CRÓNICA DE UN DÍA EN MILÁN A LOMOS DE UNA EBIKE DE SMART
Viajar a Milán para probar la nueva ebike de smart ha sido toda una aventura. Una bici que no va a pedales, sino a pedelec (Pedal Electric Cycle), un sistema que combina la energía de un motor eléctrico con el suave impulso del pedal. Esta bicicleta tiene además un diseño limpio y sencillo, como su hermano de cuatro ruedas, que lo convierte automáticamente en un imprescindible objeto de deseo. Con su batería pueden recorrerse hasta 100 kilómetros sin necesidad de recarga. Comodidad, confort y calidad son otros adjetivos totalmente aplicables a la ebike de smart. Para comprobarlo me lancé a las calles de Milán, invitado por Bettery Magazine. Una revista digital creada por smart, centrada en proyectos relacionados con el diseño en la ciudad de Milán, proyectos que bloggers invitados de todo el mundo visitan utilizando una de estas fantásticas bicicletas.
Nuestro recorrido por Milán comenzó en el espacio Fabbrica del Vapore, un enorme centro cultural donde smart nos proporcionó nuestra ebike. En la ciudad se celebraba la Milán Design Week y era un hervidero creativo. Nuestra primera parada fue para visitar el Estudio Nendo, donde vimos la exposición del diseñador italiano Luca Nichetto y el japonés Oki Sato Nendo. Una colección compuesta por siete originales diseños. Después pusimos rumbo a la tienda Jannelli&Volpi, todo un templo dedicado a la decoración, donde nos presentaron su nuevo proyecto en revestimiento de paredes, JWall Tailor Made Wonder, donde han participado cinco fotógrafos de muy diversos estilos. Si tenéis curiosidad y queréis saber más sobre este proyecto echad un vistazo aquí, al artículo que hemos escrito para Bettery Magazine.
Después de visitar J&V fuimos a reponer fuerzas a Cascina Cuccagna, una antigua granja agrícola situada en medio de Milán, reconvertida ahora en multiespacio donde, por ejemplo, puedes aprender a reparar tu bicicleta, comprar productos directamente a agricultores locales o comer en su restaurante, con recetas únicas hechas con los mejores productos locales de temporada. También acoge exposiciones y eventos, y próximamente abrirá un pequeño albergue. Todo un remanso de paz dentro de la agitación de una gran ciudad como Milán. Muy, muy recomendable.
Antes de llegar a nuestra última parada pasamos por uno de los edificios emblemáticos de la ciudad, el Duomo, esa imponente catedral gótica que los turistas fotografían desde todos los puntos posibles. Después un poco de relax en los jardines más grandes de Milán, Giardini della Guastalla.
Nuestro recorrido milanés finalizó con una buena y reconfortante cena en el restaurante Pane e Acqua. Una pena que el viaje acabara, y una pena que tuviera que bajar de mi ebike. Así da gusto recorrer una ciudad. Y si no me creéis, echad un vistazo a este vídeo. ¿Es un objeto de deseo o no?
