“Dreamcore” de Filip Custic, el último proyecto en forma de escultura efímera callejera y realizado en colaboración con Virgen María, se presenta en la Colección SOLO y más allá.
En las calles, lejos de las galerías convencionales y sus lógicas premeditadas, “Dreamcore” de Filip Custic acompañado de Virgen María (María Forqué) desafían la gravedad sostenidos por globos de diversos colores y tamaños. Esta escultura efímera y onírica se instala audazmente en el espacio público, camuflándose entre la urbe y desafiando la estática mayestática y solemne de los monumentos públicos.
“Dreamcore” de Filip Custic es un proyecto que nace de la performance y que tomará distintas formas y medios a lo largo de los próximos meses. El proyecto, se presentó la pasada semana en Espacio SOLO de Madrid y que recorrerá distintos espacios internacionales. “Dreamcore” alude a los artistas callejeros y plantea una reflexión sobre la frontera calle-museo.
“Dreamcore” de Filip Custic desafía las lógicas urbanas
Filip Custic siempre interesado en la cultura de Internet, en los procesos de deshumanización, en el filtro y en el retoque, abandona el espacio virtual en un ejercicio de traducción donde estas realidades se materializan como simulacro en la ciudad. Protegidos por cascos hiperrealistas, los artistas se convierten en parte del entramado urbano.
Mediante posturas imposibles sobre globos de colores, Custic y Virgen María revelan la verdadera naturaleza de la obra. Un anti-monumento que desafía las convenciones de los que pueblan la ciudad.
Escapando del egocentrismo, Custic invita a la audiencia a participar activamente en la pieza. Animando al público a explotar los globos que sostienen la escultura, la interacción se convierte en parte integral de la experiencia. Los globos, al estallar, sacan confeti, dinero, purpurina y líquidos de colores, transformando lo que antes parecía mármol en una experiencia sensorial.
Entre lo físico y lo hiperreal
La pieza, juega con binomios polarizados: en su inestable quietud, entre lo sólido y lo etéreo, entre la piel y el píxel. Torsionando el cuerpo en escorzos improbables, la obra se sitúa en una brecha inestable, desafiando constantemente la gravedad y la percepción tradicional.
“Dreamcore” replica las dinámicas urbanas y lleva al espacio público elementos del mundo virtual. A través de su enfoque lúdico e infantil, la experiencia resultante es tanto hostil como colorida, distante e íntima. Esas dualidades de cualquier ciudad donde se resaltan las virtudes y se ocultan las miserias.
Después de la acción, la plaza recupera su normalidad pero “Dreamcore” de Filip Custic, es como un sueño real. La escultura efímera desaparece, pero su impacto perdura en la memoria de aquellos que participaron en esta experiencia única.
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