Hace apenas 4 meses que abrió. Bunny Chao es un dinámico y casual restaurante asiático diferente a todo lo que puedes encontrar en Madrid. Está especializado en platillos de Vietnam, Tailandia, India e Indonesia con un ticket medio de solo 20€.
He estado ya muchas veces y os puedo asegurar que nunca me ha defraudado. La única pega es que no se puede reservar, pero esto lo puedes ver como una ventaja cuando decides ir a cenar y se te ha olvidado reservar con antelación. De todas formas, al final del artículo te contamos un truco para no sufrir con el tema de las reservas. El espacio, aunque es minúsculo, está muy bien aprovechado, tiene buenas vibraciones y es divertido. He hablado con la diseñadora que firma el interiorismo y también con el dueño de Bunny Chao para que nos expliquen cuál es la idea que hay detrás de este pequeño local en Lavapiés.
Carlota Gallo, la diseñadora encargada del interiorismo
Carlota Gallo nos explica que en Bunny Chao que solo han intervenido los 40 metros cuadrados que están planta calle, unque hay un espacio extra en el sótano que por ahora solo se usa de almacén. A pesar de sus reducidas dimensiones, el gran ventanal de su fachada hace que parezca más grande. Se necesitaron cuatro meses para transformar los conceptos en algo físico y tangible. Le hacemos algunas preguntas a la diseñadora:
¿Qué briefing te dio el cliente?
El briefing fue la carta. Imram había preparado una carta repleta de referencias de su infancia, de viajes y sabores de su memoria: un mensaje de WhatsApp, con los platos que le gustaría tener en el restaurante. En los platos de esa carta había mucha de la esencia del Bunny Chao que existe ahora. Como diseñadora, es interesante acercarse a un concepto desde la comida, más que desde una imagen o un moodboard. El proceso es más orgánico y natural y te permite aproximarte desde una memoria más pura, utilizando partes de tu cerebro que no sueles usar cuando diseñas.
¿Qué capacidad tiene?
La distribución fue uno de los puntos de más importancia en el diseño. Era necesario diseñar el espacio de forma que fuera eficiente, y que pudiera albergar el máximo de comensales posibles. Está distribuido en tres zonas: la primera zona, que puede verse desde el exterior, es una mesa colectiva, que tiene capacidad para 6/8 personas. En el banco corrido, hay tres mesas, con capacidad para 6 personas, y por último, en el nicho del espejo, hay 4 mesas móviles, con capacidad para otras 8 personas. En su capacidad máxima, Bunny Chao puede albergar 20/22 personas, una cantidad más que razonable en proporción al espacio con el que cuenta. El concepto de cantina fue esencial en ese momento, las cantinas asiáticas son lugares donde la gente come cerca y se sirve rápido. Bunny Chao tiene su esencia en ese tipo de espacios, por lo que recomiendo dejarse llevar y disfrutar también de la experiencia.
¿Qué fue lo más complicado el proyecto?
Al tratarse de mi primer restaurante, y uno de mis primeros trabajos de diseño interior, el principal reto fue comprender bien las necesidades del espacio y desarrollar una propuesta coherente que satisficiera las necesidades reales tanto de cocina, como del comensal. No obstante, he estado rodeada de mucha ayuda, y he podido disfrutar mucho del proceso a pesar de las complicaciones que han podido surgir.
¿Qué necesidades cubre la cocina?
Al principio se pensó en un concepto “one man only”, pero el paso del tiempo y la necesidad ha hecho que ahora trabajan dos personas de forma muy sincronizada. Cubre todo lo necesario, y cada centímetro está aprovechado al máximo. Para el diseño de la cocina, se trabajó con un proveedor especializado, que hizo realidad todos los deseos de Imram, en un espacio tan limitado. Además, la parte de las baldas y el almacenamiento conforma una “pagoda”, un guiño de nuevo a esa cultura asiática. Esta pagoda, además de ser funcional, protege el corazón del restaurante, su cocina.
En el espacio se utilizan elementos recuperados, de segunda mano ¿Cómo afectó al presupuesto final?
En este proyecto, era esencial hacer más, con menos. El espacio era limitado, y el presupuesto, no era infinito, por lo que trabajar desde el concepto nos permitió desarrollar soluciones sencillas a problemas complejos. Para poder desarrollar la propuesta utilizamos principalmente los siguientes recursos:
Uso del color: el color es un recurso sencillo de aplicar y con gran capacidad de atracción. Aunque barajamos diferentes opciones, finalmente descartamos que el color estuviera en el azulejo, si no que fuera un elemento de contraste.
Elementos gráficos: en este proyecto, he utilizado inteligencia artificial para crear diferentes pósters de películas inexistentes, inspiradas en las referencias estéticas de la infancia del cliente junto con elementos inventados e incluso, referencias propias. Estos elementos se utilizan como un mural que viste el espacio y lo transforma en un lugar vibrante y colorido. ¡Han gustado mucho y pronto haremos pegatinas!
