La ONG Apoyo Positivo, que defiende los derechos de la comunidad LGTBIQ, presenta el corto Mar y María reivindicando el feminismo.
La directora Afi Oco ha dirigido este cortometraje de la ONG Apoyo Positivo. Pertenece a la seríe Indetectables. Esta es su tercera temporada y con el quieren reivindicar el papel del feminismo en el cine y en la sociedad.
Hemos charlado con Jorge Garrido, CEO de Apoyo Positivo, sobre su trabajo, el corto y la importancia de una mayor visibilidad de todo el trabajo que realizan por y para la comunidad LGTBIQ.
¿Cómo nace Apoyo Positivo? Apoyo Positivo surge en 1993 como respuesta a los primeros años de la crisis del sida en la ciudad de Madrid y como resultado del trabajo coordinado de médicos de los Hospitales La Paz, Ramón y Cajal y personas afectadas directamente por el VIH, y sus familiares.
En estos 25 años de respuesta al VIH y la salud sexual, Apoyo Positivo ha evolucionado a un recurso de innovación social comunitaria, que promociona y defiende la diversidad, a la vez que da respuesta a sus necesidades en tres principales áreas: salud, educación y derechos. El VIH es la punta del iceberg de muchas vulneraciones sociales a personas por el hecho de ser, sentir, amar o vivir y nuestra labor al lado de estos colectivos, el colectivo LGTBIQ, mujeres, jóvenes, personas migrantes, entre otros, ha dado como resultado esta evolución natural a un proyecto comunitario que abandera la diversidad como la verdadera herramienta de cambio social.
La filosofía de Apoyo Positivo es, sobre todo, generar una oportunidad una vez que conseguimos mejorar la vida de la persona, para que sea más autónoma y esa diversidad se convierta en ese motor de cambio y en algo positivo.
¿Dónde estáis y en qué consiste exactamente la labor de Apoyo Positivo? Nuestra entidad tiene sede física en varias zonas de Madrid (Lavapiés, Manuel Becerra y barrio de Fuencarral), Málaga y Torremolinos, aunque nuestros proyectos y campañas son de ámbito estatal, europeo y, en algunos casos, internacional.
Dentro de esa promoción y defensa de la diversidad desarrollamos diferentes actividades según las necesidades a cubrir en las personas que atendemos y, por otro lado, dentro de los programas de crecimiento personal y emprendimiento, que ayudan a la persona a mejorar su calidad de vida una vez que ha superado algún problema o situación relacionada con su diversidad.
En el área de salud llevamos a cabo desde pruebas gratuitas de VIH, y las principales infecciones de transmisión genital, a atención psicológica y social, tras un diagnóstico de VIH, por un problema de identidad de género o de orientación sexual, grupos terapéuticos de auto-apoyo, un piso de acogida para personas diversas en situación de mayor vulnerabilidad, programas de empleo y asesoramiento en la búsqueda, programas de adicciones, con fenómenos como el chemsex, calidad de vida y diferentes acciones que abordan la salud y, especialmente, la salud sexual desde un espectro holístico e integral.
En el área educativa formamos a profesionales, estudiantes de profesiones relacionadas, instituciones, administración pública y otras ONGs en salud, educación afectivo sexual y derechos, así como emprendimiento social, y tenemos dos programas dentro de las aulas, WE LOVE, que forma a los más pequeños, desde la guardería hasta final del instituto, sobre valores, comunicación, derechos, respeto, bullying, diversidad, violencias machistas, educación afectivo – sexual, etc., a la vez que les activa para ser agentes de cambio. Y nuestra FORMACIÓN AS que, específicamente, forma a Agentes de Salud en la universidad para fomentar las buenas prácticas y la adecuada atención a la sociedad.
Dentro del área de derechos, pertenecemos a diferentes plataformas locales, estatales e internacionales, de defensa de los derechos de los colectivos que representamos, así como ejecutamos numerosas campañas informativas y para garantizar esa equidad social. Cualquier persona puede encontrar y seguir nuestro trabajo desde nuestra web y nuestras redes sociales, ¡en las que somos muy participativas!
