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“Firefly”, de Lara Fluxà, nos invita a reflexionar sobre la sostenibilidad y el impacto de nuestras acciones, abordando la fragilidad y la necesidad de proteger nuestro entorno.
Entrevistamos a Lara Fluxà para que nos hable sobre su exposición “Firefly”, que podrá visitarse hasta el 31 de octubre en la galería Bombon Projects de Barcelona. La muestra sumerge a los espectadores en una experiencia inmersiva, donde materiales como vidrio, aire y luz simbolizan la fragilidad de los ecosistemas y nuestras conexiones con el medio ambiente.
Imagen superior: Zerrds (2024)
Graio (2024)
Luz y fragilidad en “Firefly”
La exposición “Firefly”, de Lara Fluxà, explora la fragilidad y la tensión entre los materiales y el espacio a través de una serie de esculturas de vidrio y estructuras metálicas. Lara Fluxà utiliza materiales como agua, aire, sal, alquitrán, luz y vidrio para explorar la fragilidad de los ecosistemas, enfocándose en la tensión entre el cuidado medioambiental y la explotación de recursos naturales. Su obra invita a una reflexión sobre nuestras prácticas y relaciones con el entorno, promoviendo una postura de conciencia y responsabilidad ante la crisis ecológica. A través de sus instalaciones, propone formas de existencia más colaborativas y sostenibles, interpelando al espectador a tomar un rol activo en la preservación ambiental.
Lemms (2024)
Esculturas voladoras
En esta exposición de Bombon Projects, comisariada por Blanca del Río, Lara Fluxà nos invita a reconsiderar la energía, la distancia y la interacción a través de esculturas voladoras y estructuras que parecen flotar en el espacio. A través de “Firefly” (luciérnaga en inglés), Fluxà evoca la bioluminiscencia de estos insectos y su peculiar ritual de cortejo, creando un paralelismo con la energía y la luz que atraviesan la sala. En este caso, la materialidad y la fragilidad del vidrio juegan un papel crucial, donde las piezas recuerdan que la proximidad con estos materiales delicados y con nuestras propias emociones requieren respeto y cuidado. Hablamos con Lara para que nos hable sobre “Firefly”.
Fralm (2024)
Hibridación entre tecnología y naturaleza
“Firefly” sugiere una conexión con la luz y la naturaleza. ¿Qué te llevó a elegir este título y cómo se relaciona con el concepto general de la exposición?
Firefly, luciérnaga en inglés, o fuego que vuela, es la idea de una energía que transita, que circula por las alturas y el espacio y se propaga. Alude a ese insecto eléctrico, pero también al dominio del fuego primitivo. A esa primera fuente de energía, que nos daba luz y calor, y que ahora se propaga a través de los cables eléctricos, cruzando el cielo, atravesando paisajes. “Firefly” se convierte en energía eléctrica industrial y en energía animal. La exposición está planteada como una unidad electrificada donde se confunden e hibridan estos dos mundos. Por un lado, está el que deriva de la tecnología humana, con objetos propios de las torres eléctricas, como los aisladores de alto voltaje. Y por otro, está el que es animal: el de los insectos, también eléctricos que emiten luz. Algunas esculturas son representaciones de esta energía y de esta fuerza, de este impulso y latido físico.
Tarrt (2024)
Aspectos técnicos y conceptuales de “Firefly”
¿Qué simboliza la luz en esta serie de obras y cómo has trabajado con ella a nivel técnico y conceptual?
En la exposición aparece la noción de electricidad, de flujo, donde la luz se percibe a nivel simbólico como destellos o latidos, energía condensada y liberada, como una fuerza. “Firefly” hace referencia directa a esos gusanos portadores de luz. Estos bichos, comunes en zonas húmedas, practican un peculiar ritual de cortejo nocturno. Un complejo diálogo entre machos y hembras que se acciona por una sucesión de destellos de luz que cada uno de ellos emite*. A nivel formal, uno de los elementos que articulan la exposición son los aisladores de alta tensión. Se trata de protectores eléctricos de alto voltaje, hechos de vidrio. Son capaces de soportar grandes subidas de tensión y mantener la integridad de un sistema eléctrico, previniendo así cortocircuitos o descargas eléctricas. Todo ello permite la percepción de una energía eléctrica que circula y que nos hace recorrer el espacio expositivo empujados por formas industriales que, como vórtices, nos conducen y guían.
