En el corazón del Pasaje Maldá de Barcelona, entre tiendas de anime, juegos de mesa, parafernalia de Dragon Ball y Star Wars, nos encontramos con la tienda de North Point Wear, una marca clave en el desarrollo del streetwear español.
Fundada por Fausto Ramírez en 1994, North Point supo aprovechar el auge del hip-hop en los años 90, consolidándose como un referente de la moda urbana nacional. Sus pantalones holgados y sudaderas oversize se convirtieron en el uniforme de una generación. Tras superar la crisis de finales de la década de 2000, la marca ha llegado hasta nuestros días manteniéndose fiel a su esencia con sus icónicos pantalones baggy y sudaderas oversize.
Hoy conversamos con Fausto, su fundador, quien nos guía a través de la historia de la marca desde sus inicios hasta la actualidad.
En 1994, Fausto Ramírez acompañó a su hijo y a unos amigos al II In-Line Contest en Lausanne, la meca del patinaje en los años 90. Tras la competición, emprendieron el largo viaje de vuelta en coche. Durante el trayecto, de más de nueve horas, los jóvenes comentaban lo difícil y caro que resultaba encontrar ropa ancha adecuada para patinar: marcas como Senate eran importadas y apenas existían opciones nacionales. Al escuchar la conversación, Fausto tuvo una revelación: ¿por qué no fabricar él mismo esa ropa?
Fausto: “a los 14 años comencé a trabajar en sastrería y en 1983 instalé en Badalona una empresa dedicada al planchado, tintado y tratamiento de ropa denim”
Fausto había crecido en una familia dedicada al textil —“podríamos decir que me crié entre máquinas de coser”, confiesa— y contaba con una amplia experiencia en el sector —“a los 14 años comencé a trabajar en sastrería y en 1983 instalé en Badalona una empresa dedicada al planchado, tintado y tratamiento de ropa denim”—, por lo que la idea no era descabellada. Las siguientes horas al volante las dedicó a darle forma a este proyecto.Una vez de vuelta en Barcelona, Fausto se puso inmediatamente manos a la obra.
La empresa North Point ya estaba registrada para un abandonado proyecto anterior, “una marca de camisas modernas y actuales con calidad y a un precio asequible, similar a lo que era Massimo Dutti antes de ser adquirida por Inditex”, recuerda. Con la parte burocrática resuelta, en pocos meses tenía una primera colección lista para la venta, elaborada en un taller de Sant Adrià de Besòs, hoy convertido en skatepark y espacio de coworking.
Fausto: “De manera intuitiva, había puesto en marcha lo que hoy llamamos networking: el marketing directo al lado de los usuarios”
Quedaba el asunto de la distribución. A falta de recursos, Fausto recurrió al ingenio y al trabajo manual. “Coincidiendo con la Cursa del Corte Inglés, salí a las calles con una mochila llena de material dispuesto a venderlo en persona”, rememora. Fausto se pateaba la ciudad de arriba abajo: “iba al half pipe de Horta, a la mini rampa de Villa Olímpica y a Turó Park, donde pasaba horas observando a los chicos y hablando con ellos”. Era un marketing de guerrilla en toda regla. “De manera intuitiva, había puesto en marcha lo que hoy llamamos networking: el marketing directo al lado de los usuarios”. North Point había echado, literalmente, a andar.
“North Point respondía a las demandas de skaters, breakers y aficionados al hip-hop, siendo pionera en introducir el estilo streetwear estadounidense en la moda española”
Contemporánea de marcas como Karl Kani (1989), Fubu (1992) y Ecko (1993), cuyas raíces documenta el filme “Fresh Dressed” (2015), North Point respondía a las demandas de skaters, breakers y aficionados al hip-hop, siendo pionera en introducir el estilo streetwear estadounidense en la moda española. “En 1999, los chicos patinadores con los que había comenzado la marca se hicieron mayores y se produjo un cambio generacional”, explica Fausto, “pasaron de escuchar el hip hop estadounidense a incorporar la escena española. Por otro lado, poco antes se integró en North Point Rudy Alvarado, boy fundador de Lunatiks, y mi relación con el mundo del hip hop se intensificó; pude conocer prácticamente a toda la escena”.