Siguiendo la línea de innovación, nuestra incubadora Algo Está Pasando (AEP), paralela a las áreas de trabajo más asistenciales y educativas, genera proyectos sociales y de emprendimiento, que aportan nuevas e innovadoras soluciones a esas necesidades que atendemos en los programas anteriores. De AEP han surgido proyectos como nuestra serie de ficción Indetectables, nuestra app PrEParaDXS o cortometrajes como Diversxs, Eli o el corto de ficción Mar y María que presentamos estos días con motivo de la celebración del Orgullo LGTBIQ 2019.
En estos días presentamos además nuestro nuevo proyecto, los centros comunitarios Casa. Unos espacios para la salud sexual y la diversidad, donde podréis encontrar desde un checkpoint de infecciones, con diagnóstico clínico, terapias psicosociales, para cualquier temática de las que abordamos en diversidad, un área de bienestar, con actividades como yoga, mindfulness, reiki, talleres de crecimiento personal y emprendimiento, entre otros, y un cuarto espacio de actividades para generar y activar a la comunidad diversa, desde ocio alternativo, producción audiovisual, actividades medio-ambientales y deportivas, etc.
Después de 25 años de trabajo de Apoyo Positivo llevamos a cabo un espacio que conjuga muchos de los modelos de buenas prácticas en la respuesta comunitaria al VIH, salud sexual y diversidad, que se han desarrollado en todo el mundo, adaptado a las características de las personas y la diversidad hoy en día y enfocado en la creación de comunidad.
¿Cuáles son los casos que más han llamado vuestra atención? Todos estos años al lado de la salud y la educación sexual hacen, sobre todo, que conozcas mucho mejor la realidad de lo que somos como personas y cómo vivimos en un sistema que oculta y penaliza lo que suponemos como seres humanos.
La diversidad no es una cuestión de colectivos, diversas somos todas las personas, por eso lo que más llama la atención es la perseverancia en el rechazo y estigma hacia algo como el VIH, o la diversidad de género u orientación sexual, o simplemente al hecho de ser mujer, cuando no existe ningún argumento lógico, ni biológico, o ni siquiera de fe, que apoye la vejación continuada y estructural que sufrimos determinadas personas diversas.
Es muy duro ver cómo las trabas diarias a ser uno mismo arruinan muchas vidas, y como la sociedad no es consciente de esos comportamientos diarios que realizamos y que vulneran a mujeres, a personas LGTBIQ, a migrantes, entre otras, simplemente por un estigma infundado y por un amplio desconocimiento de todas estas realidades y de la propia lucha por la defensa de los derechos de esas personas, ya que el estigma también recae en los proyectos comunitarios que trabajamos con ellas.
Es por eso que Apoyo Positivo siempre está al lado de los más invisibles, las personas que menos voz tienen y que, bajo esa presión estructural y social, esconden muchas de sus realidades e identidades por miedo, situaciones de abusos sexuales, violencia y terrorismo machista, problemas de chemsex o uso sexualizado de drogas, y que, a pesar de una crisis de más de 30 años como la del VIH y toda la información y educación derivada sobre salud sexual y diversidad, siguen estando más latentes que nunca en toda la sociedad y, especialmente, en algunos colectivos con los que trabajamos, uniéndose a fenómenos actuales como la soledad en las grandes ciudades o la dificultad de vivir la diversidad en los entornos rurales, que acentúan todos esos problemas que una persona no normativa sufre desde que es consciente de su realidad.
El nombre de los centros Casa no es casual. Hace referencia a las casas de las drags que acogieron a los hombres gais que morían de sida rechazados por sus familiares y entorno al principio de la maldita epidemia, y simboliza esa unión, compasión y respeto que como colectivo también tenemos que revisar internamente y trabajar juntas en ello. Afirma Jorge Garrido, CEO de Apoyo Positivo.
