¿Puede una vivienda unifamiliar contar con una anchura máxima de 4m? La respuesta parece ser afirmativa si atendemos al proyecto del estudio madrileño Murado & Elvira Arquitectos. En una parcela estrecha y alargada, a las afueras de Madrid, se emplaza Casa Galgo.
El aspecto exterior que ofrece esta vivienda recuerda a las casas japonesas modernas. Se trata de un esbelto edificio compacto de tres plantas, que trata de incluir pequeños espacios exteriores en forma de patio, jardín o terraza para dotar de amplitud y complementar el programa funcional. De hecho, la fachada principal actúa en realidad como una doble piel, un filtro entre la calle y la vivienda que posibilita la existencia de un jardín privado en el interior y permite una disposición libre de oberturas en todas las estancias. De este modo, la vegetación contribuye a romper la neutralidad cromática del conjunto en colaboración con la luz natural, que incide a la vivienda gracias al juego espacial interior.
Un puente y un patio inglés
El acceso desde la calle a Casa Galgo se produce mediante un puente que cruza sobre el vacío de un patio inglés intermedio. Este elemento, que ocupa todo el frente de la parcela, sirve a su vez para iluminar toda la planta sótano que contiene el garaje y el salón.
La planta baja se abre al jardín
En el sentido longitudinal de la parcela, se ha proyectado una piscina alargada y en la parte posterior un jardín. Estos dos elementos quedan anexados al programa funcional de la planta baja, que está compuesto por la cocina y un gran salón-comedor como parte de la zona día. Mediante unos grandes ventanales y unas contraventanas de chapa perforada, se consigue una interesante relación interior-exterior que aporta luminosidad y vistas al conjunto.
Una escalera de caracol para conectar la zona de noche
En las plantas superiores de Casa Galgo se sitúa el programa funcional que corresponde a la zona de noche de la vivienda. En la planta primera se ha dispuesto el dormitorio principal que cuenta con un gran baño abierto a una terraza, abierta a la fachada principal. Esta zona verde, de doble altura, está protegida de la calle gracias a la doble piel que ejerce de envolvente exterior.
Para conectar esta planta con los dormitorios de invitados, en la planta segunda, se ha dispuesto una escalera de caracol que flota sobre la terraza inferior. En la cubierta, gracias al gran solárium transitable, se pueden disfrutar de las vistas a todo Madrid.
Fotografía: Imagen Subliminal