JACK WHITE CONTRA LA LEY DE LA GRAVEDAD
¿Qué demonios ocurre que todo se vuelve más blando con el tiempo? No es solo un fenómeno físico. Ocurre en todos los órdenes. Pasa el tiempo y la derrota te va volviendo condescendiente y cínico. Y claro, flojo. Traten de recordar alguien que con el tiempo se haya vuelto cada vez más duro, sin caer en los cuatro locos que todos hemos pensado. Esos son eso, locos. La gente normal, según ve envejeciendo, adopta posturas melifluas. Correctas sí, pero intrascendentes. Mira que ha dado guerra Jack White con todo tipo de guitarras, incluso improvisadas, como se puede comprobar en el documental ‘It Might Get Loud’. White es autor de los riffs más determinantes de lo que va de siglo, y no parecía que quisiera renunciar. Pero el tiempo pasa. Ahora llega ‘Lazaretto’ (Third Man Records / Everlasting), segundo disco en solitario, pero el enésimo con tantas bandas que hace difícil llevar la cuenta. El despliegue ha sido de categoría. Misterio previo, vídeos premiere, lujosas e innovadoras ediciones en vinilo. Jack White es una estrella del rock. Y, como está mandado, lo que se resiente es el contenido. White se ha distinguido por ir directo, pero en esta ocasión ha preferido darse un paseo. Lo que antes era hueso pulido, ahora aparece recubierto de capas que hay que ir desentrañando, con el piano en el lugar de la guitarra en muchas ocasiones, “Three Women” y “I Think I Found The Culprit”, por ejemplo. Comparar la desnudez de sus duelos con Meg White frente a “Temporary Ground” señala la distancia. O la cosa discurre por senderos patibularios en “Want and Able” o en “Just one Drink”. Pero es Jack White, y está ahí. Funcionando como un martillo pilón, aunque haga falta quedarse en segundo plano en “High Ball Stepper”. Aunque necesite parar, marcar los tiempos y mandar en “Lazaretto”. Aunque revise su versión más gótica para “That Black Bat Licorice”. Es Jack White. Todo va mejor cuando es él mismo. Pero sucede que llega un momento en el que empiezas a hacerlo todo más despacio o a tardar más en hacerlo, que no es lo mismo. Es difícil saber en el punto en el que se encuentra White. Viendo desfilar a los Stones por aquí hace dos días, cualquiera puede aventurar que le escucharemos mucho todavía. Y después de ‘Lazaretto’, será necesario.