¿Tiene la sociedad un problema de educación? ¿Estamos avanzando en lo que a diversidad e integración nos referimos? La sociedad tiene un problema de honestidad frente a su diversidad, por ese miedo, por estigmas, que deriva en un enfoque erróneo hasta en los planteamientos educativos. Vivimos en ese sistema patriarcal, construido alrededor de roles sociales y dinero, que va en contra de la naturaleza diversa del ser humano, y que plantea la educación desde esos principios excluyentes, económicos, basados en privilegios, e insostenibles para la propia humanidad y el planeta. Así que el problema parece bastante grande.
Hoy en día hablamos de diversidad, con mucha ligereza, cuando la mayoría de la población ni siquiera hemos sido educadas en afectividad y sexualidad, algo que va infinitamente más allá de explicar cómo es la reproducción o la prevención en las relaciones sexuales. La educación afectivo – sexual es la base de nuestro auto – conocimiento, autoestima, gestión emocional y comunicación, es decir, la forma en la que nos desarrollamos y nos relacionamos como seres sociales entre nosotras. Es la única herramienta para ser una misma.
Si miramos las noticias a diario podemos ver numerosos casos derivados de la falta de esa educación sexual: violaciones, asesinatos machistas, suicidios adolescentes, problemas de abusos de sustancias, agresiones por delito de odio, etc. Muchos y frecuentes casos que suponen una alarma social sobre papel o en la televisión, pero que no son abordados de una manera objetiva y segura dentro del sistema educativo, sino con miedo, hipocresía y un amplio desconocimiento, lanzando a las personas a una auto-gestión de situaciones que frecuentemente pueden desbordarle.
Se ha hecho camino pero falta mucho por hacer para conseguir una plena equidad social y es recomendable dejar de pensar en integrar, sino en cohabitar y sumar unas con otras. Uno de los puntos de fricción para la persona vulnerada es tener que pasar como por un “tribunal de aprobación” para que te dejen ser, algo que supuestamente se garantizaría “integrándote en la sociedad”, por no decir “integrándote en la norma”; luego la sociedad es otra cosa. Sin embargo creemos que lo que hay que integrar es toda esta diversidad e información para entendernos mutuamente y conseguir un espacio en convivencia.
¿Tiene la mujer menos visibilidad dentro del colectivo¿ ¿A qué creéis que es debido? La mujer tiene poca visibilidad en general en toda la sociedad, por lo que en el colectivo visible LGTBIQ y VIH es también un indicador de vulnerabilidad. El mundo gay es conocido mayoritariamente a través de los hombres, blancos y gais, con alguna participación de mujeres trans, pero con el resto de mujeres lesbianas, bisexuales y de otras identidades y géneros invisibilizadas en la estructura económica, social, cultural y política del colectivo LGTBIQ.
Es evidente que lo que se conoce como el colectivo LGTBIQ, lo que llamamos ambiente, las zonas de ocio y encuentro social de las personas del colectivo, son un espacio que ha copiado esquemas de la estructura social de toda la sociedad, un esquema patriarcal, en el que, por ejemplo, en ciudades abiertamente gayfriendly como Torremolinos no hay ni un local para chicas, o nieguen la entrada en locales gais de distintas ciudades a chicos trans. Vemos cómo son las campañas, el marketing, las imágenes del colectivo en medios, ¿de quién se habla?, de chicos cisexuales blancos gais, algo de chicas cisexuales lesbianas blancas invisibilizando el resto de identidades y letras que suponen personas y problemáticas incluso más graves y de mayor vulnerabilidad.
El motivo no puede ser otro que el económico y el de la estructura de privilegios. Todo lo que signifique y suponga algo femenino siempre va a estar por debajo en la pirámide de privilegios sociales. Una mujer cis hetero, una mujer cis lesbiana, una mujer trans bisexual, una mujer negra trans hetero con VIH, y así sucesivamente desgranando la pérdida de privilegios, siempre estarán por debajo de un hombre gay blanco, a no ser que esa mujer tenga mucho dinero.
