La cerveza Pilsner Urquell nace en la ciudad checa de Pilsen hace nada menos que 173 años
Pilsen es una bonita ciudad checa situada a unos 80 kilómetros de Praga. Su nombre nos resulta familiar porque rápidamente nos remite a su famosa cerveza: la Pilsner Urquell, la primera cerveza tipo Pilsen de la historia y hoy día todo un referente a nivel mundial. De hecho, la cerveza es tan importante para esta ciudad que tienen hasta un Museo de la Cervecería localizado en lo que fue una fábrica de cerveza que se ha conservado prácticamente intacta hasta nuestros días.
Ya desde la Edad Media, el lúpulo de Saaz destacó por ser una de las variedades más aromáticas y nobles que existían y hoy en día se sigue cultivando en la región de Zatec, muy cerca de la ciudad de Pilsen. La verdadera revolución se fraguó en el siglo 19, cuando la cerveza se empieza a industrializar. En Europa había tres centros importantes, cada uno con su propia forma de elaborar la cerveza: Burton-on-Trent (Inglaterra), Munich (Alemania) y Pilsen (Bohemia). Pero fue en Pilsen donde se incorporaron todos los avances técnicos, científicos y hasta publicitarios de la época. Hasta en eso fueron pioneros.
La historia de la cerveza Pilsen va unida a la del bávaro Josef Groll, quien fundó la cervecera Plzeňský Prazdroj (ahora conocida como Pilsner Urquell) en la ciudad de Pilsen. Fue en 1842 cuando creó esta cerveza de color dorado, con cuerpo e intensidad, de baja graduación – solo 4.4% – y con un equilibrio entre dulzor y amargor ideal para maridar con una gran selección de platos, revolucionando así el mundo de la cerveza. Hoy día, la Pilsner Urquell sigue elaborándose en la misma fábrica (que además puede visitarse), con los mismos ingredientes y siguiendo el mismo método de elaboración. Y ahora, además, vuelve a envasarse en su botella original de color ámbar. 173 años de historia… y los que le quedan por delante.
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www.facebook.com/PilsnerUrquellSpain
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