El aeropuerto de Tempelhof recibe a más de 95.000 visitantes y acoge 620 stands en su edición High Fidelity (edición de invierno).
Una temporada más, el Bread & Butter vuelve a hacer presencia en las vidas de nuestro equipo y de los muchos clientes, exhibidores y fashionistas all over the world. Berlín mostraba del 18 al 20 de enero, lo que vestiremos el próximo invierno y como no podía ser de otra manera Neo2 tomó nota de ello. El histórico aeropuerto de Tempelhof, situado en la Platz der Luftbrücke, enmarcaba, un año más, la feria de moda urbana referencia en Europa y que el pasado julio cumplía su décimo aniversario. La versión más invernal, sorprendió con la incorporación de tres nuevos espacios: Treasury (accesorios cotidianos), Dock (marcas street wear) y Lock Fire Dept. (extensión del Lock, pero en marcas de una larga trayectoria).
La entrada de la feria, un reconvertido vestíbulo que aún respiraba la poderosa pero sobria arquitectura de los años de ocupación, era un ir y venir de muchedumbre. Las marcas se rifaban a los visitantes, llamando su atención con anuncios, guapas modelos o bolsas de tela con lookbooks y demás kits de prensa que la gente coleccionaba como si la vida le fuera en ello. Acreditación de prensa en mano, el Bread & Butter se abría a nuestros pies, ocupando las dependencias que en su día tomaron los viejos hangares de los aviones y aledaños. Más de 620 stands repartidas en 75.000 m2 y donde más de 45 países desembarcaron con sus propuestas para el otoño/invierno 2012. Firmas como Vacant, Komono, la española We are Knitters, Sprayground, Yumi, Moon Boot, Lacoste, Cheap Monday, Vans, G-Star (uno de los desfiles a los que, además, asistimos presenciando su increíble performance, que no desfile…), Urbanears, Happy Socks, Vagabond, Havaianas, Melissa Shoes y nuestras anfitrionas Wrangler e Eastpak.
En esta edición, echamos de menos a Diesel y Replay que sin duda nos sorprenderán con nuevas y personales acciones y estrategias. En su lugar, Denim & Supply y Hilfiger Denim que no desaprovecharon la ocasión para mantener el listón igual de alto que en las anteriores ocasiones. Si tuviéramos que elegir uno de los stands más divertidos, nos quedaríamos con el de Denim Repairing Services, en el que el curioso visitante no sólo podía descubrir el proceso de fabricación de un vaquero sino arreglar los suyos gracias al servicio de reparación al instante. Originalidad al poder en una muestra que inauguraba su aplicación gratuita para iPhone e iPad (¿y Android?), con una guía útil y completa a través del tradeshow de Berlín y que en estos tres días se nos hizo más que indispensable.
Parada y fonda en uno de los múltiples espacios en los que los hidratos, hidratos y más hidratos se repartían en boles de pasta aderezada con rico estofado de ternera o tostas de generosas lonchas de jamón… berlinés y que respondían a un merecido descanso entre los kilómetros y kilómetros que los rastreadores/periodistas en busca de la nueva tendencia, nos hicimos terminal arriba, terminal abajo. La única pega que le podemos poner al evento, ahora que no nos oye su presidente, Karl-Heinz Müller, dueño además de la famosa tienda 14 oz. en pleno barrio de Mitte, es que plantearan una zona exclusiva para el ‘Made in Germany’, un detalle no muy apropiado para un show al que han apoyado marcas de todo el mundo y que limitaba al pasaporte nacional la entrada a ese nuevo sector. A pesar de ello, nos quedamos con el éxito de esta feria que vuelve a batir records de asistencia (más de 95.000 visitantes acreditados y 25.000 empleos temporales) y que aunque no nos permitió disfrutar mucho de la noche berlinesa más crápula (aun así no nos perdimos la megafiesta mensual del Broken Hearts Club, una de las más sonadas), sí nos dejó un rico sabor de boca en estos tiempos de turbulencias.
