Una fachada de ladrillo de estilo neomudéjar y un distinguido mirador acristalado de madera caracterizan la vivienda de finales del siglo XIX renovada por el estudio de arquitectura Solar en la antigua colonia Madrid Moderno.
La intervención aúna tradición artesanal y lenguaje contemporáneo para concebir un hogar de espacios despejados y pulidos, arropados por la calidez de la madera de roble que envuelve la singular escalera central. Los arquitectos Pablo Canga y Ana Herreros, fundadores de Solar, cuentan que su mayor reto fue: “hacer frente a la cuestión de rehabilitar de una forma respetuosa y, al mismo tiempo, propositiva. Esto requiere de un ejercicio de reflexión crítica acerca de cómo incorporar la memoria de lo existente al proyecto contemporáneo, pero desde una visión alejada de la conservación más dogmática”.
En una estrecha calle del barrio de La Guindalera, próxima a la plaza de toros de Las Ventas, asoma una de las pocas casas adosadas supervivientes que integraron el Madrid Moderno. “Tras una primera investigación, nos llamó la atención la compleja y polémica historia detrás de la colonia y su valor como depósito de memoria de la ciudad. Proyectado a finales del siglo XIX a las afueras de la capital, el conjunto estaba formado por noventa y seis viviendas basadas en las ideas higienistas de la ciudad jardín de las que apenas se conservan hoy catorce debido, en gran parte, a la presión inmobiliaria ejercida desde los años 70”, detallan desde Solar.
La acogedora madera de roble y la ligera piel de aluminio perforado son los máximos protagonistas
Guiados por el doble afán de respetar la preexistencia y alejarse de los convencionalismos, los arquitectos realizaron demoliciones estratégicas que permitieron mantener el volumen en forma de L original de 1890 y, a la vez, crear unos interiores fluidos y abiertos. Eliminaron las particiones innecesarias y añadieron amplios ventanales vinculados al patio interior. Un íntimo espacio al aire libre, que invita a relajarse al cobijo del nuevo diseño de la fachada posterior. El color miel de las carpinterías contrasta con la elegante sobriedad del revestimiento metálico, comprendido por paneles verticales de aluminio perforado. Algunos practicables para garantizar la ventilación natural también en los baños.
Los 193 m2 de la casa se organizan en tres plantas, adaptadas al proyecto familiar de una pareja con dos hijos. Solar ya había realizado con anterioridad en Madrid la sede de la empresa del propietario, que volvió a recurrir al estudio depositando: “una gran confianza en nuestro trabajo y respeto por la labor del arquitecto”, afirma Canga. La planta baja se destina a la zona de día, mientras que la primera acoge los tres dormitorios (el principal con el mirador integrado). El segundo nivel, coronado por techos abuhardillados, da forma a una espaciosa sala polivalente. Dispone de kitchenette, rincón de estudio, cama extra, cuarto de baño y acceso directo a una agradable terraza.
Solar diseña una escalera para ser contemplada en el corazón de la casa
Las estancias interconectadas de la planta baja permiten que las vistas cruzadas se multipliquen e, incluso, se enmarquen en torno a la escalera. Por ejemplo, a través de la ventana del tramo de la cocina unido al comedor. O del hueco de la estantería de acero de la salita contigua al salón. A nivel de texturas: “La sencillez y abstracción conceptual del proyecto se manifiesta en el interior con una paleta neutra y reducida de materiales naturales e industriales. El mortero hidráulico se utilizó para el pavimento y la chapa colaborante para los forjados. El acero y la madera de roble para el mobiliario diseñado a medida y el acabado lacado seda para los frentes de cocina”, explican los arquitectos.
La fachada protegida exterior, de valor patrimonial, se ha reconstruido acorde a “los modelos clásicos de restauración. La elaboración de plantillas y la ebanistería artesanal se desarrollaron a un ritmo lento”, revelan los fundadores de Solar. El resultado es un hogar cuidadosamente pensado, que encuentra la belleza en el diálogo entre su presente y su pasado.
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Créditos de Casa Castelar:
Arquitectura: Solar (Pablo Canga + Ana Herreros)
Colaboradores: Luis Guerra
Ubicación: Madrid
Año de finalización: 2024
Superficie: 236 m2 [193 m2 (vivienda), 17 m2 (patio delantero), 26 m2 (patio trasero)]
Arquitecto técnico: Ángel García
Constructora: Edite Transforma S.L.
Paisajismo: Blom Bureau
Diseño de mobiliario: Solar, Kal-a
Iluminación: PanaLed
Fotografía: Adrià Goula
