LAS FEMEN DE LOS 50 LLEGAN A LAS SALAS DE CINE ESPAÑOLAS
Precedida por su premio a la mejor actriz (Katie Coseni) en el Festival de San Sebastián de 2012 (ex aequo con Macarena García), las distribuidoras patrias estrenan, al fin, la última película de Laurent Cantet: Foxfire. Película en la que el director francés narra las vicisitudes de una banda de teenagers que en los 50 y en una localidad obrera cercana a Nueva York, deciden romper cualquier regla establecida y vivir una vida independiente y díscola sobre la delgada línea que separa lo legal de lo ilegal. Cantet adapta la novela de la americana Joyce Carol Oates, ‘Foxfire. Confesiones de una banda de chicas’, con ciertos altibajos y una trama que aunque interesante peca de extremadamente larga. Una historia de niñas inconformistas que no pretenden abrazar los clichés de la época, uniendo fuerzas en un equipo intrépido que no teme a nada ni a nadie en su, al principio, inocente huida hacia la libertad. El director de la aplaudida ‘La Clase’, dibuja a la perfección a este grupo que se origina en torno a la figura de la cabecilla Legs (Raven Adamson) y que poco a poco va tornando en una sociedad secreta y peligrosa. Una cinta que narra los deseos y sentimientos desgarrados de unas jóvenes que no contentas con vivir una vida apartada de cualquier tipo de interés y aceptar las actividades propias de las mujeres de los 50, se enfrentan al sistema en un tiempo en el que la adolescencia se sentía como una etapa perdida en la desidia. Dos generaciones enfrentadas que no solo suponen el primer ejercicio del director francés en lengua inglesa y fuera de casa, sino que se convierte en una historia reclamo para todas aquellas llamas candentes de las actuales quinceañeras que ven en esta camaradería feminista, una historia fresca y de compromiso propio de hermandad yankee; retrato universal del sentir adolescente pero en una época donde tenían menos voz y voto que ahora. Historia interesante guiada a la perfección por un plantel de actrices noveles pero cuyo argumento decae por dilatado y repetitivo y que planea sobre un argumento que ya fue llevado a la gran pantalla en 1996 por Annette Haywood-Carter a la dirección y Angelina Jolie al papel prota, y que no ofrece nada nuevo aparte de bonitas imágenes, genial dirección de arte a cargo de Peter Cosco y una perfecta macedonia de actrices bastante solventes. La película triunfa, eso sí, por un mensaje reivindicativo en una época en la que pocas eran las heroínas y muchos los que cortaban sus alas, sentir que se traslada a un público harto ya de que les digan de qué manera se deben hacer las cosas, criminalizándole por el camino. Una cinta de esas que nos gustan a todos y con la que sales con ganas de comerte el mundo y de que no callen tus sueños de infancia o de madurez, aún latentes pese a la implacable sociedad.
Estreno, hoy 27 de junio.