En el escarpado terreno de Quzika, un pequeño pueblo de la región del Tíbet, Pl-T Architecture Studio ha proyectado una bodega camuflada en la topografía de la montaña nevada de Dameiyong, salpicada de nogales centenarios y vides.
El complejo enológico Quzika 1865 está conformado por cinco plantas escalonadas, diseñadas a modo de terrazas, que recrean el paisaje de campos de sal característicos del condado de Markam. Una tradición milenaria en esta región de china, donde los aldeanos secan la sal al pie del valle, en bloques construidos con tablones de madera ligeramente apoyados sobre el terreno. Y de esta construcción rural es de donde ha tomado la inspiración el equipo de arquitectos liderado por Jianfeng Wang para el diseño del proyecto.
Cuando el agua de la cima de las montañas desciende hasta desembocar en el río Lancang, pasa a través de bloques donde se acumula y, posteriormente, se evapora dejando al descubierto depósitos de sal. Este efecto ha sido recreado por Pl-T Architecture Studio en la bodega Quzika 1865, donde el agua fluye por encima de las alargadas cubiertas a distintos niveles, marcando la identidad de esta ‘arquitectura rebosante’.
La belleza natural de los sencillos volúmenes se realza con la textura de las fachadas erigidas con la piedra local: tres tipos de rocas que abrazan la gama de grises y terracotas. La utilización de este material responde a la sostenibilidad económica que procura el aprovechamiento de los recursos locales. Y también al buen aislamiento térmico de la piedra natural, que permite crear construcciones compactas. Una cualidad vital en espacios como las bodegas, donde es necesario el óptimo control de la temperatura.
Arquitectura comprometida con la cultura y el territorio del Tíbet
Cuando las cubiertas adquieren la apariencia de unas láminas de agua e inciden sobre sus superficies los rayos del sol, las robustas fachadas pétreas se colman de una multitud de reflejos que protagonizan una hipnótica escena de luces y sombras cambiantes. El objetivo de los arquitectos era no solo construir un edificio, sino toda una escena natural que participara en los modos de vida de la región. De esta manera, los arquitectos lograron que el entorno siga siendo frecuentado por sus gentes.
El amplio complejo Quzika 1865 alberga, además de la propia bodega, un museo, un restaurante, una librería y un centro de recepción. Las naves destinadas al vino son abovedadas y presentan unos interiores de tonos neutros. Tan solo resalta la madera de las barricas y la iluminación introducida en la base de las columnas, que su vez adquiere una función ornamental.
El equipo de Jianfeng Wang ha intervenido en el entorno guardando un profundo respeto por los modos de vida del pueblo tibetano, concibiendo la bodega no solo como una atracción cultural para degustar el vino, sino ante todo como un espacio público. Un proyecto nacido para estar en constante diálogo con la naturaleza, los habitantes y las tradiciones del Tíbet.
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Créditos de Quzika 1865 Winery complex
Arquitectura y paisajismo: PL-T Architecture Studio
Arquitecto principal: Wang Jianfeng
Ubicación: Quzika, Tíbet, China
Año: 2021
Superficie construida: 8.334 m²
Equipo de diseño de interiores: Yinchuan Damu Dongtian Studio
Diseñador de interiores senior: Zhang Pai
Ingeniería: Sichuan ShengTai Architectural Reconnaissance & Design
Cliente: Qamdo YibaLiuwu Zangmi Industry
Fotografía: Jianfeng Wang
