La segunda parte parte del artículo “Arte y caos climático”, aparecido en el #187 de la revista Neo2. Aborda el uso de las nuevas tecnologías para la creación de mundos alternativos a un futuro ecológicamente catastrófico.
La literatura de ciencia ficción ha influido a muchos artistas contemporáneos. Estos experimentan con las nuevas tecnologías para crear piezas referentes a arte y caos climático. Una especie de fantasía tecno-utópica donde se nos presenta un Planeta B en el que el enfoque atropocéntrico del universo es fundamental para afrontar las inminentes y complejas condiciones ecológicas. Prácticas basadas en tecnologías de VR, AR, o AI, que auguran entornos digitales enfocados a estrategias colaborativas para la supervivencia ecológica.
Eduardo Balanza, Pedro Guiro, Resonancias, 2023, en Colaboración con Acuario Laboratorio Universidad de Murcia y Cuartel de Artillería, Murcia.
Eduardo Balanza y Pedro Guirao – escenarios posthumanistas
En algunas ocasiones observamos acciones que muestran escenarios posthumanistas en los que la vida se reproduce fuera de su hábitat natural. Reflejan un panorama desolador recogido en numerosas obras artísticas. Hablamos aquí de un laboratorio donde la vida del Mar Menor intenta continuar y donde se simulan composiciones químicas para que especies en vías de extinción como el caballito de mar o las nacras del Mar Menor continúen existiendo.
Eduardo Balanza, Pedro Guiro, Resonancias, 2023, en Colaboración con Acuario Laboratorio Universidad de Murcia y Cuartel de Artillería, Murcia.
Bajo este contexto, el duo de artistas multimedia compuesto por Eduardo Balanza y Pedro Guirao colaboran en su pieza “Resonancias” (2023)— incluido en su proyecto “Monoton”— con el músico y biólogo, Emilio Cortés, en una representación musical compuesta a partir de los datos biológicos del Mar Menor y que informan sobre el deterioro de las aguas de la laguna de Murcia. Esta obra de Arte y caos climático consiste en la interpretación de una partitura musical compuesta a partir de estos datos, obtenidos de la temperatura y los niveles de clorofila y oxigeno, disueltos en el agua del Mar Menor en los últimos cinco años, gracias al instrumento B71, un instrumento electroacústico inspirado en los órganos barrocos, capaz de sintetizar data y convertirla en sonidos a través de la técnica de sonificación.
Santiago Morilla, Prototipos traductores de bosques, 2021. Foto: Santiago Morilla.
Santiago Morilla – deterioro ambiental y coexistencia de especies
También Santiago Morilla recurre al deterioro ambiental y a la coexistencia de las diferentes especies como tema principal de su obra. A través de fotografía, video o mapeo digital el artista muestra formas de motorizar la información de las especies. Facilitando su interacción con el ser humano a partir de la AR. Por esa razón lo vemos en su obra “Terraformación vegetal inmersiva” (2022).
Parson & Charlesworth. Multispecies Inc. (2023).
Parson & Charlesworth – mundos tangibles
O como ocurre en el caso del duo de artistas Parson & Charlesworth, cuyo trabajo desarrolla mundos tangibles como herramientas discursivas para evaluar críticamente temas urgentes. A partir de supuestos especulativos desarrollan instalaciones, esculturas, objetos, textos, fotografías o medios digitales que exploran los principales desafíos sociales, ecológicos y tecnológicos de nuestro tiempo, incluido el cambio climático. Su obra “Multispecies Inc.” (2023), es un proyecto transdisciplinar de ficción climática que especula sobre el tipo de relaciones que podríamos tener con otras especies. El proyecto tiene como objetivo ayudar al público a imaginar conexiones empáticas y transformadoras con otras especies, al tiempo que critica nuestra excesiva dependencia de la tecnología.
Donatien Aubert. Les jardins cybernétiques (Chrysalides), (2020).
Donatien Aubert – modernidad tecnocientífica
El artista Donatien Aubert plantea la manera en la que la modernidad tecnocientífica ha trastornado la relación que la especie humana mantiene con la vida y los ambientes en los que se inserta. En su obra “Les jardins cybernétiques (Chrysalides)” (2020), Aubert, también ofrece una visión general y sus consecuencias para el desarrollo de las sociedades contemporáneas.
Donatien Aubert. Les jardins cybernétiques (Chrysalides), (2020).
Este proyecto de arte y caos climático muestra cómo representaciones mentales de los seres vivos se han visto transformadas por la difusión de tecnologías digitales en el medio ambiente y cómo éstas, a su vez, ayudan a remodelarlo. O cómo, en la obra de Libby Heaney, “Q is for Climate” (2023), se representa una criatura gigante, un ser híbrido, una superposición cuántica, entrelazada a través del tiempo; una encarnación parcialmente oculta del poder radical de lo cuántico para alejarnos de las tecno-soluciones al cambio climático y hacia un profundo entrelazamiento con nosotros mismos y los demás (pueblos, no humanos), a través del espacio y el tiempo.
Jemma Woolmore y Nayeli Vega. Poetically Based Rendering, (2022).
Jemma Woolmore y Nayeli Vega – ecoficciones multimedia
La obra creada por el binomio formado por Jemma Woolmore y Nayeli Vega, “Poetically Based Rendering” (2022), propone ecoficciones multimedia para imaginar formas de reconocer y estar con los ecosistemas naturales y artificiales. Utilizando procesos que se mueven con fluidez a través de dimensiones y métodos, lo físico y lo virtual, lo analógico y lo digital; las artistas materializan criaturas, textos y entornos en 3D inspirados en cuatro cuerpos de agua en Alemania.
Sabrina Ratté, Inflorecences IV, 2023, Comisionado por New Now Festival.
Sabrina Ratté – futuro hipotético
También vemos como “Inflorescences” (2023) de Sabrina Ratté se desarrolla en un futuro hipotético, otro ejemplo de Arte y caos climático, donde plantas, hongos y bichos desconocidos han sufrido mutaciones para existir en simbiosis con objetos abandonados. Éstos retratan un mundo desprovisto de humanos. Por lo tanto su evolución está determinada por los restos que dejaron atrás.
Arte y caos climático (1ª parte) – Narrativas visuales Eco-Románticas