Entre las copas de los pinos que abundan en la región canadiense de Muskoka se alza el acogedor retiro firmado por Dubbeldam Architecture + Design.
El estudio canadiense, liderado por la arquitecta Heather Dubbeldam, se ha inspirado en la típica cabaña del bosque para diseñar este cautivador refugio contemporáneo de madera en los alrededores de las tierras que descansan junto a la Bahía Georgiana del lago Huron, famosa por acoger la playa de agua dulce más larga del mundo.
Rodeada por la inmensidad de la naturaleza, esta grácil construcción de dos plantas es la más pequeña de un complejo familiar de cuatro propiedades. Sus 93 m2 sorprenden por la amplitud de unos espacios en continuo diálogo con el tupido paisaje, bañado a lo lejos por el tranquilo manto de aguas cristalinas.
El acceso a la vivienda se realiza por unos escalones laterales que se adentran en un corredor exterior cubierto, donde listones de madera se suceden en hilera con elegancia, generando sutiles juegos de luces y sombras que enmarcan la vegetación. El equipo de Dubbeldam Architecture + Design ha emplazado la cabaña sobre una losa de hormigón, ligeramente elevada sobre el nivel del terreno, para garantizar el correcto aislamiento.
Los techos inclinados de madera caracterizan la geometría del diseño de Dubbeldam Architecture + Design
Nada más cruzar el umbral, la doble altura de la sala de estar da la bienvenida al hogar. Una cálida cubierta de madera a dos aguas corona la estancia y da forma al gran ventanal de cristal que define la fachada posterior. Al otro lado se extiende la agradable terraza semicubierta donde se puede disfrutar al aire libre de las extraordinarias vistas del entorno natural. Una estufa de leña, un sofá, una isla de piedra caliza gris (que al mismo tiempo hace las funciones de mesa de comedor) y un modesto frente de cocina constituyen los elementos esenciales que amueblan de manera práctica el corazón del hogar. Y, a fin de aprovechar al máximo el espacio, los arquitectos han optado por esconder las soluciones de almacenaje en el espesor de los paramentos.
La planta baja alberga además el baño y el dormitorio principal. Su generosa ventana cuadrada singulariza la estética de la fachada principal y deja ver cómo el estrecho camino de entrada se abre paso entre los altos troncos de los árboles.
Una escalera de madera asciende hasta la segunda planta, comprendida por un único espacio abierto a la sala de estar que puede utilizarse como estudio y, también, como dormitorio adicional. Desde esta habitación en las alturas se aprecian en detalle los pronunciados ángulos de la cubierta y sus aberturas de cristal, ocasionadas por el leve desplazamiento horizontal de los dos volúmenes prácticamente idénticos que integran esta edificación de madera y estructura de acero.
Una cuidada combinación de maderas ornamenta la cabaña
Maderas de diferentes tipos y tonalidades se despliegan en el interior para resaltar los distintos planos de la vivienda. “Utilizamos madera de roble para los suelos y madera contrachapada de arce para revestir las particiones internas. Además, elegimos listones de cedro rojo occidental para delinear el techo. Así logramos que el bosque circundante se introduzca aún más en el interior”, cuenta la fundadora del estudio Heather Dubbeldam. El equipo también hace uso de paneles alistonados que imitan la madera para cubrir las paredes perimetrales con un brillante color blanco, realzando la luminosidad de este recóndito refugio sumido en la paz de la naturaleza.
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Créditos de Bunkie on the Hill:
Arquitectura: Dubbeldam Architecture + Design
Equipo: Heather Dubbeldam, Scott Sampson, Krystal Kramer
Ubicación: Muskoka, Ontario, Canadá
Superficie: 93 m2
Año de finalización: 2023
Contratista: HLD Corporation
Ingeniería structural: Blackwell Structural Engineers
Fotografía: Riley Snelling