Domingo Rodríguez Lázaro nos deja en shock con la nueva colección de su firma Dominnico FW20-21. “Idolatría” es una mezcla entre la fantasía habitual del diseñador alicantino y un homenaje hacia la cultura española más flamenca. Nos colamos en el backstage del desfile a través del objetivo del fotógrafo Albert Mullor
Una nueva edición de Mercedes-Benz Fashion Week donde se muestran propuestas de todo tipo: Moda clásica, transgresora, colorista, sobria… Cuando me senté para ver el desfile de Dominnico FW20-21 no me podía hacer una idea de lo que había preparado esta vez la joven promesa de la moda. En esta ocasión pasaba de desfilar como nuevo talento en EGO a desfilar en el programa oficial como uno de los diseñadores consagrados de la moda española.
Prendas como el clásico mantón y el sombrero cordobés se mezclaban con Chaps de cuero bordados y plataformas imposibles en colaboración con The Art Company Shoes. La gama cromática infinita que Dominnico plasmaba en todas las siluetas de la nueva colección “Idolatría” iba desde los colores pastel más naif hasta los negros, rojos y blancos más intensos. Los 28 looks que componían esta exhibición de buen gusto y fantasía flamenca se confeccionaron a partir de tejidos tan variados como el tul bordado de lentejuelas, los jacquares de seda flecados y los laminados de piel.
Las fotografías de Albert Mullor nos adentran más aún en el rico universo de Dominnico FW20-21. En el backstage, donde lo que aún no estaba preparado para mostrarse seguía siendo bello, sincero y elaborado. Donde se puede ver cómo un conjunto de piezas que ya brillan de forma independiente buscan ensamblarse para deslumbrar en el conjunto que pudimos disfrutar sobre la pasarela aquella mañana del viernes en el Pabellón 14.1 de Ifema.
Me atrevo a decir sin pelos en la lengua que la colección de Dominnico FW20-21 ha sido una de las mejores propuestas de esta edición de MBFW Madrid 2020. No por gusto personal ni mucho menos, sino porque a través de sus diseños nos ha dejado ver una perspectiva diferente a lo que estamos acostumbrados.
No ha sido “color por color y excentricidad por llamar la atención”. Cada prenda era una proyección de la cultura española más clásica reconvertida en algo completamente nuevo y emocionante. Todo el conjunto se basaba en un equilibrio perfecto entre pasión por la moda, trabajo duro, amor por los orígenes y las ganas de ofrecer a un público sediento de algo nuevo una propuesta de esas que te ponen literalmente la piel de gallina.