Francesco Carril protagoniza “Los años nuevos” el actual proyecto dirigido por Rodrigo Sorogoyen y co-escrito por Sara Cano y Paula Fabra.
Una serie de 10 episodios que narra 10 años de la vida de una pareja. Menos de 24 horas enmarcadas entre 40 y 60 minutos bastan para conocer qué es lo que ha sucedido en la vida de Óscar (Francesco Carril) y Ana (Iria del Río) durante los 364 días restantes de aquel año. La serie promete ser un gran éxito.
Francesco Carril tiene un largo recorrido por los escenarios de teatro que han sido su casa desde hace tantos años. Sobre ellos, ha protagonizado obras tan exitosas como ‘El bar que se tragó a todos los españoles’ escrita y dirigida por Alberto Sanzol, que le valió el premio Max a mejor actor protagonista. En pantalla, ha sido un pilar fundamental en el universo de Jonás Trueba, en ese pequeño gran cine en familia que conecta con la vida en películas como “Los ilusos” (2012), “Los exiliados románticos” (2014), “La reconquista”(2016), “La virgen de agosto” (2018) y, “Tenéis que venir a verla” (2022). También ha participado en “Morir”, de Fernando Franco (2016), “Ramona”, de Andrea Bagney (2022) y “Un amor” de Isabel Coixet, entre otras muchas producciones.
Si pudieras dedicar unas palabras a este proyecto, ¿cuáles serían?
Francesco Carril: Ha habido un proceso de autoconocimiento con esta serie que ha sido muy bonito. La serie me ha hecho mejor actor de lo que era, he crecido después de haberla hecho, y creo que tiene que ver con un compromiso conmigo mismo. Era un proyecto que me lo permitía, y no he tenido miedo de abrirme, de mostrarme tal como soy. De hecho, hay veces que veo cosas en la serie que digo “esto es muy mío”. Cuando la vea dentro de mucho tiempo, habrá algo de ver una especie de álbum de fotos en movimiento de una época.
Viniendo de trabajar con Los Ilusos y con Jonás Trueba, trabajando también las relaciones de pareja desde otro lugar, ¿Crees que ese background ha repercutido en el resultado?
Francesco Carril: Todo suma, pero también te diría que las cosas que parece que no tienen mucho que ver seguramente han hecho y ayudado. Las cosas se quedan en un lugar misterioso y cuando menos te lo esperas aparecen.
Nuestro trabajo es bonito entenderlo como un canal que permite que las cosas inconscientes se hagan visibles.
¿Cómo has sentido que pudiéseis contar la narrativa de todo un año en tan solo 24 horas? ¿Cómo habéis trabajado el guión?
Francesco Carril: Con Rui era una relación evidente, era la cabeza de la serie en cuanto a decisiones narrativas y de tono cinematográfico. Con Paula y con Sara ha sido un trabajo conjunto, ellas nos mandaron los guiones pero luego durante los ensayos los empezamos a hacer nuestros, aparecieron cosas de nuestra propia idiosincrasia para luego volver al guion. Improvisación hay muy poca pero sí se nos ha permitido que los mecanismos de habla que tenemos en la vida los volquemos rodando, esto se traduce en cosas tan importantes como que realmente el presente mande.
Si yo en plano siento que he de interrumpirte lo haré, si siento que hay algo con lo que realmente no estoy seguro me pararé a pensar… Todo lo que tiene que ver con el habla. En otras producciones te dirían ‘vamos a hacer otra que esto no está limpio’ y aquí esto se nos permitía. Ese realismo responde a todo esto.
La realidad y la fidelidad con la vida traspasa la pantalla. Se muestra un tipo de relación que puede conectar con todos nosotros.
Francesco Carril: Eso pasa por que Rui tiene una buena sensibilidad para generar la vida y eso parece muy obvio por que todos queremos que lo que hagamos esté más vivo que muerto. Y creo que él tiene una sensibilidad es saber hacer algo tan difícil como intentar generar la vida. Si lo piensas desde el arte, desde esas casas, esos pisos, también hay algo ahí.
A veces me asusta y me impacta porque la siento como un documental, eso quiere decir que algo hemos hecho bien.
La serie está grabada de manera cronológica, ¿cómo ha sido este viaje?
Francesco Carril: Rodamos en Berlín, Lyon, y fuimos a Valencia un par de días, estuvimos en la sierra de Madrid… A priori es una locura, pero por otro lado, había tantos cambios físicos que todo cobraba sentido. Lo que más me gusta de esto es que cuando vi la serie por primera vez que bonita la sensación de ver nuestra mirada tan virgen, insegura, buscando a Óscar y Ana, en ese capítulo uno y dos, e incluso en el tres que fue cuando empezamos a sentir que nos apropiábamos de algo hasta los últimos capítulos de madurez, porque poder ver esa fragilidad va bien a toda la narrativa y me parece precioso. Regresar a los espacios conocidos después de meses, verlos intervenidos, todo eso mueve algo.
La banda sonora de Nacho Vegas y su figura narrativa en la serie.
Francesco Carril: Su música me ha acompañado mucho durante el rodaje y tengo la sensación de que lo que lo hace especial es que Nacho no solo ha compuesto la canción del final y nos ha prestado algunas canciones si no que se hable de él, aparezca un póster, son detalles bonitos. Cuando estuvimos en Barcelona fue precioso verle trabajar, estar con sus músicos, y por supuesto, conocerle. Pasamos una noche maravillosa.
