“Del grano a la montañA” es el resultado de un proyecto de investigación pictórica y espacial, resuelto en base a dos residencias de SRGER
Jordi Pallarès nos presenta el proyecto “Del grano a la montañA” una doble residencia que ha llevado a cabo como curador con SRGER -Sergio Gómez- y Swinton Gallery, que empezó este otoño en Madrid y se cierra ahora a primeros de agosto en El Puerto de Santa María (Cádiz).
¡Hemos pisado tanto! Somos, en realidad, simples y complejos seres vivos en constante movimiento que cohabitan el mismo planeta.
Participamos de muchas historias pero ignoramos gran parte de lo que sucede y ha sucedido. Es imposible conocer todo de todxs y, probablemente, tenga que ser así. A pesar de ello, nuestra curiosidad nos lleva a preguntar a quienes saben o las han vivido, consultar fuentes por cuenta propia o, simplemente, percibir y sentir el rastro de la experiencia.
“Del grano a la montañA” (GAM) es un proyecto en el que todo esto se ha puesto en valor en los respectivos contextos pisados.
Estamos hablando de una residencia artística llevada a cabo en espacios que se querían en desuso en dos municipios: Madrid y El Puerto de Santa María (Cádiz). Con el acompañamiento curatorial de Jordi Pallarès y el apoyo incondicional de Goyo Villasevil desde Swinton Gallery, SRGER -Sergio Gómez- ha vivido y ha producido en lugares que no son el suyo y ello ha conllevado, sin duda alguna, descubrir -dentro y fuera de esos espacios toda una serie de rastros que las dos ciudades han ido acumulando con el tiempo.
En el caso de Campoamor3 en Madrid, las huellas de un antiguo local nocturno lleno de recovecos convivieron el pasado otoño con el trabajo y la obra de este artista sevillano. En esta ocasión, el palacete Fernán Caballero (pseudónimo de la investigadora y escritora Cecilia Böhl de Faber Ruiz de Larrea) ha acogido los resultados de la experiencia de SRGER en El Puerto de Santa María con la colaboración de la Fundación Osborne y la Colección Casa de Indias.
Hablamos en gerundio de todos y cada uno de los micropaisajes que han configurado ambas residencias. Pasear junto a Sergio ha supuesto fijar e intercambiar cada una de nuestras miradas, descubriendo pequeñas intervenciones, rotulaciones de antaño, anotaciones populares, dejes y giros del lenguaje hablado y escrito, la propia gastronomía, los lugares habituales, la gente del pueblo con quienes coincidíamos, la arquitectura, la señalética, la vegetación, y todas aquellas analogías y paradojas que ofrece el espacio público de cualquier ciudad observada en complicidad.
Un hecho que forma parte de la propia curaduría y un material fundamental, antropológicamente hablando, que subyace, de un modo u otro, en el trabajo de SRGER y de su propio rodaje en el espacio público.
Parte de esas “fotografías” se proyectaron en bucle en uno de los espacios adyacentes de la planta baja del palacete. Perteneciente a una de las familias de la oligarquía comercial portuense, se trata de una arquitectura del siglo XVII que ha reabierto las salas ubicadas alrededor de su tradicional patio andaluz. En el centro, una fuente circular de mármol y sin agua articuló una de las intervenciones más simbólicas: la montaña invertida.
Una gran red que abrazaba todo el patio desde la primera planta, cayendo en punta encima del antiguo surtidor con el simple peso de un limón y su rama que pendían y basculaban.
A su vez, un ramillete de clavelinas rojas emergía del ausente chorro muy y muy cerca de ese limón en un romance detenido por el tiempo. El grano y la montaña. Líneas convergentes que han estado muy presentes en la propia puesta en escena. Entre las ocho columnas flanquean esa fuente, SRGER dispuso algunos de sus gatos con listones y papeles intervenidos. Ejercicios de equilibrioy tensión que han subrayado la arquitectura, apuntalando simbólicamente el patio. “Esto no es flor de un día”.
Y es que “Del grano a al montañA” ha sido una declaración de intenciones sobre la importancia de nuestros gestos cotidianos, sobre lo que vamos acumulando y que tanto contribuye en la construcción de nuestra identidad.
Un mirar detenidamente a lo que pensamos y hacemos, a lo que somos. Cada grano es importante para configurar la montaña. Fantasear con ella. Proyectarse en su cima. Tras nivelar con albero y regar algunos agujeros del patio para poder ser pisados con cierta estabilidad, propusimos a los operarios del centro que levantaran un pequeño montículo de albero puro frente al lienzo mayor del proyecto. Otro bello diálogo entre seres que se desean.
Las distintas salas de alrededor del patio son susceptibles de recorrerse de distintas formas pues la entrada principal da directamente al patio y algunas de las salas se intercomunican. Aún así, dispusimos un principio y un final de recorrido no explícito vinculado a lo que es la génesis de este proyecto: los papeles. Dibujos que gestaron GAM en tanto en cuanto el artista decidió hacer uno a diario y darles la justa importancia en lo que se va sumando día tras día. Para ello, aprovechamos unas mesas envitrinadas y aterciopeladas en su interior que habían formado parte de la historia del palacete.
Tres mesas dispuestas de un modo no paralelo a las paredes. Dos de las cuales exhibieron una selección de los 174 dibujos acumulados junto a material usado en la producción. Muy cerca de una nota escrita a mano, una de esas mesas fue calzada con limones y aguacates del conjunto palaciego. Paralelamente, la tercera mesa exhibió la base de una de las columnas del patio que ya encontramos despedazada. Configurando un círculo mayor o menor según se recomponía. A su lado, ocho collages en los que la arquitectura del patio estaba muy presente. Entre los cuales una zona central quedaba vacía para subrayar la disposición espacial del mismo. Cuadrados que son rectángulos, rotaciones, círculos…
Mucho que decir en esa sala, pero huelga comentar el dibujo 175 sobre tela. Un suerte de tapiz hecho in situ que se emancipó de la pared, de vitrinas y enmarcados y que irrumpía coqueteando con el viento.
En la última sala, según ese recorrido, se mostró otra selección de esos setenta y cinco dibujos como ya se hizo en Campoamor3. Vitrinas transitables se cruzaron en el suelo, creando un espacio central vacío, de nuevo, en alusión al patio.
Más líneas convergentes acompañadas de tres lienzos realizados in situ.
Junto a esta sala, una potente luz de un foco teatral se proyectaba a través de un muro agujereado. Dando como resultado un poético y orgánico SRGER que convivía con uno de sus lienzos de menor tamaño. También allí, un listón vertical apoyado a un bloque de folios intervenidos se convertía en columna gracias a uno de sus gatos. En otras salas, se podían descubrir otros lienzos y papeles que dialogaban con desconchados, marcas, anotaciones y los colores imposibles que el paso del tiempo ha dejado en este palacete gaditano.
“Del grano a la montañA” ha sido el resultado de un proyecto de investigación pictórica y espacial en el entorno, resuelto en base a dos residencias artísticas. SRGER – Sergio Gómez sigue creciendo, reformulándose y afianzando su trabajo profesional. Nunca se ve todo lo que esconden las pisadas. Por eso, casi todo lo que aquí ha ocurrido se podrá ver en una extraordinaria publicación que verá la luz en 2025.
Jordi Pallarès
Palma-Madrid-Sevilla-El Puerto de Santa María
2024
Fotos: Lhaura Rain
