Nació en 1994. Hace su vida a medio camino entre Madrid y Vigo. En teatro es uno de los protagonistas de Ricardo III, adaptación de Shakespeare dirigida por Miguel del Arco. Para televisión ha trabajado en varias series donde destaca Servir y proteger. También ha hecho varios cortos. Y, en sus ratos libres, hasta le da a la música… El joven actor Alejandro Jato responde a nuestras preguntas en plena cuarentena.
Hasta que se impuso la cuarentena del Estado de Alarma estabas de gira con Ricardo III, la adaptación de la obra de Shakespeare. ¿Qué verán los espectadores que vayan a verla al teatro cuando la retomes?
Alejandro Jato: Una función que se les va a pasar muy rápido. Una función con un humor a veces terrible. Una función que habla de la mala gestión del poder, de los peligros de la ambición sin límites, del individualismo… Habla de fake news, de postureo, de lameculismo, del nacionalismo, del fascismo… Y de la mentira, el engaño y la picardía como métodos para trepar y, sobretodo, para triunfar. Habla también del talento y el ingenio de los fantoches populistas, que últimamente están cada vez más cerca del poder, y el peligro que esto conlleva. De política, pero también de todas y de todos. Y habla de aquí y ahora.
¿A quién interpretas tú?
Yo hago 7 u 8 personajes y veintinosecuantos cambios de ropa. Es como una maratón actoral. Mis personajes son muy distintos: El hermano de una reina, un consejero casposo del rey, un asesino gallego, un tertuliano del corazón, un aspirante a rey… Me lo paso como en mi vida.
En la tele te hemos visto en Servir y proteger. ¿En qué estado se encuentra la serie? ¿Habrá más temporadas?
Ahora mismo parada… Hemos cortado el rodaje por el Covid-19 como, creo, que todas las producciones de España. Cuando volvamos a la normalidad, se retomará el rodaje. Y sí, en principio habrá más temporadas.
Alejandro Jato: sus gustos
¿Qué series andas viendo tú ahora mismo?
Este año he visto grandes series. De aquí y de fuera: Euphoria (HBO), Sex Education (Netflix), Vida Perfecta, Hierro (Movistar +), Watchmen (HBO), The Victim (Filmin)… Y ahora estoy viendo Years & Years (HBO).
En cine has participado en un par de cortometrajes, Quen rouba rosas das avenidas da morte (2012) y Mi peor enemiga (2014). ¿Ganas de trabajar en un largo?
Pues la verdad es que sí, tengo muchas ganas. Y más viendo las pelis que se están haciendo ahora mismo en España.
¿Qué película te gustó más de 2019? ¿Por qué?
Creo que me quedo con Historia de un matrimonio, de Noah Baumbach. Porque habla de algo muy delicado, con una verdad y una crudeza dolorosísimas. Cuenta una historia sin, a mi parecer, solución. No hay buenos ni malos. Hay dos personas con sus anhelos, sus deseos, sus espacios, sus renuncias y sobretodo sus no renuncias. Y con una belleza, un guion y unos pedazo de actores increíbles. Me encantó también Los miserables, de Ladj Ly.
Alejandro Jato: su faceta musical
En tu CV hemos visto que tocas la guitarra y has cantado en algunos grupos. ¿Tocas ahora mismo en alguno?
Me gusta mucho cantar y lo sigo haciendo por gusto y en alguno espectáculo que he hecho. Y sí, canté en un par de grupos con amigos hace tiempo, pero duraron bastante poco… (Risas). La verdad es que, aunque aún tengo la guitarra, tengo poco tiempo para dedicarle últimamente.
¿Qué tipo de música te gusta tocar y escuchar?
Pues me molan muchas cosas. Uso mucho Shazam para descubrir música nueva. De hecho, creo que es la app más útil que hay. Según la época voy viendo que me apetece escuchar. Me gusta mucho Sufjan Stevens, pero también The Cure, Dire Straits, Nina Simone… Pero al que siempre vuelvo es a mi cantautor favorito: Xoel López y también su anterior grupo Deluxe. Siguiendo con grupos gallegos, me mola mucho Novedades Carminha, y acabo de descubrir a un chaval de Vigo, que desde hace una semana escucho sin parar: Sen Senra. Creo que se está convirtiendo en la banda sonora de mi cuarentena.
¿Algún otro proyecto sobre la mesa del que quieras hablarnos?
Tengo una cosa de teatro para el año que viene que me apetece y me ilusiona mucho, pero aún no nos dejan decir nada.