Proyecto de Guillermo Mora para El Ranchito
Reciclar y aprovecharlo todo, así surgió la idea de “Subir y Bajar”. Año tras año el estudio de Guillermo Mora iba llenándose de numerosos “desechos”, “aspiraciones de pinturas”, que con el paso del tiempo dieron lugar a un nuevo proyecto: una estructura pictórica tridimensional. Con el fin de dar sentido a ese exceso de producción, Guillermo Mora ensambló esos restos unos a otros y dio lugar a una construcción física y volumétrica que abría nuevos caminos a la pintura que se veía, esta vez, convertida en estructura irregular y de crecimiento descendiente. Este proceso pretende recuperar la esencia de estos restos reutilizados y potenciar las posibilidades que tiene el error en la producción artística.
El primer paso fue desarrollar una torre de acero de 5 metros(obra de c-gf1), 6 metros incluyendo la barandilla protectora, concebida a partir de la forma arquitectónica y dinámica de algunas de las piezas, teniendo siempre en cuenta el aspecto cambiante del trabajo. La planta superior de la torre convertida en un estudio durante la estancia en El Ranchito, permite ir ensamblando los diferentes fragmentos de pinturas e ir formando diariamente una pieza que crezca y que descienda hacia el suelo durante 2 semanas. Cada día la obra cambia y crece desdibujando los sistemas clásicos de configuración de una obra pictórica.
