BRILLOS, HULE Y VANGUARDIAS EN UN FREAK SHOW DE PRIMERA
Si hay un desfile en cada edición que suscita una mayor expectación, ese es el de Davidelfin. Ya sabemos que la moda es espectáculo y más aún en estos momentos en que el sector está cruzando por muy mala racha, como cualquier sector la verdad, y para esto Delfín se las pinta solo. Su versión warholiana del espectáculo, provoca que siempre salgamos sorprendidos de sus desfiles. Unas más, otras menos pero siempre está en boca de todos. En esta edición presentó “El Tiempo de los Monstruos”, una colección que haciendo referencia a la nueva película de Félix Sabroso y como guiño/homenaje a Dunia Ayuso, inquieta y gusta a partes iguales. Monstruos que nacen de ese claroscuro que surge del pasar del viejo mundo al nuevo, y que reflejan la situación actual del diseñador, reflexión absoluta del presente y futuro de su taller. Un desfile que exudando humo desde el primer momento y al ritmo de una versión acústica de ‘Bizarre Love Triangle’, nos hizo partícipes de sus depuradas geometrías y de su juego de volantes y lunares, como resultado de la divertida mezcla de La Bauhaus y el estilo Memphis, tan recurrente en sus últimas temporadas. Referencias artísticas que nos acompañan a través de un estadio de euforia nada meditado y adaptado a sus propuestas en blanco, negro, guinda y verde hierba, momento en el que las líneas rectas respiran entre topos tridimensionales salpicados de Swarovski, triángulos 100% arty y un sentir incluso punk a la hora de crear algunos de los estilismo que brillan en puro glitter callejero. El malagueño sigue retomando sus pantalones de talle alto, camisas reestructuradas marcando drapeado y con corchetes, vestidos entallados y de corte lateral y otros más ligeros en espumillón, que no dejan a nadie indiferente e incluso cruzan opiniones totalmente contradictorias al usar por vez primera el hule. Su ex Pelayo se da de baja en el diseño de los bolsos que él asume de manera sobria pero impactante, mientras se rodea de Christian Louboutin y Dr. Martens en el calzado y Elena Rohner en las joyas, al más puro estilo de las esculturas de Calder. Coordenadas que al mezclarse dan como resultado una combinación perfectamente excéntrica pero comercial. A destacar, sus orejas azules y pieles tratadas como si de porcelana se trataran, maquillaje que consigue ese ‘efecto monster’ que teñirá la próxima temporada P/V 2015. Con todo esto, Davidelfin no solo sorprende por tener uno de los frontrows más deseados y ‘movidos’ del fashion business patrio (Alaska y Belén Esteban a la cabeza) o por contar una vez más con su musa Bimba (pantera de catwalk que abre y cierra el desfile), sino por sacudirse el pasado sin perder la esencia que le ha hecho quien es, volviendo incluso a retomar su pasión por serigrafiar el denim y por seguir contándonos historias que quizá de primeras no entendamos pero que en ningún caso aceptan una puntada sin hilo.
