Dejando de lado las teorías de calado higienista que nos hacen suponer que las clínicas dentales tienen que ser verdes o azules, el arquitecto alicantino Jaime Sepulcre nos propone una visión diferente sobre este tipo de espacios, una clínica rosa. El proyecto para esta clínica dental ubicada en Burgos, parte de la remodelación de la antigua clínica para transformarla en un espacio acogedor, contemporáneo y orgánico, esto último a solicitud del cliente quien imaginaba el espacio sin ningún ángulo recto. La propuesta se divide en gabinetes blancos que alojan las distintas dependencias, jerarquizadas por un gran espacio central en rosa. Las gamas cromáticas han sido tomadas como metáfora entre las encías y los dientes, el espacio central y los gabinetes respectivamente. En el proyecto también se han querido mantener rastros de la estructura original, contrastando los pilares de madera que saltean los diferentes espacios, con unas divisiones de vidrio curvo, que permiten dividir los espacios consiguiendo una homogeneidad espacial y lumínica, además de hacer fluir el espacio.
Texto: Gonzalo Herrero Delicado + María José Marcos
Fotografías de David Frutos
