Carlos Yuste, creativo publicitario de profesión (Ogilvy, McCann, Lowe…), presenta un original y reivindicativo proyecto artístico, de una incalculable carga conceptual: Bella Factura.
Después de su anterior proyecto “Un Contenedor de Obra” la primera exposición del mundo en un contenedor de obra, con Bella Factura, vuelve a apoyarse en el arte para incitar a la reflexión mediante la ironía, tratando de poner foco en la precariedad del trabajo artístico y creativo.
Bella Factura (concepto por encima de estética) es una serie de piezas personalizadas en las que la propia factura de la obra (factura real) pasa a ser la propia obra. En ella, es decir, en la factura y obra en sí misma, se recoge el coste real de materiales, marco y costes de envío (si es el caso) y se “regala” el trabajo intelectual, artístico y la “mano de obra” por parte del autor.
Nos comenta: “Quiero reivindicar la remuneración del trabajo creativo. Algo tan obvio, pero tan complicado. Un trabajo que se entiende que no debe ser pagado por el ‘PERO TE DEDICAS A LO QUE TE GUSTA’… como si Cristiano Ronaldo no se dedicase a lo que le gusta…”
Cabe indicar, para resaltar la pureza conceptual del proyecto, que la galería con la que trabaja el autor no ha querido participar porque sus emolumentos deberían recogerse fielmente en la factura/pieza, y no se ha cedido a su pretensión de ocultarlos adulterando la pureza de la idea del proyecto, con lo cual, en principio, esta colección no será expuesta.
Un trabajo denominado como concepto puro, en el que se invita a participar a cualquier persona interesada en poseer una de estas piezas totalmente originales, exclusivas, y por encima de todo, reivindicativas, solo con la condición de aportar el nombre y los datos que se quisieran incluir en la pieza, tales como NIF, domicilio o etc…
La colección se compone de 50 piezas, que fueron solicitadas a las 2 horas de publicarse el evento en las redes sociales de Instagram, Facebook y Linkedin.