Virginie Viard mira al génesis de la Maison para Chanel FW24: el pequeño pueblo costero y la tienda de sombreros que lo empezó todo.
Mucha de la obra de Viard se basa en una retrospectiva de la vida de Gabrielle, pero Chanel FW24 lo lleva un paso más allá mirando a la primerísima tienda de la Maison: la boutique de sombreros en Deauville. Además, toma inspiración de su armario personal y de la escenografía natural del pueblo para crear un armario de tonos cálidos que mezcla estilos de los años 20 con los 70.
De un pequeño pueblo en Normandía, al mundo entero
Pese a que todos asociemos a Chanel con la capital francesa, los orígenes de la Maison tienen sus raíces en otra parte. Todo empezó en 1912 en el pueblo costero de Deauville, cuando una joven Gabrielle Chanel abría las puertas de su tienda de sombreros (por algo estos accesorios tienen tanto protagonismo en la colección).
Atemporalmente andrógina, la colección saca su lado femenino directamente de los primeros armarios de su fundadora y de las primeras prendas que comercializaba en su tienda de Deauville. Y para el lado masculino, que todas las colecciones de la Maison tienen uno, Viard mira a las estancias de invierno junto al mar y su sutil elegancia.
El pueblo y su escenografía también influyen en la paleta de colores de la colección. Los rosas, malvas y azules pálidos se roban del cielo. Por el otro lado, los marrones y dorados referencian a la celulosa de 35mm y boletos de cine, una potentísima industria y motor cultural para la localidad.
El armario playero de invierno que nos trae Chanel FW24
Para esta nueva entrega, Viard mira única y exclusivamente a los códigos fundamentales de la Maison. Abriendo Chanel FW24 vemos cómo el outerwear se vuelve más delicado con el uso de icónicos patrones de tweed y colores menos invernales. Sin embargo, esto se balancea con siluetas rígidas de hombros anchos y masculinos.
Trajes icónicos de chaqueta y falda, cárdigans y jerséis de marinero sirven para aportar aún más textura al asunto. Trajes Chanel con cuellos camiseros de los 70 y abrigos largos con degradados de atardecer conducen a los estilos más casuales, compuestos por jeans y cárdigans de corte relajado. Como pieza a destacar, tenemos un abrigo puffer decorado con una camelia blanca como pieza de high street.
En una nota más western, Chanel FW24 mira a la mítica chaqueta de shearling para constituir abrigos de inspiración menswear. Versiones revisitadas del conjunto de tweed cierran los looks de día. Y para la noche, la selección abre con trajes casuales de inspiración sartorial masculina, con culottes no pinzas, monos de cuero y vestidos estampados con mucho vuelo en los bajos. Y para cerrar, un vestido midi con falda plisada en seda negra.