El estudio de arquitectura Canobardin fusiona dos espacios independientes en una Casa-Estudio para que los residentes puedan vivir y trabajar desde el mismo sitio sin necesidad de desplazarse.
El proyecto se ha llevado a cabo en una parcela de 800 metros cuadrados que se ubica en Pozuelo de Alarcón. Su aspecto refleja toques minimalistas y se impregna de colores vivos. Las zonas comunes de Casa-Estudio están diseñadas con el foco puesto en cubrir las necesidades cotidianas. Así, Canobardin, rompe los límites establecidos, tanto de lo laboral y lo doméstico como de lo público y lo privado, con un nuevo inmueble pragmático.
Hay muchos edificios nuevos que ya incorporan un espacio coworking común para la comunidad de vecinos, sin embargo, el estudio de arquitectura Canobardin integra en una casa individual estos dos espacios diferenciados. Por un lado, cuenta con habitaciones propias de una vivienda, y, por otro lado, hay zonas que se han habilitado como espacios de trabajo.
Esta Casa-Estudio se sitúa en un entorno natural que favorece la inspiración en el trabajo y la conciliación de la vida personal. Además, garantiza la intimidad tanto frente a los vecinos como entre las personas que conviven en la casa o trabajan en el estudio.
Casa-Estudio, dos espacios independientes pero adosados
La distribución de los espacios por parte de Canobardin se fundamenta en la orientación del terreno, que presenta una pendiente ascendente desde el acceso noreste hacia el suroeste. El inmueble, de una sola planta, se entierra parcialmente en la parcela, adaptándose a la topografía. De esta forma, se crea, respecto a las casas colindantes que son más elevadas, una sensación de aislamiento y privacidad en la Casa-Estudio.
El inmueble da la sensación de ser un espacio contiguo, sin embargo, las dos áreas están separadas y cuentan con accesos independientes. El estudio, edificado en paralelo a la calle, se aprecia desde el exterior de la parcela y hace de barrera a la casa que, a primera vista, queda oculta. Además, con esta estructura delimitada, que separa ambas zonas, los profesionales pueden visitar el estudio sin intervenir en la vida personal.
La luz natural atraviesa los ventanales del estudio
Canobardin diseña un espacio de trabajo con paredes de color blanco puro, detalles en madera alrededor y amplias cristaleras. El minimalismo combinado con gran luminosidad propicia un ambiente creativo para obtener el máximo rendimiento en un entorno laboral.
Un patio de luces repleto de plantas conforma el recibidor de la casa
La entrada a la vivienda planteada por Canobardin apuesta por la vegetación diversa y la iluminación natural. El objetivo simbólico del estudio de arquitectura es generar un ambiente fresco que induzca a la conexión con la naturaleza y, por ende, a la calma.
Zonas de estar y de descanso diferenciadas
Al entrar en el interior de la casa, desde el recibidor, hay acceso tanto a las habitaciones, situadas en el lado izquierdo, como a los espacios compartidos, ubicados en el lado derecho. Los dormitorios se han construido con muros de carga anchos para resguardarse de las temperaturas extremas y para otorgar una sensación de privacidad mayor. En el lado opuesto, se encuentran la cocina y la zona de estar, con vistas al jardín a través de grandes cerramientos acristalados.
Canobardin rompe con las proporciones de la Casa-Estudio
Este espacio con forma poliedríca cuenta con tres pilares finos metálicos, que sostienen una ligera losa sobre la que se sustenta un gran salón-comedor. Los responsables del proyecto rompen con las formas rectas en la estructura y eligen una paleta cromática vibrante para la sala.
A través de sus cristaleras, se cuelan los rayos del sol iluminando el salón. Resalta el sofá de obra, hecho a medida siguiendo la forma de la planta. Además, dispone de una chimenea y tiene acceso directo al jardín con piscina.
Eficiencia energética y ahorro económico
Con el objetivo de reducir el consumo, y con ello el gasto, los arquitectos del proyecto han llevado a cabo medidas para promover el ahorro tanto de agua como de gas. Por un lado, Casa-Estudio dispone de persianas enrollables en el salón para proteger el espacio de un exceso de luminosidad, mientras que en el jardín se ha instalado una ligera celosía, con cuerdas de cáñamo, para tamizar la luz del sol en el interior, sin perder la conexión visual con el paisaje.
La climatización funciona con un sistema de aerotermia por suelo radiante. Esta estructura cuenta con el apoyo de la energía solar captada mediante los paneles fotovoltaicos que se encuentran ocultos en la cubierta. Así, los residentes pueden lograr una mayor eficiencia energética ahorrando en la factura de la luz.
Este mantenimiento fácil y eficiente también se aplica al consumo de agua. En este caso, se ha enterrado un aljibe que recoge y almacena las aguas pluviales procedentes de la cubierta para destinar posteriormente al riego.
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Créditos de Casa-Estudio:
Arquitectura: Canobardin (Madrid)
Arquitectos principales: Julio Cano + Bárbara Bardin (fundadores del estudio de arquitectura)
Colaboradores: María Barreu Arnal (arquitectura)
Ubicación: La Cabaña, Pozuelo de Alarcón (Madrid)
Año de finalización: 2024
Superficie: 180 m²
Estructuras: Ignacio Isasi Zaragozá
Instalaciones: Lorenzo Sánchez del Campo
Fotografía: Imagen Subliminal (Miguel de Guzmán + Rocío Romero)