El propio colectivo promociona eventos del Orgullo escribiendo en sus dossiers de patrocinio un target de población para las marcas de un 50% hombres gais y un 50% personas heterosexuales, en especial mujeres, que acuden a los eventos del Pride, enmarcándonos en un término anglosajón que creemos explica todo: DINK (Double Income No Kids), traducido al castellano: Dos Sueldos Sin Hijos, describiendo la supuesta estructura económica de todo un colectivo, normativa en formato de pareja, que puede casarse y casi que elegir niños.
Sólo teniendo esto claro se entiende la profunda desconexión que mucha parte del colectivo de hombres gais tiene actualmente con la identidad de género y la diversidad, con el feminismo y con la propia mujer.
¿Cómo surge la idea de los cortos? ¿Qué acogida han tenido? Desde hace ya casi 10 años, Apoyo Positivo incluyó en nuestro plan estratégico una nueva forma de hacer comunicación social, a través de la diversidad y muy transversal a todo lo que realizamos en los demás programas. Así comenzamos un proceso de generación de ideas, campañas, proyectos creativos y artísticos, durante unos años, que posteriormente se plasmó con la creación del proyecto incubadora, Algo Está Pasando.
Al principio pensamos que no haríamos algo más allá que material educativo, pero también nos gusta pensar a lo grande y esto nos lleva a producir y trabajar mucho las ideas hasta tener el proyecto final junto a las comunidades con las que trabajamos. Nuestros cortometrajes han recorrido prácticamente ya todo el plantea, han participado en más de 250 festivales de cine internacionales, con secciones oficiales en festivales como el de Málaga, o el Fantastic Fest de Austin, Texas y ganando premios como Lesgaicinemad, Festival de Zaragoza, Festival de Tels Quels en Bélgica entre otros, y premiados como mejor campañas sanitaria en los Premios Somos Pacientes, los Premios Jovell 2018 y los Premios Calcsicova 2019. Se ha utilizado como material educativo dentro y fuera de España y ahora mismo no somos capaces de saber dónde ha sido visto un episodio de nuestra serie Indetectables.
El objetivo de llegar mas allá de nuestros colectivos y sensibilizar en diversidad a toda la población se está consiguiendo con creces y ya estamos produciendo la tercera temporada de la serie y otros proyectos salen a la luz en las próximas semanas como Transversales, la segunda parte de Diversxs.
No sabemos qué pensarían Sylvia Ribera y Marsha P. Johnson sobre el Orgullo tal y cómo se celebra hoy en día en muchos sitios, con ese papel de protagonismo empresarial. Seguro que estarían muy felices de ver todo lo conseguido en derechos, gracias a su coraje. Pero no sé si conseguiríamos que estuvieran muy orgullosas.
¿De qué forma puede colaborar una persona con Apoyo Positivo? Como veis tenemos numerosos programas y actividades, y siempre estamos abiertas a nuevas propuestas y, sobre todo, a que mucha gente se una a la familia de Apoyo Positivo, así que lo más fácil es contactarnos a través de nuestra web, teléfono (913581444) o redes sociales.
Y contadnos qué es lo que os apetece hacer con nosotras y nos pondremos en contacto para conocernos. Recordar que estamos físicamente en Madrid, Málaga y Torremolinos pero también trabajamos en actividades online y campañas en las que colaboran personas de otras ciudades y Comunidades Autónomas.
¿Qué podemos hacer desde los medios y las personas físicas para concienciar a las nuevas generaciones de la importancia del sexo seguro y la educación sexual? Creemos que, primero de todo, con que cada uno empiece a trabajar su propio estigma, comenzaremos los siguiente pasos necesarios. El estigma nos bloquea para hablar, contar, educar en salud y sexualidad, intercambiar experiencias, no juzgar, reconocer realidades que una persona pueda ser, etc.
