Entrevista a Teresa Solar Abboud. Artista presente en la Bienal de Arte de Venecia que acaba de cerrar sus puertas hace unos días.
Teresa Solar Abboud comenzó su carrera con filmes, por eso esta entrevista es como un flashback. Comenzamos por el final, ese universo creativo que recientemente la ha llevado la 59ª Bienal de Venecia. Después a contracorriente hablamos sobre la génesis de su trabajo, espacialidades, el oficio de artista para acabar con sus orígenes.
Foto de portada: “Ride, ride, ride”, 2018, en Matadero Madrid
Teresa Solar Abboud
Mutaciones e hibridaciones en las esculturas de Teresa Solar Abboud
La hibridación entre humanos, plantas y animales ha sido una constante en el imaginario de Occidente. Era un recurso artístico que con metáforas aludía a las semejanzas y diferencias entre el ser humano y el resto de la naturaleza. Seres con características antropomorfas mezclados con animales fueron fundamentales en la mitología griega: híbridos, figuras ambiguas, deidades, personificaciones y criaturas mezcla de diversas especies. En el siglo XX, Pasolini formuló una mutación física de nuestro mundo que iba más allá de una dislocación estética: la “mutación antropológica” se refería a cambios en individuos de la especie humana, pero a nivel de estructuras mentales, relacionales y comportamentales.
Y pues seres híbridos, mixtos, mutantes y sincréticos son las esculturas de Teresa Solar Abboud (Madrid, 1985). Parten de un caparazón de barro del que emergen fragmentos de animales, aletas, picos o seres prehistóricos que componen la tierra que pisamos. Quizás un día lleguen también a representar constructos mentales, pero lo que sí representan seguro son estructuras relacionales: los suyos son conjuntos escultóricos que están a caballo entre un espacio simulado y un espacio geológico.
“Big Mouth. Within Boundaries. Oozing Out”, 2021, en The Hague Contemporary. Con el apoyo de 1646’. Foto: Jhoeko
En sus inicios, marcadamente inmateriales, apostaba por lo audiovisual; en la actualidad produce enormes piezas de barro y resina. Sin duda, el 2022 ha confirmado la proyección internacional de Teresa Solar Abboud y es que sus esculturas emergen como el ave fénix en el espacio expositivo de la bienal de arte más importante del mundo. Su genética multicultural: española por parte de padre y egipcia por parte de madre, marcan sus procesos artísticos, con referencias y traducciones siempre cambiantes. El léxico del deporte, la escultura, fotografía y vídeo están presentes en su corpus de trabajo. Sus cuadernos son containers para la organización articulada de la reflexión, la percepción, y la experiencia sobre las formas que dan origen a cada pieza.
Teresa Solar Abboud en The Milk of Dreams en Venecia
¿Podrías contarnos cómo te contactó la comisaria Cecilia Alemani para la expo central de la Biennale y cómo fue todo el proceso?
Teresa Solar Abboud: Cecilia y yo tuvimos un primer contacto durante la pandemia, una primera entrevista. Pero la invitación a la Bienal no llegó hasta el verano pasado, apenas cuando quedaban seis meses para empezar ésta. En este sentido Cecilia me dejó una total libertad para presentar el proyecto que yo considerase más interesante. Yo, por otro lado, acababa de terminar la primera de “Las Tuneladoras”, una pieza mucho más pequeña que la que ve en el Arsenale. Al terminar esta pieza, de pronto tuve una seguridad inmensa en ella, estaba muy convencida del potencial de la serie. Por ello rápidamente se la presenté a Cecilia, ella dio luz verde y nos pusimos a trabajar como locas. El otoño e invierno pasado fueron meses de un trabajo bastante fuerte en el taller.
Lo increíble de trabajar con Cecilia y el proceso de la Bienal, fue llegar al montaje de la exposición en marzo y darme cuenta del lugar de honor que me habían reservado. Es algo que me pareció muy sorprendente y que ha hecho que la experiencia haya sido aún mejor de lo que me podía esperar. Tener ese lugar de respeto y que haya sido la comisaria la que me lo ha dado.
“Las Tuneladoras”, 2022 en Bienal de Venecia © Clelia Cadamuro. Cortesía de la Bienal de Venecia
¿Cómo definirías “Las Tuneladoras”, las 3 piezas gigantes que has llevado a la Bienal? ¿Qué representan?
Teresa Solar Abboud: “Las Tuneladoras” son seres híbridos, mixtos, que parten de un caparazón de barro, muy tosco, del que emergen fragmentos de animales, aletas, picos, seres prehistóricos que componen la tierra incógnita que pisamos todos los días. Son animales híbridos. Sus formas parecen hélices, dientes de excavadora, las mismas máquinas que usamos para excavar ese suelo prehistórico. Tienen algo muy sexual, parecen cosas que se penetran las unas a las otras, y tienen que ver con la propia lógica de una tierra que es evidentemente sexo y fertilidad en estado puro. También tienen algo muy digital, casi como si su existencia fuese algo un poco virtual, algo que tiene que ver con los tratamientos de las formas y también de los colores. Y sí, todos hablan de unas piezas que están a caballo entre un espacio simulado y ese espacio geológico del que os estoy hablando.
