Correa Studio ha reformado una vivienda de 95 m2, en el emblemático barrio de Gracia de Barcelona, poniendo en práctica ese aprecio por lo mínimo que define la filosofía de este estudio de interiorismo catalán.
En unas de las calles próximas al Arco de Triunfo, construido como entrada a la Exposición Universal de Barcelona de 1888 con un característico estilo neomudéjar, se encuentra el edificio de 1930 que acoge este nuevo hogar completamente renovado para una joven pareja y su mascota, un perro. El punto de partida, revelan los interioristas, fue dar respuesta a las dos peticiones de los propietarios: “tener una cocina negra y una sala de estar conectada a la terraza para poder disfrutar del espacio exterior”.
El nuevo diseño busca rendir un “homenaje a la arquitectura preexistente con una visión contemporánea”, cuenta el equipo de Correa Studio. Un objetivo logrado haciendo exclusivamente uso de los elementos esenciales con los que han conseguido un espacio cómodo, elegante y funcional.
La intervención comenzó por acabar con una planta alargada excesivamente fragmentada, conectando todas las zonas comunes para crear una transición fluida entre los dos extremos de la vivienda. Un recurso que ha permitido que el hall de paso a la cocina. La cocina al comedor y la sala de estar. Y la sala de estar a la terraza a través de unos generosos ventanales, como deseaban los propietarios. De este modo, las relaciones visuales entre las distintas estancias de la vivienda se multiplican. Incluso se pueden contemplar al mismo tiempo los balcones de ambas fachadas.
Un hogar diseñado para ser recorrido con la mirada de un extremo a otro
El gran espejo, colocado junto a la puerta de entrada, magnifica la amplitud del pasillo que da la bienvenida al hogar con la sencillez de un práctico módulo de armarios y la delicada geometría del taburete de acero inoxidable de la firma de moda danesa Heliot Emil.
La reforma conserva elementos de la preexistencia, que ponen en valor su riqueza material. Correa Studio apostó por dejar al descubierto el ondulado techo de Volta catalana, así como el ladrillo visto en algunas partes de las paredes, y los cubrió con pintura blanco-gris. Un color que realza la luminosidad de los interiores y convive en armonía con las nuevas texturas, como el recién instalado pavimento continuo de microcemento gris de Ingremic.
La profunda personalidad del ébano negro, gran maestro de la sofisticación
El material más distintivo del proyecto es la madera de ébano de la cocina, teñida de negro y un acabado natural mate para hacer realidad el sueño de los clientes. Sus reducidas dimensiones condensadas en un rincón son idóneas para que sea percibida casi como una joya. Todos los electrodomésticos quedan ocultos tras el oscuro manto, que transmite un aire de solemnidad con notas de sofisticación.
En las habitaciones, los interioristas utilizan el color negro para otorgar protagonismo a elementos puntuales. Es el caso de la mesa en L del cuarto de estudio o el cabecero de la cama del dormitorio principal, que destacan así sobre los muebles blancos de MDF lacado. Su diseño a medida permite aumentar la capacidad de almacenamiento y sacar el máximo partido al espacio.
El juego del blanco y negro predominante en toda la vivienda adquiere su máxima intensidad en los baños. El del dormitorio principal cuenta con un alicatado de color claro. En cambio, el baño más pequeño está completamente revestido con azulejos de color oscuro. Pocas piezas de mobiliario rompen con esta dualidad cromática, y si lo hacen, es siempre en tonos neutros. Por ejemplo, el cálido color de la mesa del comedor, diseñada con madera de pino, o de los taburetes Taco Oak de Gofi, fabricados en roble natural. El resultado es un hogar sobrio, alejado de las estridencias, que celebra la unión entre presente y pasado con una atmósfera íntima y atemporal.
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Créditos de Casa Norte:
Arquitectura: Correa Studio
Ubicación: Barcelona
Superficie: 95 m2
Fecha: 2024
Cliente: Privado
Fotografía: Simone Marcolin