‘Sugar Now’ es el primer disco de este grupo al que hemos visto hace solo unos días en el Primavera Club barcelonés
Solamente la gente mojigata y temerosa puede encontrar peligrosa la globalización. Sí, tiene multitud de factores negativos, pero ponerlos por encima de las ventajas es absurdo. Y además, es una actitud completamente carente de sentido, como enfadarse porque el sol salga por las mañanas. Es algo que está sucediendo y más vale que te acostumbres y trates de aprovecharlo. Si sigues teniendo problemas con el asunto, toma a Cristobal and The Sea como ejemplo de que definitivamente ya no existen fronteras para el talento musical. Límites que siempre han sido más psicológicos que reales. Vale que en el caso de Cristobal and The Sea esa disolución de fronteras era algo sencillo, dado que su formación es una pequeña ONU o el inicio de un viejo chiste, en el que van un portugués, un francés, un inglés y un español. Ahora presentan su primer LP ‘Sugar Now’ (City Slang / Music As Usual), en el que la procedencia de los interpretes nos supedita el sonido ni el resultado. Ellos definen su estilo como Tropicalia Pop, porque junto a los prejuicios y complejos, también ha desaparecido el temor a las etiquetas.
Apoyados en juegos vocales e instrumentación analógica, abrazan el calor de los ritmos caribeños bajo un tamiz pop, como ellos reclaman, en la que “Sunset of Our Troubles” se muestra como un ejemplo paradigmático. Y pueden colgarse la medalla de haber descubierto algo que, aunque estaba ahí, nadie reparo en ello. La delgada línea que separa la cadencia meridional con la neopsicodelia. “Fish Eye” es una especie de experimento consistente en poner a Animal Collective bajo el sol. Desde luego le dan muchos menos rodeos al asunto, que por algo no son de la “soleada” Baltimore, y solo en “Out” se permiten regodearse en el hallazgo. Pero a Cristobal and The Sea no le va la intensidad, si no la alegría y el joie de vivre como reflejan “Happy Living Things” o en el mantra en tono de calipso de “Mary Ann”. Este optimismo se transmite al disco desde una grabación realizada prácticamente en directo, evitando la impostura de la repetición y la sobreproducción. Claro, que para eso hace falta funcionar como una auténtica banda y eso es algo que han conseguido pese a proceder de cuatro culturas diferentes.
Cuatro tipos de cuatro países distintos haciendo música basada en las raíces de otro continente y ejecutándola con la frescura y determinación que da el talento, son un buen ejemplo de que quedarse apegado al terruño es, cuando menos, un error.