“Ride, ride, ride”, 2018, en Matadero Madrid
La escultura desde un espacio sin complejos y sin miedos
Al igual que muchos artistas visuales de tu generación exploras muchas disciplinas. En tu caso interrelacionando fotografía, dibujo, cine y escultura. Al principio hacías filmes, y últimamente te decantas por la escultura, ¿forma parte de un periplo que toda artista debe realizar hasta encontrar el lenguaje más adecuado para expresarse?
Teresa Solar Abboud: No creo que haya una regla general para esto necesariamente. En mi caso es verdad que todas estas disciplinas con las que he ido trabajando a lo largo del tiempo forman un suelo enriquecido de pensamiento en el que los trabajos de escultura se basan al final. Es cierto que desde que empecé a trabajar con la escultura, esta surge de una manera muy natural y espontánea y desde un espacio sin complejos y sin miedos, lo cual también es muy importante a la hora de abordar la creación.
Pero todo este desparpajo con el que abordo la escultura sin duda se ve enriquecido por esos trabajos de vídeo y por los pensamientos que había detrás. No creo que sea un periplo necesario, pero sí es una de las grandes ventajas de nuestra generación, que podemos tocar el palo que nos dé la gana. Mientras que antes era quizás más restringido, ahora nuestras libertades son inmensas. Para mí la escultura es un lugar lleno de diversión. El miedo también es muy paralizador y para quitárselo de encima hay que practicar mucho, hay que saber dónde se aprieta. Es muy importante conseguir espacios de creación donde no encontrarse constreñido por el miedo, creo que es esencial y a veces es difícil de encontrar.
“Tuneladora”, 2022, en la expo Abundant Futures en el C3A de Córdoba, Foto © Fernando Sendra
Pensar, investigar y crear
En tu proceso creativo coexisten esas tres fuerzas, ¿cómo comienza el proceso hasta que se materializa en una pieza?
Teresa Solar Abboud: Parece que no, pero los procesos de creación suelen ser muy largos. Las piezas que creo ahora nacen de pensamientos que desarrollé hace muchos años. Hay una labor de compostaje; a lo largo del tiempo dejas cientos de ideas, imágenes que te interesan en un cajón, y ahí se van prensando, y se van transformando las unas a las otras hasta que emerge una idea con claridad. En realidad, estos momentos de clarividencia son los menos. Pero las labores de preparación, de investigación deben ser constantes para llegar a estos espacios en los que las ideas a veces nacen muy limpias y claras.
Por ejemplo, apunto cada idea que tengo, cada referencia que me ha surgido nueva, cada imagen que me ha interesado; son referencias y pensamientos que puedo revisitar. Muchas veces me encuentro volviendo a esos cuadernos y a esas referencias que ya pueden tener nueve o diez años. “Las Tuneladoras” por ejemplo tienen mucho que ver con el proyecto que realicé en 2018 en Matadero “Cabalga, cabalga, cabalga”. Pero ese proyecto a su vez venía de trabajos de video que realicé en 2014. Realmente hay una transformación a través del tiempo que es muy importante.
Teresa Solar Abboud y García Casado en el taller © Maru Serrano. Cortesía de Burr
Instalaciones de gran formato
Y hablando de desarrollos en el tiempo. Ya llevas unos años desarrollando instalaciones de gran formato, ¿cuándo y cómo surge esta nueva necesidad artística? ¿Qué tipo de mecanismo creativo te lleva a la realización de esas piezas gigantes?
Teresa Solar Abboud: Las instalaciones de gran formato en realidad llegan desde pensamientos derivados del vídeo y de mi práctica del vídeo. Es este trabajo de cine del que yo venía que me ha hecho concebir estas instalaciones. Para mí son un gran espacio de investigación ahora mismo. Me interesa mucho superponer narraciones en el espacio escultórico. En este sentido, el vídeo es más sencillo porque superpones un texto sobre una imagen y así estás consiguiendo esa multiplicidad de relaciones. En cambio, en escultura es un camino más complejo.
Estos conjuntos escultóricos interrelacionados entre sí que se van superponiendo y donde se van complementando unas figuras a las otras, son parte de un camino increíblemente rico y en el que me parece que voy a estar trabajando toda la vida. La escala también tiene que ver con esto. Lo que siempre he intentado es trabajar con la idea de ecosistema escultórico. Llegar a una escala que nos pueda resultar más macro es muy interesante. Lo que es muy hermoso de la escultura es que contrapone su cuerpo al tuyo, entonces lo que pretendo conseguir son diferencias de escala en esa contraposición de los cuerpos.