Firefly (2024) detalle de la exposición
El vidrio: material esencial en “Firefly”
Tu obra a menudo explora la interacción entre materiales y su transformación. ¿Qué rol juega el vidrio en esta exposición en particular y cómo se relaciona con tus investigaciones anteriores?
En esta exposición aparece el vidrio como aislante eléctrico, elemento que a día de hoy se sigue utilizando en las torres de alta tensión para proteger los sistemas. Me interesa la noción material que tenemos de este elemento, que pensamos como frágil, y cómo es usado por su capacidad de contener y preservar esa fuerza eléctrica de alto voltaje.
Rastd (2024)
Proceso de creación
El proceso de creación de tus instalaciones involucra un profundo conocimiento técnico de los materiales. ¿Puedes hablarnos sobre los desafíos técnicos a los que te has enfrentado al trabajar con los elementos de “Firefly”?
Sin duda uno de los desafíos técnicos fue la parte instalativa del proyecto. Hacer una exposición de esculturas aéreas hechas en vidrio, con lo que eso implica a nivel de sujeción y tensión. Además de encontrar los puntos estratégicamente seguros donde aplicar fuerza para agarrar. Aunque tengo que decir que todas estas cábalas técnicas de ingeniería me divierten muchísimo, diría que el reto más importante fue trabajar con la noción de energía eléctrica. Con la sensación de esa presencia de fuerza invisible, sin que se delatara realmente. Con la sugestión de la posibilidad de un calambre en el cuerpo, jugar con esa tensión envolvente de flujo eléctrico.
Zerrds (2024)
Cuestiones medioambientales
Tu obra plantea una preocupación por cuestiones medioambientales y por la sostenibilidad. ¿Cómo integra esta exposición tales temáticas y qué relación crees que puede tener con el contexto actual de crisis climática?
Sobre este tema lo dijo bonito @dominatiomundi referente a la exposición: “Lara Fluxá trabaja con materiales frágiles que portan agua, minerales, lácteos, pero también que contienen alquitrán o residuos industriales. Sus estructuras recuerdan máquinas y, precisamente, nos recuerdan que una máquina puede fallar, puede quebrarse y generar un desequilibrio. Sus cápsulas de cristal, evocadores órganos mutantes, nos hablan del deseo, de querer imaginarse como un cuerpo. Hay algo de ciencia utópica en su obra. La posibilidad de una racionalidad marcada por lo afectivo, no por lo extractivo, late en cada una de sus piezas. Vemos formas frágiles, también memoria del fuego, que puede consumirte pero también servir para hacer señales. Igualmente, hay un fantasma en la máquina que, en esta ocasión, no es portador de obsesión y destrucción, sino de una cálida y danzante utopía. Hay una voluntad creadora que quiere abrazar, contener y filtrar la toxicidad de una historia natural que, tal y como se ha venido formulando hasta ahora, solo puede acabar mal”.
Firefly (2024) detalle de la exposición
Efectivamente, en “Firefly” conviven estos dos mundos, el industrial: con cables, sus torres eléctricas y sus aceites de motor usado, con otro natural-animal. Aparece un planteamiento donde esos dos mundos se asimilan, confunden y abrazan. Donde la morfología de los insectos, de los gusanos voladores, deriva de elementos funcionales industriales de la máquina; donde los fluidos que constituyen orgánicamente esas criaturas, son aceites e impulsos eléctricos.
“Firefly” de Lara Fluxà podrá visitarse hasta el 31 de octubre en Bombon Projects. Más información sobre la exposición aquí.
* Del texto de Sala, por Blanca Del Río