La casa original fue diseñada en 1988 por el arquitecto y diseñador Antoni Roselló Til. Ahora, Cierto Estudio propone con Casa Hope, una reforma que mantiene su esencia y juega con sus atributos más distintivos. Se trata de una intervención que no altera la distribución de la casa, en cambio, actúa en ciertos puntos a modo de acupuntura.
El color es la herramienta principal para crear nuevas relaciones espaciales, jugando con los contrastes y la superposición. La nueva paleta cromática de Casa Hope se forma de la unión de los colores teja y negro originales, y el rosa y el verde en representación de sus nuevos habitantes. También el uso de materiales es sensible con los existentes de la casa, como el gresite para los baños o las mallas tramex para las estanterías de la cocina. También se decide extender el pavimento de cerámica negra de la sala hasta la cocina para generar continuidad entre los espacios. Las habitaciones en cambio, reclaman el confort de un nuevo material: una moqueta marrón uniforme y esponjosa, que invita a caminar descalzo o jugar en el suelo.
Gracias a Cierto Estudio, la nueva Casa Hope tienen una relación más directa con sus espacios exteriores, ampliando algunas aberturas, pero sin modificar la composición de la fachada original de Rosselló. De esta manera, se enfatizan las vistas hacia el jardín, el patio y el entorno lejano.
Las arquitectas también realizan una intervención paisajística en el jardín mediante varias operaciones. La primera de ellas es la construcción de una piscina biológica, que trata el agua a través de plantas acuáticas. Después se reforma el pabellón existente a modo de pérgola. Por último se generan dos zonas verdes diferenciadas, un círculo a modo de tapiz verde y un perímetro de vegetación densa que lo envuelve con plantas de gran porte. Se juega geometrías simples que recuerdan a la propia de la fachada de la casa, y se usa otra vez el gresite, esta vez adoptando el mismo dibujo del mosaico existente del pabellón.
Hablamos con las arquitectas de Cierto estudio sobre Casa Hope:
1. Siempre es interesante en el proceso de rehabilitación la relación que la nueva arquitectura tiene con la arquitectura existente. ¿Desde el principio tuvisteis clara la posición ante esta arquitectura? ¿Hubo algún momento en el que tuvisteis la tentación de hacer una intervención más radical? ¿Cómo fue este “tira y afloja”?
La vivienda diseñada por Antoni Roselló era un magnífico tablero sobre el que empezar a jugar. Desde el inicio, tuvimos bien clara la intención de sacar a relucir el máximo potencial de la arquitectura presente y ponerla en valor: desmantelando elementos adosados posteriormente a la fachada (una pérgola en el ‘claustro’), ampliando la relación entre el interior y exterior e incorporando el uso del color en el interiorismo, por ejemplo. La radicalidad de este encargo ha sido integrar los cambios precisos para lograr un mejor resultado arquitectónico (estético y funcional) al que ya había, en lugar de intentar superarlo o competir con él.
2. Siempre que se trabaja para un cliente al que le ponemos cara, es muy interesante la relación con él, más incluso cuando estamos diseñando su casa. ¿Tenía el cliente alguna necesidad concreta? ¿Algún capricho? ¿Algún requerimiento indispensable?
Una parte importante de la intervención se ha realizado en el jardín de la vivienda con la incorporación de una nueva piscina biológica. Éste fue el requerimiento del cliente que, comprometido con el medio ambiente, decidió apostar por esta tipología de piscina, así como la instalación de placas solares. A pesar de no ser la opción más económica, tiene evidentes beneficios ambientales: la piscina se regula de manera natural mediante plantas acuáticas que también favorecen cierta fauna, no debe vaciarse para limpiarla con el consiguiente ahorro de agua que implica y no se usan productos químicos para su mantenimiento. Es de agradecer que cada vez sea más popular optar por las opciones más sostenibles en el sector de la construcción.
3. Al ser la piscina un elemento nuevo, ¿no os dio respeto introducirlo? ¿Había varias opciones? ¿Varias formas de relacionarse con el volumen de la casa?
Tanteamos distintas opciones y posiciones, sí. Fijamos su ubicación en la parte más central y soleada del jardín, teniendo también en cuenta los árboles existentes para evitar su afectación. Siempre apostamos por formas geométricas puras ya que consideramos que casaban mejor con la vivienda. Juntamente con el feedback de los clientes y los requisitos que la piscina biológica nos exigía, finalmente tiramos adelante con la propuesta cuadrada y su círculo en uno de los vértices.
4. Comentáis que la distribución de la casa no ha cambiado. Esta casa diseñada en 1988 ¿sigue siendo válida en 2021? ¿Ha cambiado nuestra forma de entender el espacio habitable? ¿Era muy adelantada para su época? ¿Tenía una distribución flexible que sigue siendo válida?
La buena Arquitectura tiene la capacidad de ser atemporal. Como una pieza clásica de vestir, no caduca. No todas las casas son aptas para todos los públicos, pero un sello de calidad es garantía de resiliencia por mucho que cambien nuestros hábitos. Sí, la vivienda que Antoni Roselló diseñó en 1988 sigue siendo válida y, a pesar de que su distribución no es flexible, si lo son sus modos de uso. Ni siquiera parece adelantada a su época, de hecho, más bien revisita la arquitectura racionalista de Le Corbusier. Lo que sí hace con excelencia es tomar decisiones acertadas capaces de perdurar en el tiempo. 
5. ¿Qué tipo de familia son los habitantes de Casa Hope?
La familia se compone de un matrimonio con una hija de dos años. Recientemente se han instalado en los alrededores de Barcelona después de vivir durante una década en Londres. Buscaban un entorno más reposado y han aprovechando las ventajas del trabajo remoto para habitar un espacio que se adapta perfectamente a sus necesidades personales y laborales.
6. ¿Cuántos metros cuadrados tiene la casa?
La casa tiene una superficie construida de 320 m2 distribuidos en tres plantas.
7. ¿Por cuánto salió el metro cuadrado aproximadamente?
El presupuesto de ejecución material (PEM) ha sido de unos 850€/m2.
Juegos, mímesis, contrastes, y superposiciones. En la Casa Hope, obra de Cierto Estudio ¡no falta la diversión!
Estudio de arquitectura: Cierto Estudio
Fotografías: José Heviá
www.ciertoestudio.com
