No es un restaurante. Pero desearías que lo fuera. Beet me off es el proyecto culinario del cocinero Benoît Lujua, que periódicamente nos entrega los frutos de sus fogones en su cuenta de Instagram. Cuando la veas, efectivamente, te preguntarás: ¿dónde puedo comer esto?
Caballa con salsa de chiles picantes y puré de guisantes. Focaccia de patata, cúrcuma y cebolla caramelizada. Gỏi cuốn. Risotto de leche de coco, tomate, calabacín y salsa de ajos y koji, tofu frito y empanado en levadura nutricional, curry de lenteja roja partida con berenjena y calabacín, con gremolata de limón. Estos son algunos de los deliciosos platos que cocina Benoît Lujua para su proyecto Beetmeoff desde 2016 y que, esperamos, por favor, que algún día lleguen a muchos paladares.
Imagen superior: El cocinero Benoît Lujua (Stephen Lyne/Beet me off)
Imagen superior: Spam musubi 4 quarantine canteen de Beet me off
El proyecto, arrancado junto a Stephen Lyne (Stephen Please, Axolotes Mexicanos), que fotografiaba las suculencias generadas por la inventiva de Benoît, camina ahora en solitario y no deja de crecer. Porque aquellas primeras fotos dejaron paso a la elaboración del catering de fiestas privadas (donde tuve la ocasión de probar su cocina), a una colaboración con Fuet Magazine y al trabajo en restaurantes como Taverna Pervers y El Tros. Y todavía más: en su blog escribe los recuerdos y pensamientos evocados por las recetas que prepara y en tiempos del Covid-19 está formando parte como voluntario a la Xarxa d’Aliments del Raval (Red de Alimentos del Raval), porque la gastronomía está allí donde haya un sistema digestivo y un producto nutritivo.
Benoît ha reflexionado para Neo2 sobre su experiencia con Beet me off:
Imagen superior: fideos de arroz con lima, pesto de espinacas y habas fritas, proteína vegana, setas con cebolla caramelizada y habanero, encurtidos de pimientos verdes, cebolla roja y col en vinagre de higo.
¿Qué es Beetmeoff?
Beetmeoff es donde cocino, hago fotos y cuento historias sobre comida que he encontrado y me inspira. La cocina suele ser vegetariana, vegana o pescetariana.
¿Cuándo y por qué empezaste a cocinar de forma habitual?
Empecé a cocinar al irme de la casa de mis padres. Al principio, comía fideos instantáneos o pasta con atún en lata todo el rato. Me sentaba a cenar después de trabajar o estudiar, normalmente un poco fumado, mirando programas de cocina como Nigella Feasts, Masterchef UK o Come Dine With Me, y comía esas cosas tan tristes. Pero llegó un momento que dije ‘¡basta!’ y empecé a aprender a hacer mi propia pasta y ramen.
Pastel de limón con merengue, almendras tostadas y piel de limón (Stephen Lyne/Beet me off)
¿Para qué cocinas?
Para evadirme de todos vosotros :) No, en realidad no lo sé, pero me da unos momentos de desconexión que disfruto muchísimo. Especialmente, cuando trabajaba en una oficina o profesor hace unos años, esperaba con ansias el momento de encerrarme en la cocina (y a mis compañeros de piso, fuera).
¿Qué es para ti lo más importante del acto de cocinar? ¿Y de comer?
Tal vez es un poco obvio y ya se ha dicho mucho, pero hacer las cosas desde cero nos da mucho más que sabores, nos conecta con nuestro pasado e incluso más allá. En hacer mis propios caldos, pastas, panes y más encuentro algo casi ritual, primordial. Y sobre el acto de comer, lo más importante para mí es poder repetir. Si no, me pondré muy triste.
Arroz de coco, judías verdes, albahaca, tofu marinado y pasta de chile (Stephen Lyne/Beet me off)
Cuéntame un recuerdo asociado a la cocina o a la comida
Tengo tantos… Cuando era niño, mi familia no tenía demasiadas rutinas pero comer juntos siempre fue y será una de ellas. Por ejemplo, la mayoría de domingos por la noche difuminados por el food coma de la cena y el drama o el gozo familiar. Sí recuerdo que tras una semana particularmente dura, mi madre llegaba a casa y asaba un pollo chapuceramente. Habíamos estado tan preocupados con nuestras dificultades que la comida tenía un efecto tranquilizante: nos soltábamos y nos reíamos, mi gemelo y yo, a veces, caíamos al suelo de la risa histérica que nos sobrevenía. Lo recuerdo con tanto cariño que para mí ilustra a la perfección cómo de poderosa puede llegar a ser la comida.
Imagen superior: Huevo frito con dos salsas picantes y fermentadas (verde: chiles verdes, semillas de cilantro y ajo; amarilla: ajo, habaneros amarillos y jengibre). Para Beet me off
Hay un componente muy sensual en bastantes fotos de Beet me off. ¿Por qué? ¿Crees que la comida puede despertar similares pasiones y deseos que lo erótico?
Soy fan de Nigella Lawson… una cocinera londinense, que es coqueta, sensual, seductora y magnífica. Me enseñó que la comida tiene otra cara, más táctil y apasionada. Aunque no promuevo que te des placer con un melocotón, hay, definitivamente, una conexión en cómo de vivo estás en el momento y cómo de placentero es el acto de dar y recibir comida. A lo largo de los años, mis parejas siempre me han dicho que seduzco con la comida.
Croquetas de tomate seco, focaccia de patatas, cúrcuma y cebolla y dip (Stephen Lyne/Beet me off)
¿Cómo explicarías el tipo de cocina que haces?
Me gusta mezclar. Mientras que he trabajado en restaurantes de cocina catalana, no voy a mentir: las cocinas japonesa, vegana e italiana me hacen vibrar. Beetmeoff es un poco de cada una de ellas y con productos fermentados por en medio.
¿Tienes algunos referentes, estilos, restaurantes o cocineros que te inspiran?
Com decía antes, siempre me ha encantado Nigella Lawson, pero tengo otras referencias como Ottolenghi, Fuchsia Dunlop, Maangchi. Los principios detrás del Washoky tienen un peso muy importante en cómo contemplo el consumo de comida y su preparación: es una tradición japonesa de harmonía, paciencia y equilibrio en ámbitos como la preparación de la comida, los colores y la dieta.
Bocadillo de berenjena ahumada, lechuga, tomate, patatas con doble fritura con huevos encurtidos a la cúrcuma y con sriracha de mayonesa y ají panca (Beet me off)
Dime si tienes algún ingrediente fetiche
Tengo una adicción al picante, así que tengo que decir que los chiles. Casi siempre me encontrarás con el frasco de salsa picante en la mano cuando estoy comiendo, si es que se ha dado el caso (bastante improbable) de que he cocinado algo sin picante.
¿Cómo te gustaría crecer dentro del mundo de la gastronomía? ¿Hay algún sitio en el que te gustaría trabajar?
No sé cuál será mi camino, porque soy el peor de todos los especialistas, soy muy versátil. Creo que me gustaría ser capaz de tener mi propio espacio privado para ofrecer cenas estupendas, impartir talleres y escribir. No me malentiendas: me encanta trabajar en cocinas profesionales, pero no nos engañemos: hay muchos egos frágiles de cisheteros rebotando que deben ser atendidos.
Croquetas de pollo al curry con mantequilla ghee y perejil, rebozadas en panko con un dip de tomate y ajo (Beet me off)