Una mirada al futuro de la imagen.
El 21 de octubre de 2015 Marty McFly llegó al futuro -nuestro presente- desde los ochenta. En el mundo que ideó Robert Zemeckis los coches volaban, las zapatillas se abrochaban solas y las casas eran inteligentes. En el mundo real las cosas no son tan guays, aunque tenemos inventos que ni el cine podría llegar a imaginar.
El 12 de octubre de 2015, sin embargo, unos cuantos cientos de personas tuvieron la oportunidad real de sentirse como Marty McFly y echar un vistazo a las tecnologías que nos esperan en un futuro bastante cercano. La responsable de este viaje virtual fue Canon, que cada cinco años celebra una exposición donde mostrar al mundo aquellos productos que dominarán el mercado a corto y medio plazo, aunque hoy nos parezcan de ciencia-ficción.
El Grande Halle de la Villete, en París, fue el sitio elegido por el gigante japonés para su encuentro de este año. Un edificio modernista que durante un día se llenó de prototipos de cámaras, impresoras, pantallas, proyectores y un sinfín de productos relacionados con la imagen que dejaron a más de uno con la boca abierta. A continuación damos un repaso a aquellos que más sorprendieron.
La imagen de alta calidad sigue siendo la gran apuesta de Canon para la próxima década, gracias a las nuevas pantallas y proyectores con resoluciones 4K y 8K. Tal cantidad de píxeles puede parecer una locura, incluso innecesaria para los hogares, pero hasta hace no tanto también lo parecían las pantallas de 1080p, implantadas ahora en cada salón. Sin olvidar a los profesionales, ¿quién no querría editar una imagen o un video pudiendo manipular hasta el detalle más microscópico?
Todas estas pantallas no servirían de nada si no existieran cámaras capaces de captar imágenes a resoluciones tan elevadas, así que la compañía de Tokyo se ha puesto manos a la obra y ya está preparando la nueva generación de estos dispositivos. Abanderando esta revolución se encuentra la EOS de 120 megapíxeles. Para aquellos a los que los números no nos dicen gran cosa, Canon nos lo resume de esta manera: “puede captar detalles tan ínfimos que ni el ojo humano es capaz de diferenciar”. Suena a eslogan publicitario, pero la demostración llevada a cabo en la Expo no deja lugar a dudas. No menos impresionantes son los nuevos sensores, aún en desarrollo, de 250 Mpx, capaces de grabar un video en el que podemos distinguir la cara de personas situadas a veinte kilómetros de distancia. Sin trampa ni cartón.
Aunque impresionante, todo lo dicho hasta ahora no deja de ser una evolución natural de las tecnologías de las que ya disfrutamos con normalidad. La cosa se vuelve de película cuando todas ellas se combinan para dar lugar a nuevos artilugios con los que hace unos años tan sólo éramos capaces de soñar, como las gafas de realidad virtual. Las 360º Handheld Display son la mano con la que Canon pretende ganar la partida en un mercado que crece a velocidad vertiginosa, y donde Oculus Rift parece ser el enemigo a batir. El modelo presentado en la Expo asusta por su definición. No hace falta echarle mucha imaginación para creerse que de verdad uno está donde las gafas le dicen que está, ayudado sobre todo por el sonido envolvente de sus cascos. Sin embargo, la experiencia pierde mucho al tener que sujetarlas con las dos manos, algo que deberán corregir en el futuro.
Mucho más útil, desde luego, resulta la nueva generación de estaciones de conexión. Es decir, esos dispositivos que nos permitirán descargar las fotos de la cámara sin usar un ordenador como intermediario. De la cámara a la nube, directamente. Y todo eso mientras se carga la batería de la cámara. No es difícil imaginar una situación donde estas estaciones nos hagan la vida más fácil: llegas de un viaje, depositas la cámara sobre la base y ya está, todas tus fotos se suben a la red y se ordenan solas. Que me pongan dos, por favor.
Es en este tipo de estaciones en las que se basa Canon para desarrollar lo que ellos han bautizado como “Hogar del futuro”, del que se pudo ver una pequeña demostración en la Expo. No es que la casa haga la compra ella sola (eso ya lo hacen algunas neveras), sino que gracias a cámaras y pantallas especiales es capaz de mostrarnos fotos en cualquier superficie dependiendo de cualquier parámetro que elijamos. Si me pongo mi camiseta preferida por ejemplo, podré ordenar a mi casa que me enseñe todas las fotos de mi colección donde salga yo con esa camiseta. Las opciones son interminables, aunque aún estamos muy lejos de llegar a ver algo similar en nuestro día a día.
A un nivel mucho más humilde pero ya disponible en el mercado están los servicios Lifecake e Irista y la app hdbook EZ, todos ellos destinados a un control y organización óptimo de la ingente cantidad de fotos que manejamos cada día. Lifecake, especialmente dedicada a padres, reúne todas las fotos de los hijos en un diario personal que sustituye a los álbumes de fotos tradicionales, con la ventaja del componente social indispensable hoy en día. Irista y hdbook EZ, por su parte, seleccionan nuestras mejores fotos, nos las ponen al alcance de la mano en cualquier momento y hasta crean álbumes personalizados. Esta es la manera de Canon de competir con el mercado de las fotos online, copado hasta ahora por plataformas online como Facebook.
Aún han de pasar otros cinco años más para conocer en qué está trabajando Canon en estos momentos, pero estamos seguros de que al ritmo que avanza la tecnología podremos ver cosas de las que en este momento no tenemos ni la más remota idea. Lo único que nos queda es tratar de imaginarlas y ver si acertamos. Hasta ese momento, seguiremos sacando fotos y viendo películas, eso sí, siempre con la mejor calidad posible.