Fausto: “Nuestro equipo de diseño se había profesionalizado y la etapa del patín daba paso a conceptos con tags, logos bordados y estampados más complejos”
North Point, por entonces, se había convertido en una marca de referencia en el streetwear. “Nuestro equipo de diseño se había profesionalizado y la etapa del patín daba paso a conceptos con tags, logos bordados y estampados más complejos”, recuerda Fausto. “En el 2000 todavía no era tan acusada la presencia de las marcas de hip hop estadounidenses, y North Point evolucionó al mismo ritmo que muchos de sus usuarios, que ya no tenían 15 años”, reflexiona.
Con la madurez de la marca, llegó una profesionalización del marketing, con campañas y shootings pioneros para la época, de los que Fausto guarda un interesante archivo. North Point estaba presente en publicaciones como ‘Trapos Sucios’, ‘Hip-Hop Nation’, ‘Serie B’, ‘Afroexpress’ y ‘Lamono’, entre otras revistas de la época. Al igual que Tupac Shakur protagonizó una campaña para Karl Kani, North Point se consolidó impulsada por figuras clave del hip-hop local.
Fausto: “”En el 2000 hicimos una colección que le encantó a Frank T y la utilizó en el lanzamiento de su disco Frank T 90 Kilos”
“En el 2000 hicimos una colección que le encantó a Frank T y la utilizó en el lanzamiento de su disco “Frank T 90 Kilos”; fue entonces cuando comenzaron nuestras colaboraciones con grupos de hip hop españoles”, recuerda Fausto. La distribución se expandió rápidamente a través de las primeras tiendas de ropa hip-hop, y pronto otros grupos como Falsalarma o SFDK lucían su marca.
Fausto: “La Barcelona de aquellos años era un hervidero de rap, skate y graffiti, y la comunidad demandaba productos como los suyos”
La Barcelona de aquellos años era un hervidero de rap, skate y graffiti, y la comunidad demandaba productos como los suyos. Sin la opción de las ventas online, los puntos de venta físicos eran esenciales, y North Point llegó a tener seis tiendas. Su primera tienda abrió en 1996 en Sant Adrià del Besòs —“el punto cero de la marca”, con un skatepark en los bajos. En 1998, se trasladó a Arc de Triomf —“donde está hoy la estación”— donde pasó a llamarse Ar&Co. Paralelamente, inauguraron un espacio de skate de 800 m² junto a Razzmatazz. A estas primeras tiendas les siguieron Arco en 2003, Arco City en Heron City, Arco Glorias en CC Les Glories, Arco Dub en el Gótico y Arco Sants.
Fausto: “en 2008, el ciclo de la moda hip hop/streetwear se invirtió, coincidiendo con una crisis económica general que afectó a todas las marcas del sector”
Pero como en toda buena historia, tras los años dorados llegaron tiempos difíciles. Como afirma Fausto, “en 2008, el ciclo de la moda hip hop/streetwear se invirtió, coincidiendo con una crisis económica general que afectó a todas las marcas del sector, como Karl Kani, Ecko, Fubu, South Pole, Bullrot, etc.”. La complicada situación los obligó a ir cerrando tiendas hasta que en 2012 “cerramos la última tienda en Heron City y volvimos a nuestro origen en Sant Adrià”. Lejos de rendirse, Fausto decidió capear el temporal y continuar en activo: esto supuso el comienzo de una travesía en el desierto que duraría hasta principios de los años 2020.
Fausto: ““las ventas comenzaron a recuperarse en 2022, en este caso porque la ropa ancha fue “descubierta” como moda por jóvenes creativos”
La moda es cíclica y, en los últimos años, el lema ha sido “vuelven los noventa”, lo que ha provocado un resurgimiento de marcas y diseñadores como Dapper Dan, quien ha recuperado relevancia con la apertura de “Dapper Dan of Harlem” por Gucci, o Karl Kani, invitado a la Semana de la Moda de Miami en 2024. Para North Point, esto supuso un cambio de tendencia: “las ventas comenzaron a recuperarse en 2022, en este caso porque la ropa ancha fue “descubierta” como moda por jóvenes creativos. Desde entonces, el concepto de urbanwear se ha ido extendiendo y continúa creciendo”, afirma Fausto.
