En un regreso triunfal a Pitti Uomo, el diseñador Luca Magliano propone una democratización y feminización del armario masculino para su colección FW24 con un desfile cargado de simbolismos de libertad, historia queer e inclusividad.
Magliano FW24 consagra la maduración de Luca Magliano como diseñador de moda. Tras haberse dado a conocer al mundo hace 5 años en Pitti Uomo, vuelve como diseñador invitado para proponer una radical democratización del menswear, en su distintivo lenguaje urbano e irónico, como era de esperarse. Aquí, los rígidos cánones del armario masculino se reestructuran con su distintivo acercamiento de feminidad. El resultado de todo esto es un armario genderless, high street y progresivamente inclusivo.
Fotos: cortesía de Magliano, Pitti Uomo. @magliano.insta.
El retorno del hijo pródigo
Luca Magliano se dio conocer de manera oficial hace 5 años desfilando su colección Armario para un Hombre Enamorado aquí mismo en Pitti Uomo. Y hay que reconocerlo: su salto al estrellato fue cosa de la noche a la mañana. Su lenguaje transgresor y progresista, combinado con un fuerte trasfondo político detrás, generó el ruido necesario para que este prometedor diseñador de Bolonia se coronara como una de las grandes revelaciones de su año. Y tras haber ganado el segundo lugar del Premio LVMH, podemos decir que el público no estaba equivocado.
Para aquellos ajenos al panorama socio-político de Italia, Boloña ha sido desde tiempos inmemoriales un bastión del progresismo en el país. También, ha sido la meca de la lucha por los derechos de la comunidad queer y Luca Magliano es un fiel representante de esa misión en el terreno de la moda. Para esta colección, tal y como en las anteriores, usa sus prendas a modo de crítica social y como medio de propaganda. Backstage, el diseñador comentaba que una de las principales ideas detrás de esta colección era la de que “la belleza es algo completamente antifascista”, y solo hay que ver la ambientación que acompañó a su colección FW24.
El evento tuvo lugar en el Foro Nelson Mandela, un recinto deportivo de dimensiones teatrales. Allí, los modelos desfilaban bajando una escalera a contraluz y envueltos en humo. La puesta en escena, también es una referencia a lo que Magliano califica como “historia queer de Italia”. Este descenso (y ascenso) fue creado para emular el desfile Donna Sotto Le Stelle de 1997, un tributo a Gianni Versace donde él vio a Naomi Campbell desfilar un espectacular vestido rosa en las escaleras de la Plaza de España de Roma. Ambientando este espectáculo completamente teatral, sonaban himnos comunistas y de lucha de clases, afincando el punto reivindicador de su lenguaje.
Magliano FW24.
Magliano FW24: Democratización, radicalización y feminización del menswear
El armario que vimos desfilar dentro de la colección de Magliano FW24 podría definirse a grandes trazos como el “armario del populacho”. Un sentido de decadencia, dejadez y desgaste primaba sobre una inmensa mayoría de las prendas… y tenía su punto. Aquí, elementos fundamentales y rígidos del clásico armario masculino se reimaginan y reconstruyen, con una visión más inclusiva y global. Los trajes, hechos en colaboración con Kiton, se presentaron al corriente de las propuestas más urbanas: hombros anchos, siluetas caídas y fluidas y pantalones holgados. Eso sí, con una especialísima atención a los pequeños detalles. También, primaron construcciones vanguardistas sobre lo clásico, con elementos de fruncidos como punto fuerte.
Aligerando el tono, Magliano FW24 se enfocaba en los esenciales más relajados del armario menswear, reimaginados con ese toque más llano. Las prendas de punto sirvieron como banners para gráficos irónicos que rayaban entre lo edgy y lo naif y el workwear se utilizaba para hilar ese relato de clase obrera. El chándal también tuvo su momento, intervenido con elementos de feminidad: tops mostrando hombros y pantalones convertidos en faldas.
En el terreno de los accesorios, vimos zapatos de construcción reimaginados como piezas de high street, zapatos formales con pinchos dramáticos, bufandas destruidas y muchísimas bolsas de la compra. Lo típico que vemos por las calles de nuestro barrio, vamos.