Las obras del artista norteamericano invaden el famoso Palacio
Algo parecido a un guiri con chanclas en el Ritz o a un invitado en chándal en La Moncloa. Esa es la desconcertante sensación que producen las instalaciones pop con las que Jeff Koons se ha reapropiado el palacio más emblemático de la realeza francesa. Diecisiete obras contemporáneas ubicadas en el llamado “piso noble” del recinto, es decir los apartamentos de la Reina y del Rey, paradigmas del arte barroco. Y es que el estilo del artista debe mucho a estas raíces y sus propuestas pueden verse como la versión (post)moderna de la exuberancia de esta estética.
Bien mirado, su Rabbit (un conejo de acero inoxidable) o su Lobster no desentonan tanto con la pomposidad un tanto ficticia del poder de antaño. Su Split Rocker, gigante escultura floral situada en la famosa Orangerie, bien podría ser el emblema de nuestra época. Quizás una manera de decir que la imagen sigue estando en el centro de nuestra sociedad y que los productos de consumo se han convertido en nuestros nuevos referentes. Una idea que Sofia Coppola ya esbozó en su Maria Antonieta (¿quién no recuerda las Converse de Kirsten Dunst?) y que Koons lleva a su máxima expresión.
Hasta el 5 de enero. Château de Versailles. Versailles. www.jeffkoonsversailles.com
Lobster
Moon
Split-Rocker
13 de mayo de 2009 a las 20:40
espectacular
10 de noviembre de 2008 a las 23:59
no sé, no me impresiona mucho…
10 de noviembre de 2008 a las 19:27
menudo genio el colega
7 de noviembre de 2008 a las 20:42
tengo que ir a verla tengo que sacar tiempo. una expo para ver! muaaa