Fausto: “existe un reconocimiento muy importante, el de las personas que ahora tienen más de 40 años y que nos envían fotos de sus colecciones de North Point”
En Estados Unidos, los diseñadores y las marcas que protagonizaron la moda de los 90 han sido objeto de múltiples reconocimientos, exposiciones y premios por su contribución. Intrigado, le pregunto a Fausto si ellos han recibido algún tipo de reconocimiento por su aporte al streetwear nacional. Riendo, me responde: “Sí, existe un reconocimiento muy importante, el de las personas que ahora tienen más de 40 años y que nos envían fotos de sus colecciones de North Point. Las han guardado como un tesoro, y nos enorgullece mucho ver el cariño que sienten por estas prendas que representaron un momento importante en sus vidas”.
La comunidad—su gente—es claramente una parte esencial para Fausto, y sale recurrentemente en la conversación. En el pasado, esta conexión con su público se manifestó a través de la construcción de pistas de patinaje, ya fueran temporales en festivales, como el que organizaron en el Parc de la Ciutadella con ocasión de la inauguración de su tienda Ar&Co, o permanentes, como el indoor de 800 m² que Fausto abrió en 1998 en pleno @22, al lado de Razzmatazz. Este espacio, con 9 metros de altura, un halfpipe de 3,25 metros de radio y 9 metros de coping, se convirtió en un referente en la ciudad.
Fausto: “”Hemos establecido una colaboración muy estrecha con una asociación de ParaBMX llamada Proyecto111”
Hoy, como destaca Fausto, esto ya no es tan necesario, por lo que sus actividades de Responsabilidad Social Corporativa se han orientado hacia el ámbito para-deportivo, fomentando la inclusión en los deportes urbanos. “Hemos establecido una colaboración muy estrecha con una asociación de ParaBMX llamada Proyecto111”, comenta Fausto. “Justamente estos días se celebran los Juegos Paralímpicos en París, y el ParaBMX está presente con exhibiciones como nuevo deporte olímpico”.
North Point participa en el Urban Extreme de Barcelona, un evento que este año cobra especial relevancia tras la inclusión de los deportes urbanos en los Juegos Olímpicos y Paralímpicos
Como parte de estas actividades, North Point participa en el Urban Extreme de Barcelona, un evento que este año cobra especial relevancia tras la inclusión de los deportes urbanos en los Juegos Olímpicos y Paralímpicos. Este hecho ha puesto el foco en disciplinas como el BMX y el skateboarding, y eventos como el Urban Extreme se han convertido en una plataforma ideal para mostrar el talento de los atletas y la pasión de los aficionados.
Al observar la actividad en torno al stand y los grupos de skaters y riders luciendo orgullosos sus prendas de North Point, queda claro que la marca está viviendo una segunda juventud
Durante las finales del domingo, me acero al festival, que había congregado a unos 45,000 visitantes, para visitar el espacio que montaron junto a Proyecto111, con zonas de actualización y grabación de podcasts con los deportistas. Al observar la actividad en torno al stand y los grupos de skaters y riders luciendo orgullosos sus prendas de North Point, queda claro que la marca está viviendo una segunda juventud. Como afirma Fausto, “no solo estamos de nuevo en escena como marca de ropa, sino también como una entidad que recoge y representa un estilo de vida propio de la Cultura Urbana”.
Fausto: “El objetivo es reforzar North Point como una marca de ropa urbana con tradición, enraizada en sus orígenes: las calles de Barcelona”
“—¿Y el futuro? ¿Cuál es el plan para North Point?” —le pregunto. Reflexivo, Fausto responde: “El objetivo es reforzar North Point como una marca de ropa urbana con tradición, enraizada en sus orígenes: las calles de Barcelona”. “Va a sonar a chiste”, advierte con una sonrisa, “pero el plan es ser clásicos. Queremos ser un puente entre generaciones, mantener un estándar alto de calidad e incorporar nuevas visiones del streetwear. Estar por encima de los ciclos de la moda, que a veces juegan a favor y otras veces se retraen”. Un comentario que suena sensato en boca de alguien que ha vivido los altibajos de la moda nacional. Porque, en definitiva, la historia de North Point Wear es una historia de superación.
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