Acusa Seca es una casa cueva muy pequeña, un único salón donde, por la propia forma del hueco de la roca, conviven tres estancias. El techo es bajo, está pintada de color blanco y la luz solar solo entra por la mañana, – directamente desde el Este – al abrir las dos hojas de la puerta verde de madera.
Acusa Seca es humilde, acogedora y cálida. Una pequeña alfombra con rayas color mostaza a los pies de la entrada, una mesa de madera, baja y redonda con grabados geométricos y cojines como asientos a su alrededor y tres camas arropadas con edredones blancos son los pocos muebles que la habitan. Se resguarda bajo el lecho de una imponente masa rocosa y desde su regazo disfruta y ronronea ante la semejante magnitud de aquel barranco que la encara. Como refugio o como retiro, Acusa Seca – situada en Artenara, Gran Canaria – forma parte del proyecto que desarrolla Manuel Cabezudo.
Imagen superior: Acusa Seca, Casa Cueva: Estancia principal de la cueva.
Acusa Seca, Casa Cueva: Vistas al Barranco de la Alde de San Nicolás.
Acusa Seca, Casa Cueva: Estancias secundarias de la cueva.
Interesado en fomentar la gestión cultural en Canarias y consciente del empuje económico previo que necesita una idea así, opta por impulsar un nuevo modelo turístico que genere los ingresos necesarios. Una idea que empieza a gestarse al haber recorrido el sendero GR 131, una ruta a pie de más de 550 kilómetros que conecta las distintas islas. Manuel Cabezudo se involucra en mejorar los recursos y la calidad de vida de la población local para que los habitantes de las islas conozcan sus barrios, sus paisajes, a su gente y su cultura. Para ello, promueve una serie de alojamientos turísticos dirigidos, en primera instancia, al viajero local.
Acusa Seca, Casa Cueva: Enseres colocados en un recoveco de la cueva.
Un desarrollo coherente y sostenible que se mantiene desafiante y positivo ante el diabólico turismo en masa que mueve Canarias. Centrado en Gran Canaria, alquila alojamientos que sean muy fáciles de montar. Lo hace en la montaña con Acusa Seca y lo hace en la capital con Asociación Atlas.
Acusa Seca, Casa Cueva: Estancia principal de la cueva.
Acusa Seca, Casa Cueva: Vista interior con entrada de luz de la mañana.
A través de Asociación Atlas – que a su vez es hostal – Manuel Cabezudo lleva a cabo el proyecto de gestión cultural al que aspiraba desde el primer momento. Un espacio que comparten y apoyan los huéspedes que ahí se alojan.
Acusa Seca, Casa Cueva: Estancia interior con mesita y cojines.
Acusa Seca la alquiló a un señor de Artenara hace ya algunos años. En ese momento la casa cueva ocultaba sus muros naturales de roca al estar recubiertos por tablones de madera. Un antiguo dueño que gritaba en silencio la vergüenza injustificada de vivir en un lugar así. Manuel Cabezudo los retiró todos y supo entender cómo tratar la belleza áspera y cruda de lo natural. Los arreglos fueron sencillos y simples, cuanta menos mano humana hubiese, mayor sería la magia del entorno original. Actualmente la cueva está en calma, cualquiera de los enseres colocados en ese espacio está en armonía con el ambiente creado. Traspira un aura en equilibrio con la naturaleza exterior que, inevitablemente, es absorbida por el huésped.
Acusa Seca, Casa Cueva: Mesa exterior con vistas al barranco.
Acusa Seca, Casa Cueva: Detalle mesita de madera con grabados geométricos.
Acusa Seca evidencia que Manuel Cabezudo materializa sus ideas con total coherencia y fidelidad a su moral. Un trabajo arduo que, consciente del valor de las islas y su cultura, avanza a contracorriente y se abre hueco al proponer nuevas formas alternativas de hacer turismo y de consumir cultura. Una figura más que necesaria, un ápice de esperanza y otro ejemplo más de que las cosas, con voluntad, se pueden hacer bien.
Acusa Seca, Casa Cueva: Vista de la cueva desde el exterior.
Acusa Seca Cave House. Info y reservas: @elwarung
Fotografías: Amalia Márquez.