José Vivero es alguien a quien hay que conocer. No solo por su arte, también por su simpatía, calidez y espíritu de aventura.
José Vivero ha recorrido medio mundo y desprende ese aire de trotamundos que viaja con ganas de descubrir algo nuevo. Su arte es singular y característico y sus cuadros siempre reflejan un momento de preciosa intimidad, sensualidad o cotidianeidad. Cada brocha desprende algo que solo tienen los mejores: puro talento.
Neo2 – José, cuéntame. ¿Podrías hablarme del primer recuerdo que tienes relacionado con el arte?
José Vivero – Creo que el primer recuerdo relacionado con el arte para mí es el olor del aguarrás y los tubos de pintura de mi abuela Alma, si no es eso, es un cuadro de unos tulipanes blancos que Angela, mi madre, pintó. Para mí siempre era fascinante acercarme a la habitación donde mi abuela pintaba, tocar los tubos y los pinceles y verla a ella pintar. En el primer sitio en el que viví en Bogotá, cuando tenía creo que algo menos de dos años, mi abuela estaba pintando un encargo: el cuadro era un violín.
Me acercaba a dar pinceladas con un pincel seco pretendiendo hacer que lo pintaba.
Mi abuela me contó que yo no dejaba que nadie más que ella se acercara al cuadro, y yo pensaba que quién lo había pintado era yo, y que el día que vinieron a recogerlo rompí a llorar. Desafortunadamente, nada de eso lo recuerdo
Neo2 – ¿Cómo funciona tu proceso creativo?
José Vivero – Al principio pintaba bastante del natural, a gente cercana a mí o bodegones, hasta que empecé a recoger pinturas de la calle y me las llevaba al estudio y las pintaba por encima respetando la imagen previa. Esa práctica fue bastante significativa en mi desarrollo artístico. A partir de ahí empecé a trabajar con diferentes imágenes, mezclándolas y dando prioridad a aspectos compositivos.
La gente normal vive solo una vida, pero con cada pincelada José Vivero tiene el poder de vivir tantas como quiera.
Generalmente trabajo a través de fotografías. Suelo tomar muchas fotos, de cualquier cosa que me llame la atención; desde la cosa más mundana a las personas que más quiero y aprecio. Almaceno imágenes constantemente. Desde páginas de revista a fotos de archivo así como de internet o algún frame de películas. A través del collage suelo integrar y modificar las imágenes que selecciono y según lo que quiero pintar, empiezo a componer.
Neo2 – ¿Siempre atraviesas las mismas fases a la hora de elaborar uno de tus cuadros?
José Vivero – No siempre. A menudo pienso en cada pintura como una vida, y cada una de ellas es totalmente diferente. No todas tienen el mismo tratamiento ni atraviesan por las mismas etapas, igual que yo como individuo. Una de las cosas que más me atrae es ver esas etapas en el resultado final de la pintura, ver las deliberaciones visuales y como cada una de ellas llevan a construir la imagen, como si fuera una especie de diario.
Neo2 – En algunos de tus retratos encuentro cierta simbología, cierto toque de misticismo. Háblame de alguna de tus obras y su historia.
José Vivero – “Dads Bedroom” la pinté durante mi residencia en Miami algunos meses atrás. Durante mi viaje en Navidad a Colombia. En diciembre de 2023 en casa de Fernando, mi padre. Tiene 75 años y para mí se ha convertido en algo común hablar de la muerte con él. Algunos de sus compañeros del colegio y de la universidad fallecieron durante el tiempo que estuve allí. En esta pintura mi padre está echado completamente vestido en la cama de su habitación.
“A menudo pienso en cada pintura como una vida, y cada una de ellas es totalmente diferente.”
Una de las cosas que más me interesa de esta obra, es el hecho de que ese día mi padre se había puesto aquella ropa y había salido de casa para ir a un funeral de uno de sus compañeros que había fallecido. Volvió sorprendentemente rápido y me dijo que no había nadie en la funeraria: se había equivocado de día. Al volver a casa se tiró en la cama.
Ver a mi padre tumbado en su cama me genera muchos sentimientos encontrados, ya que mi relación con él no siempre ha existido tal como ahora.
Su casa es un sitio que de alguna forma me resulta ajeno y me pone siempre nostálgico. Antes, cuando era más pequeño solía acercarme a la puerta de la habitación, a observarle mientras dormía escuchando programas de ópera o viendo obras de teatro. En el momento que tome las fotos de él tirado en la cama, me lo imaginaba como si fuese parte de un aquelarre donde las brujas le estaban quemando. En la parte superior derecha del cuadro, al fondo, hay una figura mirando la escena desde la lejanía. Para mí esta pintura representa momentos de mi infancia, el paso del tiempo y, de alguna forma, una analogía de la vida y la muerte. Supongo que esa es la simbología de las brujas y el fuego.
Neo2 – Háblame de tus influencias.
José Vivero – Creo que cualquier persona con la que hables y que patine, te dirá que el skate le ha llevado a ser la persona que es. La mayoría de mis influencias vienen del skate, aunque en la pintura: Goya, Alice Neel, Jenny Saville, Lucian Freud, Cy Twombly, Paula Rego, Peter Doig, Henry Taylor por nombrar algunos.