Personalización: el espacio se enriquece con los elementos que se van añadiendo, las piezas de mobiliario de segunda mano, los ventiladores, los platos, las salsas… cada elemento responde a un caos ordenado muy característico que aporta alma al local.
Hablamos con Imran Rafi, chef y propietario de Bunny Chao
El impulsor y propietario de Bunny Chao es Imran Rafi (Londres, 1976), chef de profesión, y también propietario de Caravan Cafe ubicado en Lavapiés también.
Desde que llegó a España y asiendo un amante de la comida asiática, se daio cuenta rápidamente de lo mal representada que está la comida asiática aquí. Le sorprendió mucho, siendo España y Madrid una ciudad/gastronomía maravillosa, que la comida auténtica del sudeste asiático picante faltara enormemente. Imran dice que abrió Bunny Chao egoístamente para satisfacer sus propias necesidades. El concepto es principalmente ofrecer comida simple, fresca y sin pretensiones en un plato que sepa delicioso a un precio justo y razonable. Además que esa experiencia se complete en un ambiente muy informal que intenta replicar la atmósfera de un mercado asiático.
Tataki de Cerdo Ibérico: Solomillo de cerdo ibérico ligeramente sellado, salsa ponzu.
¿Qué experiencia profesional tienes?
Estudié negocios y finanzas, trabajé en finanzas. No logré ser jugador de rugby profesional y desencantado con la vida corporativa, fui alentado a trabajar en la hospitalidad por quienes me conocían. Me encantó desde el primer día y como siempre fui el mayor en cada cocina a la que entré (comencé a cocinar a los 27), siempre luchaba mucho para demostrarme, ya que es un juego de jóvenes (aún más hoy que entonces). Eventualmente, después de ganar años de experiencia culinaria y aprender a gestionar una cocina y equipos, quise tener mi propio lugar como la mayoría de los chefs. También quería salir de Londres. Aterricé en España y comencé una nueva vida, y no me arrepiento ni un segundo, me encanta aquí y los equipos con los que trabajo, he sido muy bendecido y afortunado.
Tengo 20 años de experiencia trabajando en cocinas de Londres: Tom Aikens, The Ledbury, Gordon Ramsay o Kensington Place… por nombrar algunos de los restaurantes en los que he trabajado.
La refrescante y sabrosaThai beef salad
Explícanos qué hay detrás de la carta de Bunny Chao
El menú es tan pequeño y ya tenemos tantos clientes habituales que necesitamos cambiar el menú tan a menudo como sea posible. Es una espada de doble filo, ya que la gente quiere probar cosas nuevas, pero luego se molesta cuando quitamos cosas. Así que la presión aumenta para reemplazar los artículos del menú con platos aún mejores y más interesantes. En los cuatro meses de apertura, hemos logrado cambiar el menú 4 veces ya. Nos mantiene en alerta.
Actualmente, tenemos platos de Vietnam, Tailandia, India e Indonesia. En la cocina tengo un joven chef maravilloso que se llama Oscar Aguilera, vino a mí 2 meses después de la apertura y lo entendió de inmediato, está haciendo un trabajo fantástico.
El menú fue diseñado para que la gente esté llena y satisfecha por menos de 15€, pero la verdad es que la gente termina comiendo más y más, el gasto promedio termina siendo de 20-30€.
Rollitos de Primavera (Vietnam): Rollos de papel de arroz frescos y fríos, rellenos de pollo salteado y vegetales y jengibre, servidos con salsa Nam Jin.
¿Algunos platos que pueden estar en carta?
Nasi Goreng (Indonesia): Arroz frito con camarones, carne de res y vegetales, Kecup Manis, huevo frito crujiente y pan de gamba.
Curry Verde (Tailandés): Chalotes, hierba de limón, lima kaffir, galanga, ajo, chile, leche de coco, jugo de lima, azúcar de palma y salsa de pescado.
Tataki de Cerdo Ibérico: Solomillo de cerdo ibérico ligeramente sellado, salsa ponzu.
Rollitos de Primavera (Vietnam): Rollos de papel de arroz frescos y fríos, rellenos de pollo salteado y vegetales y jengibre, servidos con salsa Nam Jin.
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Restaurante Bunny Chao
C. de la Torrecilla del Leal, 4
(Lavapiés) Madrid
Horarios: L, J,V,S, D: 13,30-16.00 / 19,30-22,00 hrs
Martes y miércoles cerrado
Precio medio de 15 a 25 €
No se admiten reservas*
Un truco cuando vaya y esté lleno: te vas a tomar una caña a un bar cercano y ellos
te avisan cuando se queda una mesa libre.
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Todas las fotografías son analógicas (menos las de los platos) y disparadas por Anne Banaan
Modelos: Noelia Blazquez y Andres Boraita