El 7 de marzo llegará a nuestros cines la nueva y esperadísima película de Steven Soderbergh: “Presence”, una vuelta de tuerca al terror fantasmal, con su antaño brillante director recuperando todo el pulso que parecía haber perdido. Y dándonos miedo: mucho miedo.
“Presence” es la película más aterradora que se ha visto en años. Al menos, eso dicen los que han tenido la fortuna de verla en los Festivales de Sitges, de Toronto y de Sundance. De hecho, en el certamen antaño apadrinado por Robert Redford numerosos espectadores abandonaron las proyecciones nocturnas del film porque, en sus propias palabras, “No podemos soportar este estrés a estas horas de la noche”. Y la mejor noticia es que con “Presence” disfrutamos otra vez del enorme talento de su director: Steven Soderbergh, el “niño prodigio” que se graduó precisamente en Sundance con “Sexo, mentiras y cintas de vídeo”. Ahora Soderbergh, con “Presence”, hace de nuevo acto de presencia.
De qué trata “Presence”
Una familia con hija adolescente se muda a la típica casita de los suburbios yanquis. Pero pronto empiezan a ocurrir cosas extrañas: todos en la familia, pero especialmente la hija, sienten una extraña presencia amenazadora en la casa. Un ente, un fantasma, un ser sobrenatural: no está claro lo que es, pero está. Con esa misma premisa se han hecho ya incontables de películas, trilladas casi siempre, funcionales en el mejor de los casos. Pero “Presence” es otra cosa, porque su director es otra cosa. Se llama Steven Soderbergh, nació en Atlanta hace 62 años, y puso el mundo del cine patas arriba con sólo 26, cuando estrenó en el Festival de Sundance su primera película: “Sexo, mentiras y cintas de vídeo”.
Soderbergh: el niño prodigio de Hollywood
El escándalo de su primer film llegó, en buena medida, por su título. Pero más allá de polémicas sexuales, lo que demostró Soderbergh en su debut fue un extraordinario dominio de la cámara, una mirada propia y una voluntad de innovar en las formas. Su consagración llegó en la gala de los Oscar de 2001, en la que recibió no una sino 2 nominaciones al Oscar de mejor director: por “Erin Brockovich” y “Traffic” (y lo ganó por “Traffic”). Después alternó títulos muy comerciales, como la trilogía de “Ocean’s Eleven”, con experimentos como “Bubble”. Se adelantó a su tiempo con “Contagio” (crónica de una pandemia filmada en 2011, asombrosamente ajustada a lo que sucedió 9 años después con el COVID)… y se fue perdiendo en el limbo con títulos que pasaban cada vez más desapercibidos. Hasta que ha llegado “Presence”.
En “Presence”, la cámara es la presencia
Innovando en las formas como siempre, Soderbergh ha rodado “Presence” como si la cámara fuera, permanentemente, el punto de vista de la “presencia”. Con un ligero efecto de ojo de pez, la cámara flota por la casa en la que transcurre la acción, sin acercarse nunca demasiado a los personajes. Por eso en “Presence” no hay prácticamente ningún primer plano, y todos los planos son planos / secuencia. Pocos, además, porque todo el film, en sus 85 minutos de metraje, tiene solamente 33 cortes (poquísimos en un Hollywood donde la media de cortes por película supera fácilmente los 2.000). Y encima su director la ha rodado con una extraordinaria economía de medios: 2 millones de dólares de presupuesto (una ridiculez), 3 semanas escasas de rodaje. Con un equipo de primera, eso sí, empezando por el guionista.
Otra joya de David Koepp
David Koepp fue uno de los guionistas más cotizados de los años 90. Firmó los guiones de “Parque Jurásico” y de su secuela, escribió también la primera película de “Misión imposible, ganó una pasta escribiendo el primer “Spider-Man” de Tobey Maguire, escribió, de nuevo para Spielberg, “La guerra de los mundos”… y brilló especialmente con ese milimétrico homenaje a Hitchcock que fue “La habitación del pánico”. Y esa es, quizá, la referencia más clara al hablar de “Presence”, porque ambos films transcurren en un escenario único: una casa, un hogar, el espacio del amor familiar transformado en el escenario del horror. Mantener el interés con tan pocas armas y en una única localización no es tarea fácil. Pero Koepp, curtido ya en esas batallas, lo consigue con solvencia.
Reparto y estreno
El único rostro verdaderamente conocido en el reparto de “Presence” es el de Lucy Liu: la actriz neoyorquina, de origen chino, que se dio a conocer con “Ally McBeal”, y que más tarde formó equipo con Cameron Diaz y Drew Barrymore en “Los ángeles de Charlie”. A su marido en la ficción de “Presence” lo encarna Chris Sullivan (“The knick”, teleserie en la que también trabajó Steven Soderbergh). La hija tiene el rostro de Callina Liang (“Fundación”). Y el estreno oficial en salas de cine será el próximo 7 de marzo, por cortesía de Diamond Films.