OS PRESENTAMOS EL PROYECTO “NO SHOW” DEL FOTÓGRAFO JOSÉ LUIS DE LA PARRA
Conditio sine qua non de la lógica de nuestro tiempo, el espectáculo domina cualquier morfología filosófica del paisaje cultural actual. Vivimos hipnotizados por una aspiración hacia el entretenimiento y la diversión que todo lo subyuga.
Como el envés de su propio revés, la trivialización de la cultura ha devenido en realidad imperiosa, como un inquietante anticipo de los abismos alcanzados entre las concordancias que orquestan el arte, que acaba por desfigurarse en la única pretensión de ocupar tiempo libre.
En sintonía absoluta con la sociedad del espectáculo, los museos y centros de arte se sitúan en el epicentro del ocio cultural. Hemos visto en las últimas décadas, la afluencia masiva de un público atraído tanto por el contenido como por su contenedor. Espacios emblemáticos, sacralizados, reclamos protagonistas de la máquina cultural.
Los museos de arte contemporáneo asumieron vital importancia a partir de la última mitad del siglo pasado, cuando las vanguardias optaron por eliminar sistemáticamente las diferencias visuales entre la obra de arte y el objeto profano. No absueltos de coronar falsos prestigios, el museo se presenta como un marco conceptual imprescindible, legitimador del arte a través del elogio.
Con todo, el espacio expositivo es una propiedad simbólica del espectador. El arte es pensamiento abstracto, que en su proceso cognitivo exige cuestionamiento e interpretación. Para que se de la contemplación estética -racional y emotiva- el discurso de toda obra necesita un receptor. Más que parte constitutiva o títere de la sociedad del espectáculo, el público es vector determinante de la dialéctica artística.
Imaginemos por un momento el hipotético desinterés del ser humano para con el arte y su representación. Imaginemos a estos espacios insignia sin su público. ¿En qué posición quedarían estos contenedores? O lo que es más importante, ¿en qué posición quedaría su contenido?
Esta serie busca retratar este supuesto. Mucho más que representar el espacio físico, real y tangible, busca recrear el concepto de esta situación imaginaria. Eco amenazante de estos espacios desiertos.
El patio de butacas está vacío. Nadie ríe del bufón, ni lee la última página de la tragedia. Silencio de la obra que nadie ve.
Imágenes: José Luis de la Parra.
Texto: Manuela Gressler + José Luis de la Parra.