La butaca PK23, de Poul Kjaerholm, ahora en Fritz Hansen

El diseñador danés Poul Kjaerholm ideó en 1954 la carismática butaca PK23. Ahora Fritz Hansen, como homenaje al creador, rescata y lanza al mercado este icono del diseño 70 años después en cuatro versiones distintas.

Con un caparazón de madera dividido verticalmente sobre patas metálicas, esta escultórica pieza de mobiliario sigue conquistando los interiores más exquisitos. La butaca PK23 es de contorno lineal y estructura flotante. Este lanzamiento, de la mano de Fritz Hansen, surge como homenaje a la trayectoria profesional del reconocido diseñador danés. Esta silla de salón informal, baja, elegante y cómoda, se adapta a cada espacio integrando en una misma pieza momentos diversos.

La butaca PK23, de Poul Kjaerholm, ahora en Fritz Hansen

“Durante mucho tiempo, Poul Kjærholm ha sido reconocido por estos muebles de acero impecables, un trabajo que era exclusivo y casi enrarecido”, explica Christian Andresen, director de diseño de Fritz Hansen. “El lanzamiento del PK23 rinde homenaje a parte de la trayectoria de diseño de Poul que de alguna manera fue olvidada. Ahora, junto con sus hijos, nos damos cuenta de que hay una historia no contada de Kjærholm sobre estos productos que, tal vez, con el tiempo, podrían haber sido duraderos si hubieran tenido la oportunidad”, señala Andresen.

La butaca PK23, de Poul Kjaerholm, ahora en Fritz Hansen

Un mismo diseño producido en cuatro versiones

La butaca PK23 que ideó Poul Kjærholm en 1954, con tan solo 25 años, dispone de un caparazón de madera dividido verticalmente tanto en la zona del asiento como en la de la espalda. Esta pieza se sostiene sobre una estructura de acero, material del que fue precursor con sus creaciones. Mientras exploraba técnicas de fabricación industrial con madera contrachapada el danés diseño esta distinguida silla.

Fritz Hansen produce y distribuye este modelo en cuatro versiones diferentes. Todas comparten una estructura de acero y varían tanto por sus materiales como por su tonalidad. Los modelos disponibles son en madera contrachapada de roble o nogal, con patas de acero inoxidable cepillado, y en color negro con materiales de ceniza, tanto con patas de metal plateado como recubierto con polvo negro.

La butaca PK23, de Poul Kjaerholm, ahora en Fritz Hansen

Fritz Hansen homenajea la trayectoria profesional de Poul Kjærholm con la butaca PK23

Esta pieza de mobiliario representa una parte importante del legado del diseñador danés Poul Kjærholm. Desde 1982 fue encomendado por la familia del artista a Fritz Hansen a través de la Colección Kjærholm. Para los hijos del diseñador, es un honor que el sillón PK23, fruto del trabajo de su padre, refleje el estilo único del danés con una tipología diferente a la de sus piezas más famosas.

La butaca PK23, de Poul Kjaerholm, ahora en Fritz Hansen

“El diseño radical de hacer un caparazón, cortarlo por la mitad y luego torcerlo, para que te sostenga, está muy en el idioma Poul Kjærholm. También muestra todo, sin ocultar la estructura detrás de la tapicería o la espuma, y ​​la forma en que se mantiene junto con el soporte de metal ”, expresa su hijo Thomas Kjærholm.

“En Fritz Hansen hemos sido muy protectores del legado de Kjærholm, con el deseo de mantener ciertos límites en torno a la colección. Ahora hemos empezado a ampliarlo y demostrar que era un diseñador más polifacético de lo que lo presentamos”, asegura Andresen.

La butaca PK23, de Poul Kjaerholm, ahora en Fritz Hansen

Para la familia del diseñador fallecido y para Fritz Hansen, el PK23 revela una historia no contada. Muestra una faceta más democrática y accesible de la obra de Kjærholm. Este diseño fue innovador en su época. Destaca por su contorno lineal y su estructura flotante sobre un marco simple. También sobresale por sus detalles precisos y su tratamiento radical de la madera contrachapada.

Características e historia de la butaca PK23

Desde el dibujo de esta pieza, Poul Kjærholm vio una oportunidad para producirla industrialmente junto con Fritz Hansen, por ser una empresa líder en madera contrachapada moldeada y en acero doblado. Más adelante, la esposa de Kjærholm, la arquitecta Hanne, colaboró ​​con Fritz Hansen para interpretar las ideas de su marido basadas en los bocetos del diseñador. De esta forma, el sillón PK23 se produjo por primera vez en el año 2006 como una pieza de exhibición. Se expuso en el Museo de Arte Moderno de Luisiana, ubicado en la costa norte de la isla de Zelanda, en Dinamarca.

La butaca PK23, de Poul Kjaerholm, ahora en Fritz Hansen

Este prototipo se produce en Fritz Hansen tras el trabajo conjunto con los hijos de Kjærholm, Thomas y Krestine. Se han hecho pequeños ajustes de relevancia contemporánea, pero siendo fieles al diseño original de refinamiento y simplicidad.

Andresen considera que es “un sillón bonito, esbelto, moderno, muy acorde con nuestros tiempos, que puedes tener en casa como pieza independiente. La amplitud y la simplicidad, junto con un precio accesible y su naturaleza robusta, también lo hacen perfecto para muchos entornos fuera del residencial”.

El sillón PK23 tiene unas dimensiones de 75 cm de ancho, 62 cm de profundidad, 70 cm de respaldo y 36 cm de asiento y está disponible en cuatro variantes por un precio desde 979 euros la unidad.