“Osteoclast”, 2021, en la Liverpool Biennial
Teresa Solar Abboud y el Roller Derby
A propósito de contraponer cuerpos, has formado parte de una liga de Roller Derby en Madrid con tu equipo las super gatas. ¿Sigues practicando ese deporte? ¿Tengo curiosidad por saber si la performatividad de ese deporte ha aportado algo a tu arte?
Teresa Solar Abboud: Me alegra mucho que me hagas esta pregunta, porque el Roller Derby es una de las cosas que más feliz me ha hecho. Ha sido algo muy importante que ha ocurrido durante muchos años en mi vida, y ha tenido una gran influencia en mi pensamiento artístico. La inclusión de mi propio cuerpo en los relatos que forman mis exposiciones, o el trabajo con conceptos como la resistencia y el desarrollo muscular vienen directamente de practicar y disfrutar Derby y de ver cómo mi cuerpo y mi cabeza evolucionan a través de esa práctica.
Además de haber sido miembro durante mucho tiempo de una comunidad de mujeres increíbles que son mis amigas. Ahora desafortunadamente lo tengo un poco aparcado por todo el trabajo que hemos tenido en el taller, pero sí, realmente el Derby ha sido muy importante y es un ejemplo de cómo las actividades físicas forman una parte esencial de un núcleo de referencia que se convierte en creación.
“Flotation line” © Guadalupe Ruiz
Evitando el desarraigo
También has disfrutado de largas estancias en puntos del globo lejanos como Chile o USA. Ahora que ha surgido la figura del nómada digital, ¿qué significa para ti vivir en movimiento?
Teresa Solar Abboud: Aunque pase temporadas fuera, yo soy una gran defensora de ‘estar en tu propia casa’. El desarraigo es un problema que me preocupa de la sociedad contemporánea, y procuro no infligírmelo a mí misma. Es verdad que viajo mucho ahora y es importante conocer espacios y gente nueva, porque implica enriquecerte inmensamente, pero siempre intento volver a casa rápido. Porque realmente es donde me encuentro mejor, es donde tengo mi base, donde está mi espacio de seguridad emocional.
Eso es algo que he tenido muy en cuenta desde hace mucho tiempo. Las largas temporadas fuera de casa son procesos que me dejan muy exhausta, y por eso prefiero exponerme lo menos posible a ellos. La verdad, he tenido la suerte de poder desarrollar mi práctica en Madrid, que es un lugar más bien excéntrico, de los lugares más potentes en arte contemporáneo. Y soy consciente de que tengo que viajar mucho, pero como en casa no se está en ningún lado.
Teresa Solar Abboud en el taller © Maru Serrano. Cortesía de Burr
Inicios en Madrid
Al inicio hemos hablado del clímax de tu carrera con tu participación en la recién clausurada Bienal de Venecia; como esta entrevista es un flashback, volvemos al principio y a Madrid, ¿cómo valoras tus inicios en la capital y todas las sinergias y relaciones que estableciste?
Teresa Solar Abboud: Los primeros años en la capital son absolutamente esenciales para mi desarrollo. Creo que es muy importante para una artista joven encontrarse con la gente de su generación, con los creadores que están empezando a trabajar en su propia ciudad. Yo tuve la inmensa suerte de ser parte de un grupo de amigos maravillosos, de creadores geniales, con los que terminé gestionando un espacio (Espacio Rampa), con el que estuvimos trabajando y desarrollándonos durante cinco años.
Estos años son clave a la hora de entender una práctica y un espacio de formación para un artista joven, a través de las charlas, las propuestas y las ideas de tus amigos y de las que puedes rebotar con ellos. Este contacto con Madrid y su escena fue y sigue siendo esencial para mí. Soy una habitante orgullosa de Madrid y me enorgullezco de tener una escena artística excelente con la que seguir creciendo y a la que seguir aportando.
“Tuneladora” © Pablo Gómez Ogando
Y para acabar, ¿qué es lo próximo que veremos de Teresa Solar Abboud?
Teresa Solar Abboud: Estamos preparando un gran proyecto para el CA2M que se presentará en 2024, y una exposición muy emocionante en el Kunsthalle Lissabon.
“Tuneladora”, 2022, en la expo Abundant Futures en el C3A de Córdoba, Foto © Fernando Sendra
“Tuneladora”, 2022, en la expo Abundant Futures en el C3A de Córdoba, Foto © Fernando Sendra
Teresa Solar Abboud y García Casado en el taller © Maru Serrano. Cortesía de BurrTaller de Teresa Solar Abboud © Maru Serrano. Cortesía de Burr
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