El joven arquitecto Cristóbal Ugarte Parra (1992), conocido artísticamente como Tololo, ha diseñado un experimento habitacional en la región chilena de Valparaíso que reivindica un modo de habitar en estrecha convivencia con la naturaleza.
El paisaje de cerros que tutela la comuna de Limache se distingue en el horizonte desde las ventanas de Catalejo. Una casa que surgió, en 2024, como “un autoencargo, después de un viaje a España, donde realicé un máster en Conservación y Restauración del Patrimonio Arquitectónico en la Universidad Politécnica de Madrid”, confiesa Tololo. Un aprendizaje que fue el detonante de su nueva manera de entender: “aquella tipología arquitectónica que estaba presente en la antigua finca de mis abuelos. Un galpón abovedado, que hoy es parte del paisaje de Catalejo, como una suerte de ruina integrada y dialogante con el proyecto”, cuenta el arquitecto.
Catalejo es una construcción ligera levantada en mitad del campo, sobre las fértiles tierras custodiadas por cuatro robustos árboles de más de trescientos años. Bellos ejemplares de quillayes y molles que determinaron desde el primer momento la ubicación y orientación de la vivienda, rodeada por una capa de vegetación baja que cambia al ritmo de las estaciones. Prácticamente seca durante la época estival, pero especialmente densa y húmeda en primavera. Una condición que llevó al arquitecto a construir la casa ligeramente elevada sobre: “dieciocho apoyos de hormigón que permiten dejar un margen de respeto de cuarenta centímetros con el nivel del terreno. De este modo, se evitan las inundaciones durante las épocas de riego de las cosechas aledañas”, explica Tololo.
Un refugio abovedado para habitar al ritmo de las estaciones
Al igual que sucede con los troncos de los árboles, la carcasa de Catalejo es oscura y rugosa por fuera, mientras que por dentro muestra su textura más cálida y amable. Y es que sus interiores de madera permanecen resguardados bajo una piel metálica. “La envolvente exterior es de zinc microondulado, material representativo de la arquitectura patrimonial de Valparaíso. Para el revestimiento interior, tanto del techo como de las paredes y el suelo, se ha utilizado terciado de madera de pino radiata. Los paneles tienen la plasticidad necesaria para curvarse en la parte abovedada”, detalla el arquitecto, que es, además, músico y artista visual.
El volumen de planta rectangular sorprende por su peculiar sección con forma de túnel, que se mantiene a lo largo de toda su longitud dando cobijo a un total de 80 m2 organizados en dos niveles. “Para la estructura se escogió el acero porque permitía crear un espacio más diáfano en el interior al prescindir de pilares y vigas. Esta elección fue crucial para lograr una mayor simpleza en la configuración del techo abovedado”, afirma Tololo.
Una construcción ligera creada con caparazón de metal y alma de madera que se integra de manera respetuosa en el entorno
La vivienda se distribuye en dos áreas funcionales claramente diferenciadas. En un ala, la zona de estar, que acoge bajo su doble altura una pequeña cocina en forma de L abierta al salón. Mientras que, en el lado opuesto, se emplaza la zona de noche, que acomoda el dormitorio principal y el baño en la planta baja. Al altillo del nivel superior se accede a través de una liviana escalera de mano instalada en la cocina. Un espacio adicional idóneo para tumbarse a leer y ser testigo de la vista panorámica del paisaje.
Los amplios ventanales recorren toda la fachada favoreciendo la abundante entrada de luz y desdibujando los límites entre el interior y el exterior. Este vínculo con el entorno cobra todavía más fuerza en el salón, donde una ventana circular evoca el acto de mirar por un catalejo, invitando a hacer zoom a los viejos árboles de la finca. La forma curva del espacio enfatiza aún más la experiencia inmersiva, de tal forma, que la naturaleza parece adentrase por completo en la intimidad del ámbito doméstico. El resultado es una arquitectura compacta con un equilibrado control de las transparencias, que reflejan esa voluntad de establecer una conexión visual permanente con el entorno para llegar a ser parte de él.
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Créditos de Catalejo:
Arquitectura: Tololo Ugarte
País: Chile
Ubicación: Limache, Valparaíso, Chile
Año de finalización: 2024
Área: 80 m2
Materialidad: Acero y madera
Fotografía: Mauricio Duarte Arratia