Y yo decía, “jo, estoy aquí con Nacho Vegas, que su música me ha acompañado gran parte de mi vida y solo podía pensar, esto tiene sentido”.
La serie se estrenó en el festival de Venecia, ¿cómo fue la experiencia?
Francesco Carril: Fue nuestro arranque, la primera vez que vimos “Los años nuevos” con público. Es curioso ver que según a qué ciudad vayas lo mismo se acoge de maneras muy distintas. Cuando acompañé mucho la película de los Ilusos en gira, me quedaba a ver la película. Me encantaba observar cómo la vacía gente en Francia, en Argentina. Entiendes mucho de la cultura de un país. Yo a Venecia no iba desde que era adolescente, también mi parte italiana así que de alguna manera sentí que se estaba cerrando un círculo. Cuando llegamos al aeropuerto y nos llevaron en lancha hasta el Lido con todo el equipo, pensé que eso era realmente el premio.
No es solo una serie sobre la relación de Oscar y Ana sino sobre todas las personas que acompañan a la pareja, madres, padres, amigas y amigos. ¿Cómo es este tratamiento de la pareja?
Francesco Carril: Hay algo muy bonito de hablar sobre los grandes estamentos que forman parte de la vida, la pareja, la familia, la amistad e incluso el trabajo. Viendo la serie ves que todo es un proceso, los científicos lo saben muy bien.
Las cosas forman parte de algo que a mi a veces se me olvida. Se nos olvida lo que está en medio, y esta serie hace precisamente eso, recordar el entretiempo, el tránsito entre una cosa y otra.
La serie se va a poder ver en algunas salas de cine, ¿Este tipo de formato da valor a la obra?
Francesco Carril: Por supuesto, sea la obra que sea. Las personas solo pueden ver las series en su casa y pierden ese componente del visionado colectivo, sin cortes. Ahí es cuando pienso que al final, una serie como esta que tiene un montaje para salas que no se verá en Movistar+, puede ser perfectamente una película, larga, pero una película en dos partes. Visto en pantalla grande se ensalza el trabajo de todos, el color, el sonido, todo.
¿Cómo ha sido el trabajo con Rodrigo Sorogoyen?
Francesco Carril: Yo no lo conocía personalmente, sólo a través de su obra. Creo que se nota tanto cuando a alguien le gustan las personas con las que trabaja, que es curioso, que tiene algo de querer saber sobre tí, sobre tu vida, más allá del papel. No hemos ensayado, hemos puesto ahí nuestras vidas, que era algo necesario. Alguien que hace eso se traduce en pantalla.
Hay una frase de Bresson en su libro ‘Notas para el cinematógrafo’ que dice: “haz aparecer lo que, si no fuera por tí, no se vería nunca” y yo creo que hay algo de Rodrigo que sabe hacer eso.
La serie se ha rodado en varios países, Alemania, Francia, España…
Francesco Carril: Imagínate rodar en una discoteca alemana en Berlín sin tener que simularlo. Rodamos en Tresor, que es una sala de tecno muy heavy, mítica de allí. Pretende ser Berghain, pero ni lo intentamos. Antes de rodar salimos todos juntos al Tresor antes de rodar. A Lyon fui solo a rodar esta ensoñación, pero imagínate. Movistar ha permitido hacer esta serie de 7 horas y media, que ha apoyado que esto se pueda estrenar en salas de cine… Hacía tiempo que no me sentía tan bien cuidado, me he sentido muy bien, también con Caballo Films.
Los años nuevos es una serie sobre abrazar los cambios, ¿cómo llevas esto?
Francesco Carril: En el festival de Almería he conocido a un tipo muy interesante que me dijo que no había que mirar el miedo sino hay que mirar lo que señala el miedo, y me gustó esa manera de resumirlo. Yo creo que cada vez tengo menos miedo al cambio, he tenido pánico, a niveles muy fuertes. Llevo 12 años viviendo en la misma casa. Me he mudado por razones vitales, pero creo que ahora lo abrazo bien, también esto es mirarse con cariño a uno mismo y no tener miedo a equivocarse. Va muy unido a lo que decía la canción de Rafa Berrio ‘somos siempre principiantes’, hay algo de volver a empezar.
Cuando rompes con alguien y vuelves a conocer a otra persona siempre piensas: ¿Cómo se hacía esto? Pasa cuando terminas un proyecto y empiezas a rodar otra cosa y dices, ¡pero si estoy empezando de cero!
La pareja es un proyecto en construcción, cuando eso se rompe vives un duelo.
Francesco Carril: Hay un libro de Roland Barthes, ‘Diario de un duelo’ que escribió cuando murió su madre y cuando lo leí pensé en la belleza que había en los duelos. Creo que cuando estamos ahí, a veces estamos tan guapos, tan hacia afuera, en un estar en la vida tan particular y tan frágil que nos vuelve bellos. Creo que irradiamos algo expansivo.
¿Qué le deseas a este proyecto?
Francesco Carril: Siento que nos estamos empezando a despedir, hemos dicho que será una serie que la volvamos a ver en un tiempo, y yo solo ahora deseo que la serie haga su camino, que nos recordemos y que la gente nos mire con ternura y cariño. Ojalá los espectadores se sientan interpelados y les cale. Alguien escribió algo muy bonito que decía así: ‘Está Óscar, está Ana, y en el medio estamos todos los demás’ y ojalá la serie nos contenga y nos abrace.