El estigma es algo que alimentamos diariamente y algo que los medios tienden a perpetuar a golpe de titular o artículo intencionado, siendo demoledor el poder de difusión de informaciones que confunden realidades y que suponen una violencia estructural hacia muchas personas. Y, sin embargo, el sistema educativo no incluye una adecuada educación afectivo sexual, elemento básico del desarrollo humano, por lo que la información y formación en estos aspectos de toda la población parte de esos titulares y artículos en medios, físicos y digitales, y del teléfono estropeado de personas de tu entorno.
En Apoyo Positivo decimos mucha la frase: “si te crees demasiado pequeño como para provocar un impacto intenta dormir con un mosquito en tu habitación”. Lo decimos pensando en mosquitos positivos, productivos, agentes de cambio, que informan bajo un conocimiento científico y asesorado con el fin de ayudar y mejorar la calidad de vida de otras personas y la suya propia. El problema es que, como sociedad, solemos ser otro tipo de mosquitos, portadores de esos prejuicios y estigmas que transferimos en picaduras a unas y otras personas. De nuevo, alimentamos esa discriminación, quizá por no ser el peor de la pirámide.
Es importante que el colectivo LGTBIQ frene y reflexione dónde estamos, reconozcamos los caminos y las personas hasta llegar aquí y construyamos unos espacios más inclusivos y seguros para todas las personas. Debemos reforzar los cimientos de una comunidad que ha sido fragmentada y dinamitada a base de un mundo gay de ensueño que se ha vendido a toda la sociedad pero que no se ajusta a la realidad existente.
En este mes que celebramos el día del orgullo, muchas marcas e instituciones “apoyan la causa” ¿Creéis que hacen una buena labor o simplemente piensan en facturación? Toda acción honesta para ayudar a la integración de las personas vulneradas socialmente debe ser aplaudida, y es algo que desde Apoyo Positivo consideramos que debería ser parte de la devolución y participación comunitaria de esas empresas, especialmente las del propio colectivo.
No siempre es dinero, son medios, difusión, espacios que te cedan, y por supuesto celebrar a nuestro lado durante el Orgullo, pero es importante que las empresas sean más sociales y no sólo vean la reivindicación de nuestros derechos como un medio de mayor negocio, y publicidad durante unos pocos días. Hay mucho año para naturalizar la diversidad y hacerla parte de estrategias de responsabilidad social corporativa e igualdad que favorezcan la vida diaria del colectivo LGTBIQ y, sobre todo, para vivir lo enriquecedor de ella.
Evidentemente ya sabemos que el componente económico del orgullo es el cebo para que determinadas marcas quieran estar presentes en el evento con mayor proyección de la ciudad de Madrid, aunque el resto del año tengan acciones claramente LGTBIQfóbicas. Quizá la celebración y reivindicación de unos derechos debería ser un espacio más limpio y propio y, sobre todo, creemos que debe dejar lugar a todo lo que hemos hablado de la diversidad y sus identidades invisibilizadas.
Quizá nuestra comunidad diversa, nuestra sociedad, necesita un orgullo más real, en el que ayudemos a entender y a entendernos a nosotras mismas, que no nos siga lanzando a un loop de que todo es maravilloso en el mundo LGTBIQ visible, cuando hay muchas cosas que tenemos que mejorar como comunidad, como nuestros cuidados.
El orgullo comenzó por gente LGTBIQ de la calle y, en especial, dos mujeres, racializadas, con VIH, Sylvia Ribera y Marsha P. Johnson que iniciaron las revueltas para defender los derechos de los excluidos sociales en EEUU. Lo mismo que pasó en Barcelona. Y en Madrid. El tiempo y el colectivo de hombres gais las silenciaron y años después la propia Sylvia clamaba en el Día de la Liberación Gay a su propio colectivo ayuda y atención, hacia todas las personas del colectivo LGTBIQ.