Quien quiera saber algo sobre el futuro que consulte con Intel
Intel siempre ha sido sinónimo de innovación, y estos días hemos podido presenciar en primer persona qué nos están preparando para el futuro. En primer lugar pudimos disfrutar de las novedades a corto plazo, entre las que se encuentra el uso de cámaras 3D. Utilizando una de estas cámaras, y haciendo uso de la tecnología de Intel, podremos por ejemplo eliminar la imagen de fondo en una videollamada y dejar en pantalla solo a la persona con la que estamos hablando. Pero hay mucho más: podremos manejar videojuegos a través de gestos, desterrando así el ratón y el teclado; mediante un reconocedor facial, nuestra cara será la contraseña para entrar en nuestros ordenadores; proyectaremos los contenidos del móvil sobre cualquier pantalla. En cuanto a la tecnología más a largo plazo, los laboratorios de I+D de Intel han desarrollado ideas que podrían ser muy útiles en situaciones diarias. Todos hemos comprado alguna vez ropa en tiendas online, y alguna vez al ir a probárnosla en casa vemos que nos queda fatal. Para atajar este problema, viene al rescate el probador virtual de Intel, que en esencia es como un espejo que mostrará un avatar en 3D de nosotros mismos, usando nuestras medidas exactas, pero vistiendo la ropa que queramos probarnos virtualmente, con lo que podremos ver si la talla es la correcta, o si el color resalta nuestros atributos. La conducción también ocupa un papel importante en las innovaciones de la marca. Conducir de noche siempre es un agobio, pero si además llueve se convierte en una tortura. La luces se reflejan en las gotas de agua y no podemos ver nada. La tecnología desarrollada por Intel y la Carnegy Mellon University permite al coche calcular la trayectoria de las gotas y dejar de iluminar ese espacio, teniendo así una visibilidad más clara. Pero Intel va más allá, a través de su proyecto POEM (Personal Office Energy Manager), que es un sistema de control de eficiencia energética para edificios inteligentes que permite ver el gasto energético de cada usuario y compararlo con el resto, con departamentos, o con todo el edifcio, creando así una conciencia colectiva. Y aunque suene a ciencia ficción, algunas de estas tecnologías podrían estar implementadas en menos de 10 años.