Wild Nothing publica su nuevo álbum el 19 de Febrero y lo presentará en directo el 4 de Junio en Primavera Sound
Este es su tercer álbum de estudio y con él Jack Tatum, alma que se esconde tras Wild Nothing, ha conseguido alcanzar el nivel más elevado de la plenitud instrumental. Las once canciones que lo conforman han nacido de las entrañas del instinto, anidan cuidadosas y dóciles en la vertiente más orgánica del dream pop y escapan hábiles a cualquier etiqueta, porque todas ellas se han quedado demasiado pequeñas en su definición. Life of Pause (Bella Union / PIAS, 2016) quiere oscilar entre la proeza y la honestidad, y lo consigue; ya que en la clara intención del estadounidense por alejarse de nomenclaturas y géneros inconclusos, ha conseguido dar con cada uno de ellos en su versión más profunda y seminal, pero sin ataduras. Ha buscado reinventarse, y en ese proceso se ha armado del valor suficiente para correr riesgos entre dosis de experimentación, atmósferas detallistas y un halo omnipresente en todo el disco entre la ensoñación y el delirio. Para alcanzar el hábitat ideal de estos once pasajes que ponen sobre la mesa su habilidad melódica y su maestría innata, se ha rodeado de músicos como el batería John Eriksson (Peter, Bjorn and John), el guitarrista Brad Laner y varios saxofonistas que, junto con el productor Thom Monahan, han dado forma a un todo tan solemne como delicado y tan minimalista como complejo.
El disco abre con “Reichpop”, elegida como single de adelanto y la encargada de darnos pistas sobre cómo los sonidos de lo remoto pueden convertirse en cercanos hasta insinuar ciertos paralelismos sesenteros, en una constante sensación de evaporación. Y así hasta dar con la cinematográfica y más tangible “Lady Blue”, un tema que comparte sabor vintage con “A woman’s wisdom”, solo que esta luce revestida de una tonalidad más oscura. A pesar de esa huída de acotaciones, en las que la madurez de Tatum domina la identidad en cada uno de sus yo’s, es inevitable que aparezcan retales rock, por eso “Japanese Alice” y el alma guitarrero de “Love underneath my thumb” -que cierra el álbum- no sorprende en un trabajo en el que la envergadura del sonido alcanza todos sus clímax. De las bombas contagiosas de “Life of pause” y “TV Queen”, hasta la inquietud exacerbada de ese “Alien” que te atrapa y lo desconcertante del universo transmitido en “To know you”. Todo un derroche de genialidad sonora conducidas por la voz de Tatum que, en ocasiones acompañadas de coros o algún sinuoso reverb, se aproxima más al susurro que al shoegaze contundente de otros tiempos. Y es en esa versatilidad buscada donde destaca entonces el inicio al piano de “Adore”, al que se le acaban uniendo las cuerdas de una guitarra, y la faceta cuasi jazzera que habita sensual en “Whenever I”. Un trabajo poliédrico, sensible y placentero el de este “Life of pause” tanto para su creador, pues queda demostrado su deleite en la divagación sonora, como para el receptor ya sea desde el letargo o desde la osadía mental.