APOLOGÍA SIXTIE ENTRE EL POP Y LA PSICODELIA NAIF

De formato cuasi poético y a caballo entre la pureza y el desvarío psicodélico, llega a mis manos Book of youth. El álbum debut de Ramírez Exposure que, aunque ya curtido en la escena independiente patria pese a su insultante juventud (Oh, Libia!, Tórtel y Coleccionistas), se lanza ahora a patear su camino en solitario. Una carretera que conduce irremediablemente, una y otra vez, hasta los preceptos más significativos de los sesenta, con significativas paradas en el folk más cartesiano y en un pop minimalista aliado del Lo fi y el synth. Once temas que repasan con elegante cercanía la cotidianidad, el amor y sus errores, la esperanza y el aprendizaje de la vida en sí misma que juega al norte con lo profundo y al sur con lo absurdo. Porque en este primer álbum del valenciano, con el que también se estrena el sello Demian Records, las palabras suenan desde un primerísimo primer plano para revestir atmósferas que en algunas ocasiones habitan en las luces (“Let’s go bowling” y “From a seaside town”) y en otras, en las sombras (“Alone, it’s not so bad”). Una montaña rusa vocal en un despliegue de las posibilidades líricas del propio Ramírez Exposure, músico y compositor que dio vida a estas canciones en 2013 con una guitarra y un cuaderno en Albacete, y contó con Joaquín Pascual para la producción (Surfin Bichos, Mercromina).

Trote de un folky americano con “Debugging life”, segundo corte del disco con el que ya abre la veda a cierto gusto por la psicodelia que también pasea en la hipnótica y sarcástica “My love snores like a moose”. Pero son los 60 y su predilección por East River Pipe las que otorgan una personalidad propia a este disco, desde su primera nota con “A walk on a Farrelly Brothers movie”. Un tema, por cierto, de instrumental contenida, que deja patente las influencias del séptimo arte que completan el imaginario de Ramírez presente en toda su obra (Hal Hartley, Cassavetes y los ya mencionados hermanos Farrelly). Un marcado carácter minimalista que cobra especial protagonismo en “Capricorn the goat”. De una sencillez que engancha. También en “Hartley”, una de esas rarezas instrumentales con clásicos dark, que solo los más irreverentes se atreven a colocar en un álbum debut. Porque ha sabido dar en el punto exacto en que los sintes y las guitarras se abrazan dando como resultado perlas como “Wax Box” y “Sundogs”. Pero por encima de todas ellas, resaltando sobre todo el disco: “How to get over a break up”. Empática, envolvente y rematada a base de coros multicapa que la convierten en toda una oda al pop sesentero con puertas abiertas a la modernidad. Exactamente a lo que suena Ramírez mientras este Book of Youth gira bajo la aguja.