuando te quedas pillado mirando a un punto fijo sin pensar en nada concreto. Cuando observé el conjunto de tuberías, conductos, plantas artificiales, hormigón y cables tuve una especie de click en mi cabeza. Esta imagen del esqueleto del centro comercial, de la parte de atrás, me hizo despertarme y darme cuenta de que lo que estaba viviendo no era real. Inmediatamente relacioné Ikea con la calidez que sentía cuando era pequeño y veía Aquellos maravillosos años en el sofá de casa de mis padres, esa familia en la que todos eran guapos, olían bien y había una banda sonora perfecta pero que no dejaban de ser personajes de una serie de televisión. Fue una sensación similar a esa secuencia del Show de Truman cuando el barco choca con el final del plató de grabación y él descubre que es el actor de una película. En mi interior se rompió algo.
De esa experiencia se han mantenido elementos tan importantes en Verde Chroma como son el olor, el color, la disposición del espacio y el sonido, que juntos dan forma a la instalación con el mismo título que la exposición. El interés por intentar transmitir esta vivencia hizo que me pusiese a investigar sobre la importancia que estos elementos tienen sobre nuestro comportamiento social, como repercuten en nuestro día a día. A continuación empecé a desarrollar diferentes piezas sonoras que proceden de esta música de ascensor que encontramos en los centros comerciales conocida como Easy listening y que están pensadas para que el consumidor entre en una especie de trance y así compre más y mejor. De ahí me interesé por el Vaporwave que no deja de ser una revisitación lo-fi de esta música, trabajada e intervenida desde el ordenador por gente mayoritariamente millennial o por la música Techno y los clubes de música electrónica que funcionan como vía de escape, como una grieta en el sistema en la que se proyecta lo que está por venir.
Mit Borrás: Tu obra en la exposición Verde Chroma funciona como la puesta escena de un espacio teatral, pero es mas una obra que pasa entre bambalinas, detrás del escenario, un teatro intersticial entre dos mundos, artificial, ¿te interesa el concepto de No Lugar?:
Christian Lagata: Me interesa, como he comentado anteriormente, intentar transmitir esa sensación de estar viviendo en un gran plató de grabación y ser los protagonistas de una película donde la realidad se encuentra detrás del escenario. Augé ya identificaba Disneyland “como el no-lugar donde la ficción, el engaño y la sustitución de la experiencia por la imagen alcanzan su apoteosis.” Para mí Ikea te lleva a lo mismo, la experiencia del vacío y la experiencia de libertad. Lo que acabamos de visitar no existe. En el futuro las ciudades estarán abandonadas a este tipo de gestiones.
Mit Borrás: La instalación audiovisual que lleva el mismo nombre que el show es un buen contrapeso a todo el montaje, se esconde por detrás de la exposición como una alimaña, te asalta y altera las vibraciones que te transmiten las piezas de la sala reconstruyendo el relato de toda la muestra. Parte de ella incluso está fuera al aire libre, es el parkineo de la exposición, es la fiesta donde no estaba prevista la fiesta. Creo que es el picante, el chile de la sala. Háblame de cual era tu intención respecto de la forma en que esta pieza se relaciona con el relato de la exposición:
Christian Lagata: La instalación Verde Chroma es la piedra angular de la exposición, la esencia. Como comentaba anteriormente fue el origen de todo, el concepto a desarrollar con el que comencé este proyecto y el que unifica el resto de piezas que conforman el show. La instalación parte del almacén del Espacio 3 del Centro Párraga y se propaga por el resto de la sala e incluso al exterior del Centro a través del sonido, del olor a vela aromatizada y de las luces. Es un ejercicio que requiere predisposición y tiempo pero mi intención ha sido que el espectador forme parte de la sintomatología de la exposición con la ayuda de estos elementos. La pieza sonora tiene una duración de más de cincuenta minutos, con muchos silencios entre medio de las pistas. Me parece interesante que dependiendo el momento en el que entres en la sala se escuche un tema u otro o directamente no se escuche nada. Esto influye a la hora de enfrentare a las piezas y a su lectura. Como si fuesen diferentes bandas sonoras para la misma experiencia o directamente te enfrentes a las piezas en con un silencio absoluto.
Mit Borrás: ¿Hay demasiado olor a nuevo en nuestra sociedad? Crees que el individuo moderno hipercapitalizado a dejado de relacionarse con los objetos, con su entorno, con su ciudad, de forma natural (si es que eso existe)?:
Christian Lagata: Estamos enganchados al olor a nuevo. Existe una obligación a divertirse y una insatisfacción permanente en la sociedad. Abundancia y felicidad. Hay una necesidad de consumir cosas que no necesitamos, como hobby. La ciudad no deja espacio a la memoria, a la experiencia y la sociabilidad y la finalidad de quien la visita solo es formar parte del escenario. Un escenario construido para consumir y para dejar de ser conscientes de lo que realmente sucede a nuestro alrededor.
An impression of sound (A Strange Day), 2019
Mit Borrás: La exposición tiene una tensión formal que consigue transmitir ese aire personal de distopía, de ciudad post apocalíptica, una visión romántica, un poco nostálgica del mundo, ¿es así como ves el asunto? ¿Es ahí donde estamos si miramos hacia atrás, a las puertas del Berghain comido por las putas hiedras, destrozado y habitado por las panteras y los flamencos?:
Christian Lagata: Me interesaba transmitir esa especie de estado mental similar a una resaca permanente en la que aún no sabes si estás limpio o sigues colocado. Para mí el contrapunto de la exposición lo da la instalación Verde Chroma y las pistas de audio que te llevan a diferentes estados de ánimo. Hay nostalgia, al igual que hay un verde que se propaga por la sala y por el exterior, un verde que aún está en funcionamiento, lo que está por venir.
Mit Borrás: la verdad es que el sonido de la exposición le aporta un elemento disonante muy rico. Hay seis tracks con white noise, vapor wave, tecno y ambient lo que de la un tono evasivo y lisérgico a la experiencia en el espacio. La música tiene un perfume retrofuturista y es donde más se percibe una mirada esperanzadora del futuro, un “lo mismo si que lo conseguimos después de todo”. Escuchándola me lleva a civilizaciones utópicas, dopadas, felices y sostenibles.
Christian Lagata: Absolutamente.
Mit Borrás: Dime por favor que el espectro de Ballard se esconde y aparece por las noches en tu show:
Christian Lagata: Daría dinero porque así fuese. Es cierto que hay mucho de Ballard en la exposición, muchos rascacielos, muchos centros comerciales, muchos costasoles y muchas Noches de Cocaína.
Mit Borrás: ¿Qué exposición te daría todo el placer montar y que obras llevarías?:
Christian Lagata: Me encantaría intervenir un espacio doméstico, un edificio o un centro comercial abandonado. También me motiva hacer una gran instalación en mitad de un paraje natural, un desierto preferiblemente.
Mit Borrás: ¿En qué estás trabajando?:
Christian Lagata: Ahora mismo estoy trabajando sobre una pieza sonora compuesta con sonidos de nuestro día a día que pasan desapercibidos y que proceden de la ciudad y de sus habitantes, del consumo y del capitalismo. Y en septiembre inauguramos exposición colectiva en el Centre del Carme de Valencia titulada Between debris and things, comisariada por Antonio R. Montesinos, en la que participo junto a colegas y artistas a los que admiro como Lucia C. Pino, Jesús Palomio, Julià Panadés, Elena Aitzkoa, etc.