CRYSTAL CASTLES NOS VISITARÁN EN FEBRERO
Pese a toda su grandeza, el ser humano presenta deficiencias evidentes. El desarrollo tecnológico, sobre todo en las últimas décadas, ha permitido poner a un tipo en la Luna, que la Enciclopedia Británica quepa en un bolsillo y que Occidente sea un patio de vecinas. Incluso ha conseguido erradicar enfermedades que diezmaban la población periódicamente y sustituir corazones, pulmones o riñones por aparatos mecánicos. Sin embargo, ya nos enseñó Mel Brooks que corazones y riñones son solo juguetes cuando se habla del cerebro. De momento, no hemos sido capaces de ingeniar un dispositivo que provoque las emociones y sensaciones que por sí solas se desarrollan en un litro de grasa animal. Es curioso que, con ese fin, sigamos acudiendo a remedios ancestrales. Como el alcohol, las drogas y la música. En eso andan Crystal Castles desde hace ya cinco años. En “III” mantienen su empeño de llegar a nuestro cerebro del modo más sintético posible. Su apuesta es plenamente coherente y actual: en un mundo mecanizado y digital, se emplean elementos tecnológicos para eso tan viejo de evadir las mentes. Ahora, tampoco es que los dos muchachos del Canadá se lo hayan puesto fácil. El estilo gritón de Alice Glass y el bombardeo de baja intensidad de Ethan Kath no es que sea exactamente apto para oídos finos y mentes desequilibradas. Pero su estilo sincopado y violento ha conseguido escapar holgadamente de la categoría “banda de culto”.
Como cualquier elemento subjetivo daña el experimento, “III” se grabó en Varsovia. “Nosotros no hablábamos el idioma y no conocíamos a nadie. Estábamos aislados. Además, hacía frío y eso nos gusta a los dos”. Para completar la escena soviética, Kath desmanteló los ordenadores y montó su equipo para cintas de los cincuenta “infestado de insectos y fantasmas”. En esas condiciones se creó la frialdad de catedral de “Plague” o la incomodidad punk de “Insulin”, pero también las poéticas “Wrath of God” y “Afflection” o la exaltación de opereta de “Sad Eyes”. Finalmente “Telephat” y “Mercenary”, dos largos trozos de sonidos reproducidos al revés, ensamblados en esas cintas de los cincuenta de Kath, a los que Glass con sus gemidos les da profundidad. Y parecía que no, pero de pronto estás ahí metido. O mejor, está dentro de ti. Toda la información al disco duro. Es así como se viene haciendo durante milenios. Y por si faltaba algo, la despedida: “Child I Will Hurt You”. Todo ello podremos procesarlo en directo el próximo mes de febrero. Estas son las fechas de Crystal Castles en nuestro país: 15 de febrero, Bilbao, RockStar + 19 de febrero, Madrid, La Riviera + 20 de febrero, Barcelona, Razzmatazz 1.