MARIANNE FAITHFULL GIVES HER LOVE TO LONDONFoto: Eric Guillemain

LA SABIDURÍA DE LOS ANTIGUOS

Las pirámides llevan casi cinco mil años en pie, observando a los minúsculos humanos pasar bajos ellas. Su construcción no fue obra de extraterrestres, si no de alguien con el convencimiento de transcender y la capacidad para organizar a la gente a su alrededor. Si se han mantenido hasta hoy es por un principio geométrico tan sencillo que no hizo falta que viniera nadie desde Raticulín a explicarlo. Y es que cualquier cosa cuya base sea igual a su altura puede estar erguida durante milenios. Exactamente eso le sucede a Marianne Faithfull. Qué demonios vamos a contarle nosotros a esta señora que justo ahora cumple cincuenta años en el rocanrol y no precisamente de forma tangencial. Ese medio siglo es justamente el tiempo que lleva esto en marcha y ella ha asistido a muchos de esos momentos en primera línea, incluso como protagonista. Ahora presenta su enésimo disco ‘Give My Love To London’ (Naïve) en el que ejerce la atracción de cuerpos diversos como Adrian Utley o Brian Eno, como lujosos músicos de estudios, y Roger Waters, Nick Cave, Tom McRae o Anna Calvi en las composiciones.

MARIANNE FAITHFULL GIVES HER LOVE TO LONDON

Pero no es esto lo que hace que este sea un disco heterodoxo. Eso es fruto de la personalidad de alguien que ya lo ha probado todo y ahora tiene la capacidad de elegir lo que prefiere hacer. Ya sea empezar con un tema que parece sacado de ‘Deadwood’ como la canción que da nombre al disco, recrearse en su voz aguardentosa en “Love More or Less”, sonar todavía más profundo que Nick Cave en “Late Victorian Holacaust” y “Deep Water” o domar la megalomanía de Roger Waters en “Sparrows Will Sing”, como el conejo que atropella al coche. Faithfull ha adquirido ya la jerarquía para exponer su punto de vista con crudeza y manifestar lo que opina sobre ese ser que ella conoce tan bien, el ser humano, que no sale muy bien parado en “Mother Wolf”. Así es cómo se ve ella misma: “como la madre loba con el lobezno en su boca, una loba que expresa lo que ven sus ojos. Porque cada vez me pongo más furiosa cuando veo lo que hemos hecho con el mundo”. Es esa fuerza que nace de la furia la que le ayudó a crear este disco mientras convalecía de una múltiple fractura de sacro y sacar energía para lanzarse a una gira que la traerá por aquí a finales de año, más concretamente al Palau de la Música de Barcelona el próximo 9 de diciembre, dentro de la programación del Festival Mil.leni, y a los Teatros del Canal de Madrid el 10 de diciembre. Entonces veremos a este auténtico monumento humano. Esos ojos grises desde los que medio siglo de rocanrol, de cambios y convulsiones, nos contemplan.