¡Atiendan! ¡Atiendan!
Lo que van a presenciar a partir de ahora es un monólogo teatral de quien les habla, Yasumasa Morimura. Se trata de un cuadro viviente en ocho actos, en el que se ofrecen, una tras otra, once transformaciones mágicas en sendos personajes.
El asunto consiste en “Las Meninas”, obra maestra del magnífico pintor barroco español Diego Velázquez. Recuerdo que fue en un día de 1990, al disfrazarme de Infanta Margarita, cuando empecé a acariciar la idea de esta gran representación. Después de 23 años ha llegado, por fin, el momento de presentarla ante todos ustedes.
El escenario es el madrileño Museo Nacional del Prado. En la sala de la famosa pintura. De noche, en este ámbito envuelto en silencio, su humilde servidor Morimura se presenta ante “Las Meninas”.
Entonces sucede algo extraño. El taller del artista en el interior del cuadro y la sala del museo se interconectan en un bucle espacio-temporal. ¿A dónde lleva este bucle? ¿Se trata del Tártaro, más allá de este ilusorio mundo terrenal, o estamos más bien entre los pliegues del espacio-tiempo universal? En cualquier caso, trato de perderme dentro del cuadro, dando rienda suelta a mis obsesiones y sacando provecho de las fantasías nacidas de mi gusto por la pintura.
La pintura, el espejo y la puerta constituyen un triple espejo. Las miradas del pintor, los modelos y los espectadores se enredan como un sarmiento. En un mundo barroco envuelto en silencio, donde todo continúa intrincándose quedamente, ¿qué conclusión se puede esperar?
Contémplenlo y disfrútenlo. Vago como un viajero por el laberinto de esta pintura; me afano en una aventura de casi 350 años. Señoras y señores, no se dejen confundir por las miradas, abran bien los ojos y contemplen con atención.
Yasumasa Morimura Otoño de 2013
“Las Meninas Renacen de Noche”
Del 3 de diciembre de 2014 al 20 de enero de 2015
Galería Juana de Aizpuru. Barquillo 44, Madrid