El estilo brutalista singulariza los acogedores interiores de esta vivienda, emplazada en una pintoresca zona residencial de la ladera norte de la montaña de Montjuic, que tiene como telón de fondo las infinitas vistas panorámicas de Barcelona.
Villain House es una explosión de texturas. Un sugerente juego de superficies suaves y rugosas, claras y oscuras, transparentes y opacas, que enriquecen la percepción háptica y dan rienda suelta a la imaginación. “Un buen amigo de mi cliente pasó unos días en la casa y se quedó completamente impresionado con la experiencia. Nos contaba que se sintió como el malo de una película clásica. De ahí que bautizáramos el proyecto como Villain House”, cuenta la arquitecta Clàudia Raurell (Barcelona, 1986), que desde 2022 dirige en la Ciudad Condal su estudio Architecture Office Clàudia Raurell (AOCR).
Nada más cruzar el umbral de la vivienda se advierte esa arquitectura “sensible y desacomplejada que explora los límites de lo dogmático” por la que apuesta el estudio AOCR. Los 130 m2 celebran “el color gris en todos sus niveles: tono, texturas, ruido y acabados. Queríamos hacer un proyecto que fuera capaz de desatar profundidad y complejidad material desde la imposición monocromática. La idea era estirar al máximo un color para crear un espacio que brillara por sutilezas como la de un simple cambio de textura”, afirma Raurell.
Vivir a 55 metros sobre el nivel del mar junto al parque de Montjuic
Villain House se alza sobre una parcela de 100 m2 resguardada entre medianeras, donde antes se hallaba una deteriorada edificación autoconstruida de la que solo pudo preservarse el opaco muro de la fachada principal. Sin embargo, su antigua traza resurge en el diseño actual. Y es que la casa proyectada por AOCR es, “volumétricamente, una réplica casi exacta de la construcción original por imposición urbanística”, detalla la arquitecta.
El patio como antesala y regulador climático del hogar
Un recogido patio delantero actúa como espacio de transición entre la calle y el nuevo volumen de dos plantas. La estrategia de Raurell fue levantar una envolvente de cristal, independiente del antiguo muro de fachada, que dejara pasar la luz natural y, además, favoreciese la ventilación cruzada.
En el interior, los distintos niveles del pavimento definen los espacios de una planta baja sin puertas, donde conviven una cocina abierta al salón, el dormitorio principal y un amplio baño. El salón permanece recogido en un estrato inferior, presidido por un sofá en L sobre una mullida alfombra y las impresionantes vistas de la ciudad al fondo. Por el contrario, el dormitorio se emplaza en un nivel ligeramente más elevado, ubicado en el rincón más alejado de la puerta de entrada.
La privacidad de cada estancia se garantiza gracias a la estudiada disposición en planta de los dos volúmenes compactos, que se introducen para albergar el almacenaje y el programa funcional de la vivienda. Uno de madera de castaño, destinado a los electrodomésticos de la cocina y los armarios. Y otro de espejos, que aporta amplitud, además de ocultar la ducha y el inodoro.
El protagonismo del hormigón y sus múltiples acabados matizan el delicado estilo brutalista en los interiores. Destaca especialmente la forma ornamental de los bloques acanalados de las paredes, que se mimetizan con los pliegues de las largas cortinas. Los tonos metálicos también juegan un papel relevante en la escala de grises, presentes tanto en los perfiles tubulares de acero de la estructura, como en la monumental isla de la cocina y el mueble del baño con doble lavabo.
La cruda belleza de una serena escala de grises
La robusta bañera de hormigón sorprende por sus vistas al patio. Al otro lado del cristal, se distingue la grácil escalera de caracol metálica que conduce a la primera planta, reservada para el estudio, un cuarto de invitados y una generosa terraza. Desde la barandilla, se puede contemplar la trama urbana de Barcelona hasta que se pierde de vista en el horizonte.
El propietario de la vivienda es el hotelero Christian Schallert con el que AOCR ha colaborado también para la renovación de un hotel en Marrakech. “Todos sus proyectos activan un proceso creativo muy poco coartado, extremadamente expansivo e intrépido, y presentan un storytelling muy particular. La Villain nace del amor de Chris por su casa anterior, que tenía mucha carga emocional para él. No quería un escenario radicalmente diferente, pero sí nos permitió explorar otros límites formales y materiales”, afirma Raurell. Y el resultado final lo deja de manifiesto con un brutalismo sincero de máxima expresión.
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Sobre Clàudia Raurell:
Es una arquitecta establecida en Barcelona, graduada por la ETSALS en 2015. Ese mismo año cofunda el estudio CRÜ hasta el 2022, cuando crea su propio estudio AOCR — Architecture Office Clàudia Raurell. Actualmente, es profesora de Proyectos Arquitectónicos y Proyectos Urbanos en la escuela de Arquitectura ETSALS (Barcelona). Además, imparte Proyectos III en la disciplina de Espacios de la Escola BAU (Barcelona).
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Créditos de Villain House:
Arquitectura: Architecture Office Clàudia Raurell — AOCR
Arquitecta: Clàudia Raurell
Colaboradora: Alejandra Alonso
Ubicación: Barcelona
Año de finalización: 2023
Superficie total: 130 m2 (vivienda), 100 m2 (parcela)
Ingeniería estructural: Ofici Arquitectura
Constructora: ECIS
Fotografía: José Hevia